¿Parón en los viajes a Afganistán?: “No es el momento de ir, hay que ser conscientes”
Unas pocas agencias de viajes especializadas viajan desde España al país donde el viernes murieron seis personas con especiales medidas de seguridad
Gonzalo Sáenz de Santa María acudió el viernes a la embajada de Afganistán en España para cursar los visados para un grupo de seis personas que iba a viajar al norte del país en junio. Este sábado, tras conocer el trágico atentado en el bazar de Bamiyán, donde también pretendían viajar, acabó el viernes con seis víctimas mortales (tres de nacionalidad española, a la que se suma una herida), no dudaron en anularlo de mutuo acuerdo con sus clientes. “No es el momento, hay que ser conscientes”, señala este trabajador de Photo Travel, una de las pocas agencias españolas que viaja al país asiático gobernado por los talibanes. Otra agencia española, con la que este diario no ha podido contactar, tenía programado un viaje que empezaba este mismo domingo. “Se recomienda no viajar bajo ninguna circunstancia a Afganistán”, señala el Ministerio de Asuntos Exteriores.
“No es que nos gusten las zonas en conflicto, ni vamos allí por morbo, nos interesa porque es en los países de difícil acceso donde se conservan mejor las tradiciones. Es por eso que vamos allí”, explica este guía especializado en países remotos y festivales étnicos para viajeros a los que les gusta la fotografía. Lo decía poco después de que en Terrassa se haya celebrado el mediodía de este domingo un minuto de silencio por la muerte de Elena Schröder (31 años), que junto a sus dos hermanas regentaba una farmacia en el municipio barcelonés. La joven viajó el miércoles al país asiático junto a su madre Susana Vilar y Ramon Bellmàs, y una ciudadana vasca, A. T., que se recupera en un hospital de Kabul tras ser herida. “Muchas gracias a todos por vuestro ánimo. Ha sido un milagro. Ahora espero recuperarme pronto y que nos lleven a casa. Cuanto antes. Nos vemos pronto”, ha escrito en un mensaje de Whatsapp a un grupo de jubilados de BBK, según han recogido el diario Deia y la televisión autonómica EiTB.
Tras el ataque, el embajador español en Afganistán (que está basado en Doha por cuestiones de seguridad), Ricardo Losa, y un diplomático procedente de Pakistán se han trasladado al país para acompañar a los españoles que sufrieron el ataque y repatriar los cuerpos de las víctimas. Según el Gobierno, los dos españoles que salieron ilesos del ataque ya han abandonado el país.
Son unas pocas las agencias de viajes que actualmente viajan a Afganistán, país tomado por el régimen talibán desde que las fuerzas de Estados Unidos lo abandonaran en 2021. Sáenz de Santamaría asegura desconocer con qué agencia viajaron las víctimas del ataque del viernes en la población de Bamiyán, pero afirma que el embajador del país en España le aseguró que en la última semana había solicitado medio centenar de españoles el permiso para poder entrar en Afganistán este año. Es, dice, un viaje complejo de preparar por la infraestructura necesaria para poderlo llevar a cabo. Desde un guía local de confianza hasta “un hombre armado” con el fusil bien visible “para intimidar” hasta un establecimiento seguro donde dormir. “Nosotros evitamos los hoteles adonde acostumbran a ir los directivos, porque son objetivos más fáciles; optamos por casas de huéspedes más discretas y humildes pero que tienen también otras medidas, como la triple puerta de seguridad”, señala. Algunas cuestiones, como la del vigilante que les acompaña, no son propias de Afganistán, sino que se repiten en otros países como Etiopia o El Congo.
El guía de travel Photo está algo consternado por el ataque sufrido por el grupo de turistas el pasado viernes. La ruta que estaban siguiendo era la misma que ellos proyectaban hacer este verano, el corredor de Wahán, poblada por tribus menos extremistas y permisivos, como los de hazara. “Me ha sorprendido muchísimo, la verdad; estuve allí antes de los talibanes y era mucho más peligrosa que ahora”, señala el guía. De hecho, subraya que justamente Bamiyán, un caramelo para el turismo puesto que cerca estaban las míticas estatuas gigantes de Buda esculpidas en la roca destruidas por los talibanes, era una de las zonas más tranquilas del país.
El tipo de turista que nutre este tipo de expediciones no es habitual. A algunos les llama la atención hacer fotografías fuera del circuito tradicional, otros son coleccionistas de viajes, personas que quieren haber pasado por todos los países del mundo. Y Afganistán es uno de esos más difíciles de visitar, por su situación política y porque ha desaparecido la antigua red de guías internos. Una ruta de diez días puede tener un coste de alrededor de 3.000 euros. Saénz de Santa María asegura que en este tipo de viajes las normas de seguridad son básicas y que los viajeros tienen que cumplir a rajatabla las órdenes del guía, que en cualquier momento puede ordenar volver al alojamiento y acabar la jornada tomando un te. “A veces cuando salen de su país algunas personas se toman las cosas como un juego, pero no lo es”, dice, contundente, y defendiendo que él quiere el mínimo riesgo posible: “Tengo tres niñas y te aseguro que no quiero que pase nada”.
El turismo en Afganistán se había recuperado desde 2021, como símbolo de apertura del régimen talibán. Las consecuencias de este ataque dejan en el aire ese aumento de las visitas.Entre marzo de 2023 y de 2024 el país recibió a 5.000 turistas extranjeros. “Este incidente afectará el flujo turístico a Afganistán, pero no se detendrá, los turistas seguirán viniendo”, señala a la agencia Efe Mohammad Nasim, analista y guía turístico, convencido de que el Gobierno afgano ampliará las medidas de seguridad, especialmente en las zonas más visitadas.
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