_
_
_
_
_

Una congestión pulmonar provoca la muerte de 84 ciervos en la Sierra de Baza

El cambio brusco de una drástica sequía de meses a un frío intenso y fuertes lluvias está detrás de la mortandad de estos animales en Granada

Javier Arroyo
Un ciervo muerto por congestión pulmonar en la Sierra de Baza.
Un ciervo muerto por congestión pulmonar en la Sierra de Baza.José Ángel Rodríguez / Proyecto Sierra de Baza

Los ciervos, como otros animales silvestres e incluso domésticos, conviven con normalidad con una bacteria que los acompaña de modo habitual y se sitúa en sus vías respiratorias altas. Es la Manhemia haemolytica. Pero como explica el programa de vigilancia epidemiológica de la fauna silvestre en Andalucía, un texto del Gobierno andaluz que dictamina cómo proceder en caso de alerta sanitaria en los animales, esa convivencia pacífica se troca a veces en patología. El texto dice que esta bacteria, que no afecta al ser humano, puede desencadenar una “enfermedad ante la presencia de otros agentes infecciosos, situaciones de estrés u otros factores predisponentes”. En la Sierra de Baza, en Granada, los ciervos han llegado a la primavera muy debilitados tras un otoño y un invierno especialmente secos. Esa debilidad ha sido el factor “predisponente” que ha provocado la muerte de 84 de estos animales incapaces de defenderse, ante un cambio brutal en las condiciones meteorológicas, de la presencia de la bacteria que siempre va con ellos. Finalmente, una congestión pulmonar severa ha acabado con su vida.

La cifra de animales muertos aún puede variar. José Ángel González, responsable de Proyecto Sierra de Baza, asociación que difunde y promueve los valores del Parque Natural, considera que “esa cifra aún se puede multiplicar por tres o por cuatro″. González explica que “el parque tiene 53.000 hectáreas, así que no podemos saber aún qué ha pasado en los muchos barrancos y otros rincones inaccesibles que tiene esta sierra”. Manuel Francisco García, delegado de Desarrollo Sostenible de la Junta andaluza en Granada, prefiere no especular sobre esto. “Estos son los que han aparecido y esa es la cifra que tenemos a día de hoy”, dice.

Tras meses sin apenas lluvia, el Parque Natural de la Sierra de Baza ha vivido un mes de marzo muy frío y especialmente lluvioso. La radical bajada de las temperaturas de la segunda quincena de marzo en este entorno y los 390 litros por metro cuadrado caídos entre el 21 y 25 de marzo han provocado una alteración en la vida de los animales demasiado grande y algunos no han podido defenderse.

El primer animal fallecido se descubrió el 26 de marzo y el episodio de mortandad ha durado algunas semanas más, hasta mediados de abril. Paseantes, senderistas y agentes forestales han sido quienes durante días han ido encontrando los cadáveres. La importancia de este episodio de mortandad masiva está aún por determinar respecto al total de ciervos. Según José Ángel Rodríguez, el último censo de 2013 ofrecía una cifra de 1.800 animales que, según sus estimaciones, ha disminuido hasta los 1.000 o 1.200 ciervos antes del fallecimiento masivo. Pero solo son estimaciones, por lo que la Administración andaluza se ha comprometido a realizar un censo el próximo verano para tener una imagen más real de la situación de estos animales en el parque natural.

Dos ejemplares de ciervos, en la Sierra de Baza (Granada).
Dos ejemplares de ciervos, en la Sierra de Baza (Granada).Junta de Andalucía
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

A estas alturas de mayo, la Administración da por concluido este episodio de mortandad porque, como comenta Manuel Francisco García, “hace dos semanas que apareció el último cadáver”. García explica que la muerte ha sido transversal porque “no tenía ningún patrón definido y ha afectado a todo tipo de animales, machos, hembras y crías”. Ha habido que esperar unas semanas hasta que un laboratorio ha determinado la causa de la muerte. La primera sospecha, muerte violenta o por veneno, fue rápidamente descartada, explica el delegado granadino.

Este tipo de sucesos no es frecuente, pero tampoco es extraña del todo. En la Sierra de la Culebra, en Zamora, en 2010 murieron 141 ciervos en un periodo de dos meses de un censo de entre 4.000 y 5.000. En 2007, 463 animales murieron por la misma bacteria en la provincia de Cádiz, y en 1991 se produjo un episodio similar en los Montes Universales de Teruel.

La Sierra de Baza, que se encuentra en el noreste de la provincia granadina, entre las localidades de Guadix y Baza, fue declarada parque natural en julio de 1989 y es hábitat de ciervos, cabras montesas y, sobre todo, de una gran cantidad de aves. “Es una isla bioclimática en medio de una zona árida esteparia”, explica José Ángel Rodríguez, “que atrae a miles de aves”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_