De la discriminación positiva al cambio de notas por la ‘ley Celaá’: el quebradero de la Ruta Quetzal para elegir a los participantes
Mientras nueve comunidades califican a los estudiantes de la ESO con escala numérica, ocho utilizan términos como Sobresaliente, Notable y Bien, como en la última ley de Educación
Elegir a los participantes de la Ruta Quetzal a través de la nota media de 3° de la ESO se ha vuelto un quebradero de cabeza para Íñigo de la Quadra-Salcedo. Hace un año, se enfrentó a tener que bajar el corte de la nota media para los chicos que se presentaran la convocatoria y, así, compensar la distribución de cupos por sexo. Si ese año hubiera mantenido el sistema de selección por nota sin ningún tipo de discriminación positiva para ellos, al final el 87% de las 200 plazas de la Ruta Quetzal habría sido para las chicas, que tenían mejores calificaciones. Superado el revuelo que causó esa decisión, De la Quadra-Salcedo ha pasado el último año diseñando una convocatoria justa y sin polémicas que garantizara un cupo mínimo para cualquiera de los dos sexos y evitar los dolores de cabeza de 2023. Pero, cuando estaba en ese proceso, se puso en marcha la última etapa de implementación de la Lomloe, la ley estatal educativa aprobada en 2020, y surgió un nuevo problema: las comunidades autónomas expresan las calificaciones de forma distinta en función de si aplican o no la ley estatal. De nuevo, tocaba exprimir el ingenio para seleccionar a los chavales que este verano van a disfrutar de esta nueva Ruta Quetzal.
Mientras regiones como la Comunidad Valenciana o Castilla La Mancha, que implementan toda la Lomloe, dan notas de forma cualitativa con términos que van desde “Insuficiente (IN)”, el más bajo, hasta “Sobresaliente (SB), el más alto; otras como Galicia y Madrid siguen solo la escala numérica del 1 al 10, al no aplicar la ley. ¿El resultado? Un caos para el organizador de la Ruta Quetzal al hacer los listados para seleccionar a los alumnos a partir de la nota media de 3° de la ESO, el único requisito que ha tenido en cuenta entre 2022 y 2024. Aunque se las ha arreglado para sortear esa disparidad entre comunidades este año, ahora tiene unos pocos meses para idear un nuevo sistema para la selección de participantes en 2025.
De la Quadra-Salcedo se la ha jugado para revivir la Ruta Quetzal, un proyecto que inició su padre, el aventurero y periodista Miguel de la Quadra-Salcedo, en 1979, y que tuvo su última edición en 2016, cuando falleció el ideólogo de todo y el banco BBVA decidió entonces retirar la financiación de un programa que requería 1,5 millones de euros cada año para becar a los chicos y chicas que asistían. La Ruta Quetzal, que también llevó el nombre de Aventura 92, llevaba a decenas de jóvenes a expediciones por España y países de América para descubrir la historia de Iberoamérica y sus tesoros naturales. Los jóvenes, además, recibían formación en artes, deportes, música, astronomía, biología, arqueología y otras disciplinas que fortalecían sus perfiles. En 2022, Íñigo de la Quadra-Salcedo retomó con mucho esfuerzo el proyecto con una propuesta más modesta: una ruta por Galicia patrocinada por la Xunta. En esa nueva etapa del proyecto, De la Quadra-Salcedo decidió seleccionar a los participantes, que tienen todos los gastos pagados por una beca, a través de las notas medias y de un cupo establecido para cada comunidad autónoma.
Para la convocatoria de 2023 tuvo el primer reto, la clara superioridad de las calificaciones de las candidatas. En las bases de la convocatoria de 2024, lo resolvió al garantizar que cada comunidad tuviera una representación no inferior al 30% de cualquiera de los sexos. En la edición 2024 se han presentado 985 jóvenes, de los cuales el 27,3% eran chicos, para las 200 plazas que se ofrecían para una ruta que irá este año por Galicia, Extremadura y Portugal. Se cumplió la regla y para el viaje, que empezará el 29 de junio y terminará el 12 de julio, habrá un 70% de chicas y un 30% de chicos. Pero lo realmente difícil de la selección, sin embargo, ha sido el cambio de expresión de notas de la Lomloe en ocho de las 17 comunidades autónomas, básicamente porque unas la aplican y otras no.
