Largas colas de franceses para comprar tabaco en la parte española de El Pertús

Este lunes se acumularon largas colas de ciudadanos franceses en El Pertús —unos 2.000— para comprar en tiendas españolas, principalmente estancos, en las que no se respetaron las distancias de seguridad. Una parte del municipio pertenece a Francia y la otra a España, por lo que solo hace falta cruzar una calle para cambiar de país. El inicio del desconfinamiento en Francia, que permite desplazamientos de hasta 100 kilómetros, hizo que muchos ciudadanos aprovecharan para ir a comprar tabaco. Este martes las autoridades francesas se han reunido para evitar que se repita el “caos” vivido. La Gendarmería restringirá el paso de vehículos e instalará vallas para regular el acceso a las tiendas.

La Gendarmería vigilará el parking del municipio, con capacidad para 400 coches y, cuando se llene, restringirá el paso en la zona de Le Boulou (Francia), a unos 10 kilómetros, para impedir que lleguen más vehículos. Las autoridades reclaman una reducción del horario comercial. El objetivo principal es evitar una situación peor a la del lunes durante el próximo fin de semana.

Este lunes, la situación generada por las colas se desbordó por las dudas sobre las competencias, sobre quien debía reconducir la situación. Finalmente intervinieron todas las policías: Mossos d’Esquadra, Policía Local, Gendarmería y Policía Nacional. Los dos primeros pusieron cintas para regular el acceso a los comercios de la parte catalana: tres estancos y tres supermercados. Además obligaron a los compradores franceses a esperarse haciendo cola en el otro lado de la calle, en Francia. Los cordones policiales marcaron físicamente esta zona fronteriza, conocida popularmente como “territorio comanche”.

Antes de la llegada de la policía los comerciantes intentaban poner orden como podían entre clientes franceses que no respetaban la distancia de seguridad y con una parte que no llevaba mascarilla. La Gendarmería ayer no garantizó la distancia social y se comprometió a hacerlo a partir de este martes.

A primera hora de esta mañana se intuía un escenario como el de ayer con una llegada en masa de franceses a por tabaco. Algunas personas han acudido a El Pertús incluso antes de las seis para evitar estar dos horas para poder hacer las compras. Pero hoy sí ha habido un gran despliegue policial. Las autoridades francesas se han reunido en el municipio y al mediodía han trasladado a la alcaldesa de la Jonquera (municipio al que pertenece la parte española), Sonia Martínez, las medidas que irán adoptando.

“El horario hasta ahora era de nueve a siete. Hemos propuesto a los estancos que cierren una hora antes para poder garantizar los controles”, explica Martínez. Insiste: “entre todos intentamos establecer unas acciones, que sobre todo dependen del Consistorio de El Pertús, para garantizar las medidas de seguridad y que no vuelva a darse la problemática de ayer y esta mañana”.

La alcaldesa ha destacado la casuística peculiar de esta localidad. No cree “que exista en ningún otro lugar de Europa”, sostiene. Según ella, las autoridades intentan buscar “un equilibrio entre lo permitido y garantizar unas medidas sanitarias” que eviten posibles contagios de coronavirus. “Dentro de los locales no hay ningún peligro porque los comerciales tienen los aforos y las medidas de seguridad muy controladas”, asegura. También ha recordado que la Policía Nacional impide el paso por la autopista AP-7, pero que en la N-II el control fronterizo está a unos 300 metros de El Pertús.

Incluso gente procedente de Narbona, a unos 94 kilómetros, se han desplazado a comprar a El Pertús. “Todo es más barato”, aseguran los compradores franceses, pero destacan que, sobre todo, que el tabaco está a mitad de precio. El presidente de la Asociación de Comerciantes de la Jonquera, Bruno Comas, reconoce que ayer fue “una auténtica locura”, que se necesitó la intervención de todas las policías y agradece que hoy “las autoridades se hayan reunido para poner orden y que la gente pueda estar más tranquila”. A la hora de comer prácticamente no había nadie en la calle.