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Sánchez clama contra la “tecnocasta” en el primer día de Trump y llama a la UE a “plantar cara y defender la democracia”

“La democracia no es un euro un voto, un tuit un voto. Es una persona un voto. Hay que rebelarse”, dice el presidente del Gobierno

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su intervención este lunes sobre inteligencia artificial.Foto: Javier Lizon | Vídeo: EPV
Carlos E. Cué

Pedro Sánchez no quiere confrontar directamente con Donald Trump, porque estaría en riesgo una relación fundamental con EE UU para España, pero sí lo hace indirectamente al hablar de la “tecnocasta” que se ha entregado al nuevo presidente de EEUU con Elon Musk a la cabeza. En el día de la toma de posesión de Trump, y en un acto sobre inteligencia artificial, Sánchez ha sido muy claro y ha llamado a todos los demócratas del mundo, no solo a los progresistas, a rebelarse contra esta “tecnocasta de Sillicon Valley” que ahora respalda de forma clara a Trump y pretende una desregulación total. “En esta semana que comenzamos”, ha arrancado Sánchez centrando así el punto indirectamente en la toma de posesión de Trump, “estamos viendo como la tecnocasta de Silicon Valley está tratando de usar su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y, por tanto, la acción gubernamental, nada más y nada menos, que de todo Occidente. Y ante esto yo creo que tenemos rebelarnos y plantear alternativas”, ha asegurado el presidente.

“En esto quiero ser claro. Y también escueto. Lo voy a decir en menos de 280 caracteres [un límite habitual en redes]. La democracia no es un euro, un voto. No es un tuit, un voto. Es una persona, un voto. Y, por tanto, Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia”, ha rematado el presidente. En una semana en la que participará en el foro económico de Davos, en el que también entrará Trump por videoconferencia y estará el argentino Javier Milei, Sánchez coloca así el foco en la toxicidad democrática que puede suponer el control absoluto de las redes sociales, y, por tanto, de buena parte del debate público que condiciona las elecciones, de un grupo de multimillonarios, las personas más ricas del planeta, que ahora se han entregado absolutamente a Trump y estarán hoy en su toma de posesión.

Sánchez y su equipo están especialmente preocupados por los datos que indican que esta corriente ultraderechista que ha irrumpido en EE UU y en otros países americanos y europeos y que tiene mucho peso en las redes sociales también está entrando en España, en especial a través de los más jóvenes, nativos digitales que casi solo se informan a través de sus redes, donde Vox ya es el primer partido, la única franja de edad en la que lo logra.

El líder del PSOE ya encargó a la cúpula de su partido en la última Ejecutiva un mayor esfuerzo para conectar con el tipo de relato que se hace en redes como TikTok, la más seguida por los más jóvenes, porque en La Moncloa admiten abiertamente que la ultraderecha trumpista ha sabido crear un tipo de contenido y de discurso que triunfa en las redes, apoyados además por un diseño del algoritmo que premia los discursos más extremistas, que generan muchas más reproducciones.

Sánchez ha hecho un discurso bastante atípico sobre la inteligencia artificial, en un acto específico sobre este asunto en el que también ha intervenido el ministro de Transformación Digital, Óscar López. El presidente ha defendido las oportunidades que ofrece esta nueva tecnología para mejorar la vida de la gente, para hacer más eficiente la producción, o por ejemplo para reducir la contaminación mejorando el tráfico de las ciudades con una mejor sincronización de los semáforos, algo que podría bajar las emisiones un 10% y que ya se está probando por ejemplo en Singapur, ha explicado. Pero Sánchez también ha sido crítico con esta tecnología, algo menos habitual en los discursos públicos.

“La inteligencia artificial real que tenemos ahora se parece poco a la que nos cuentan en las películas de Hollywood”, ha señalado el presidente. “La inteligencia artificial de hoy tiene muchas carencias, muchas limitaciones, y muchos sesgos. Si le hubiéramos preguntado a una inteligencia artificial en 1900 si las mujeres deben votar, qué habría contestado? Si le preguntáramos si los gases de invernadero son un problema, qué habría dicho. Probablemente que no. La inteligencia artificial es hija de su tiempo. Y por eso reproduce cegueras, pero no puede transformarlas. Hay capacidades que los seres humanos no pueden trasladar a la inteligencia artificial: la empatía, el instinto, la confianza, la capacidad de tomar el futuro en nuestras manos. Los grandes cambios del mundo no fueron consecuencia inevitable de los datos sino de la imaginación y el sentido moral de los seres humanos, algo que la inteligencia artificial probablemente no tendrá nunca”, ha insistido en un discurso de cierta desconfianza hacia la deriva que puede tomar esta tecnología en manos precisamente de lo que definió como la “tecnocasta de Sillicon Valley”, que es precisamente quien está logrando de momento más avances con ella.

Sánchez apuesta por desarrollar también en Europa esta tecnología para competir con los gigantes de EEUU, y España está volcada en impulsarla, pero quiere también trasladar no solo los límites actuales, para evitar el tecnooptimismo que se está instalando en el debate público, sino también sus peligros. El presidente irá a Davos mañana precisamente en un año centrado en la inteligencia artificial, pero también con un aroma político muy claro después de la toma de posesión de Trump.

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