La nueva ley estatal de educación ha establecido que la evaluación debe centrarse en cumplir objetivos y competencias y ha optado por un sistema cualitativo en lugar de uno por números. Para el caso de la ESO, es el Real Decreto 217/2022 el que reglamenta cómo se expresan las calificaciones. Aunque, el Ministerio de Educación asegura que ese Real Decreto es obligatorio para todas las comunidades autónomas, la realidad es que se aplica de manera dispar. Entonces, ¿qué se hace en convocatorias como esta, cuando cada estudiante llega con un certificado de notas distinto dependiendo de en qué comunidad estudie?
Para las comunidades que sí aplican el sistema cualitativo, el organizador de la ruta tradujo el “Sobresaliente (SB)” en un 10 –sin distinguir si el estudiante había sacado un 9 o un 10– y el “Notable (NT)” en un 8. “Si damos a todos los de ‘Sobresaliente’ un 10, estamos aumentando la nota del que tendría un 9 y no estamos valorando en la medida correcta el esfuerzo que hacen. Pero no hay opción”, opina De la Quadra-Salcedo, que confiesa que “ha sido un arma de doble filo”. Lo que sucedió entonces es que varios candidatos de esas comunidades con la Lomloe tenían un 10 y la única salida era desempatar por sorteo. “Nunca en la Ruta Quetzal habíamos tenido que desempatar tantos 10”, admite De la Quadra-Salcedo. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana 30 mujeres tenían un 10, producto de traducir el “Sobresaliente” en ese número, y solo había 14 plazas para ellas. Entonces, tuvieron que sortearse esas 14 plazas. “Algunos padres se llevaban el disgusto de que se terminó decidiendo por sorteo”, comenta el coordinador de la expedición, “ha sido un galimatías todo esto. Pero aun así, sabemos que vienen los mejores”.
Sin embargo, De La Quadra-Salcedo se pregunta si la dificultad que ha tenido él sucederá en otras convocatorias académicas. En principio, para el acceso a la Universidad no habría problema, porque en toda España se aplica la nota numérica en los cursos de Bachillerato. En todo caso, el ministerio de Educación, explica que en convocatorias y procesos de admisión donde se evalúen los expedientes académicos de los alumnos, corresponde a las entidades u organismos convocantes establecer cómo convertir las notas cualitativas a escala numérica. Si hubiera que precisar puntajes en procesos de acceso a ciclos formativos de grado medio, añade Educación, el Real Decreto 659/2023 establece el protocolo: “Cuando no exista calificación numérica se realizará atendiendo al siguiente criterio: Insuficiente (IN), 3; Suficiente (SU), 5; Bien (BI), 6; Notable (NT),7,5; y Sobresaliente (SB), 9. En caso de empate, las administraciones regularán los criterios de ordenación”.
Por el lado de la Ruta Quetzal, mientras tanto, ya hay algunas ideas para las bases de la convocatoria de 2025. De la Quadra-Salcedo evalúa pedir las calificaciones no solo de 3° de la ESO, sino también de 1° y 2°, para promediar, y, también, tener en cuenta otros factores de los candidatos. “Quizá veamos si desarrollan otras actividades en el mundo de la música, los deportes o las artes”, agrega. Cuando su padre dirigía la expedición, los elegidos se ganaban la plaza elaborando un trabajo escrito o musical que era evaluado por la Universidad Complutense de Madrid. Pero su hijo no ve viable volver a ese modelo. “Se corría el riesgo de que los alumnos no hicieran ellos mismos el trabajo. A veces encontrábamos que se los hacían los padres. Por eso pensé en la nota media, porque ahí no había trampa”, dice. Pero, ahora, el hecho de que cada comunidad aplique o no la Lomloe empuja a la Ruta Quetzal a elegir a sus expedicionarios a través de otros criterios más allá de un número.
