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EFECTOS DEL CORONAVIRUS

Emma Vilarasau: “Tengo el personaje en el purgatorio”

La actriz, que debía estrenar ‘Eva contra Eva’ esta semana, pone en cuarentena a su criatura teatral

La actriz Emma Vilarasau, en un ensayo de 'Eva contra Eva'.
La actriz Emma Vilarasau, en un ensayo de 'Eva contra Eva'.
Jacinto Antón

¿Qué haces con el personaje que has ido construyendo minuciosamente durante semanas y meses cuando no lo puedes dejar salir y vivir la existencia escénica para la que ha sido creado? ¿Cómo convives con esa situación? He ahí un problema que no resolvieron Stanislavski y su método. Emma Vilarasau (Sant Cugat, 1959), una de nuestras mejores y más reconocidas actrices, afronta la situación de manera especialmente acuciante porque debía estrenar esta misma semana en el Romea Eva contra Eva, una obra de Pau Miró, en la que encarna a una de las dos protagonistas (la otra es Nausicaa Bonnin). El espectáculo, uno de los más esperados de la temporada y que dirige Sílvia Munt, ha quedado aplazado sin fecha a causa de la crisis del coronavirus.

Inspirada, aunque con giros inesperados, en Eva al desnudo, la famosa película de Joseph Mankiewicz sobre una actriz madura que ve su carrera amenazada por una joven y ambiciosa aspirante, Eva contra Eva cuenta con un estupendo reparto en el que, además de las dos protagonistas, figuran Andreu Benito, Eduard Farelo y Marissa Josa. El personaje de Vilarasau es una celebrada actriz catalana, cuyo nombre no se dice (hasta una sorpresa al final), que ha entrado ya en la sesentena y no quiere que la posterguen porque se siente en su mejor momento vital y profesional. Esa mujer fuerte y luchadora, inteligente y lúcida, sin pelos en la lengua, inspirada en la que interpretaba Bette Davis en la película (basada en un cuento de Mary Orr), es la que pugna por vivir en escena y con la que tiene que lidiar Emma Vilarasau estos días de confinamiento.

“Está como en el purgatorio”, explica telefónicamente Vilarasau. “Cuando ensayas y preparas un papel te impregnas del personaje, pero este no está aún en ningún sitio, ha quedado en ese espacio indefinible, listo pero sin estrenar. Como un coitus interruptus”. La actriz señala que nunca le había pasado antes algo así. “Había ensayado en julio, hecho vacaciones en agosto y vuelta a ensayar en septiembre una semana para estrenar a continuación, pero eso, que se hacía habitualmente en el Teatre Lliure, era muy distinto. Tenías una fecha de estreno, no había incertidumbre, y aprovechabas la pausa para dejar reposar, cuajar el personaje y poner las cosas en su sitio. El personaje maduraba. Pero aquí va a ser más de un mes, y eso si llegamos a estrenar finalmente. Realmente, no sé cómo se hace”.

Eva contra Eva debía estrenarse el 20 de marzo y representarse hasta el 25 de mayo, pero se ha suspendido sine die. “Es una situación muy extraña, lo hablaba el otro día con Sílvia. Hicimos algunas funciones, una decena, bolos, con mucha distancia. La función estaba muy tierna aún, perdías cosas y las recuperabas. Esperábamos a entrar al Romea, cinco días antes del estreno, para asentarlo todo y consolidar. Yo soy de la teoría de que la función la acaba en realidad el público 15 días después del estreno, entonces es lo que tiene que ser. Ahora el espectáculo está en un lugar, o más bien un no lugar, indefinido, no acabada”.

La actriz afirma que es “una incógnita” que pasará con el espectáculo. “A ver cómo está cuando lo volvamos a hacer, eso si se vuelve a hacer….”, dice sin mucho convencimiento. Se habla de repescarlo en el festival Grec. “Ya veremos también si el Grec se acaba haciendo, vamos a ver si no se suspende también”. Podría entrar en la prolongación que se ha propuesto durante el mes de agosto. “El año pasado hicimos dos semanas de agosto con Casa de nines, 20 anys després, también con Sílvia, prolongamos las funciones del Grec, y bajó mucho el público; agosto no es un buen mes para el teatro, y menos este año: después del confinamiento la gente se tirará a la playa y a la montaña, no estarán para meterse en una sala”. Además, la función juega contra reloj porque, por cuestiones personales, Nausicaa Bonnin podría no estar disponible si el paréntesis se prolonga.

Así que Vilarasau se encuentra en la encrucijada,en el limbo, con el personaje aparcado. ¿Sigue ensayando, lo saca a pasear como si dijéramos? “No, no hago nada con él, con ella, todo lo que hagas ahora cae en saco roto. Está aparcado hasta que volvamos a ponernos a ensayar para estrenar, si lo hacemos. Ya veremos”.

Ahora, apunta Vilarasau, “hay otras cosas”. “Siempre he estado corriendo, y de repente no hay prisa. No he de ira ningún sitio. Puedo cocinar sin risas, leer sin horarios”. Explica que vive en una planta baja con una pequeña salida, lo que hace la situación más soportable. Sale de casa cada tres días para ayudar a su madre, en situación de dependencia. La actriz está confinada con su marido, el actor Jordi Bosch y uno de sus hijos, el pequeño, Marc, de 25 años. “También es actor, trabajaba en Justícia, de Guillem Clua, en el Teatre Nacional, y se suspendió a las dos semanas. Ellos van a ser los grandes afectados del sector, las jóvenes generaciones. Para los que llevamos años en esto es un paréntesis, pesado y molesto, y triste, pero para los que acaban de arrancar es mucho peor”. Su hijo mayor, Jordi, de 28 años, músico, está en Londres, con lo que supone para una madre la incertidumbre de la distancia “y un sistema sanitario mucho menos inclusivo que el nuestro”.

La actriz reflexiona que vivimos una situación como de ciencia-ficción. “Con las calles vacías o cuando te vienen a buscar a la iaia enferma sanitarios vestidos con trajes como de buzo, como en E. T., y no la puedes acompañar”.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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