Los restos de la dana y los del huracán ‘Franklin’ dejarán más lluvias en el oeste de la Península
En el resto del país, tiempo más seco y estable y con unas temperaturas en general en valores normales para la época
A pesar de que la dana que azotó entre el sábado y el lunes a la Península y Baleares, “de una potencia extraordinaria”y que dejó cinco veces y media más de agua de lo normal por estas mismas fechas, se alejó el lunes al oeste por el Atlántico, sus restos van a seguir teniendo efectos sobre el país. Lo que queda de ella se ha aliado con lo que queda del huracán Franklin para formar una borrasca. Esta área de bajas presiones, tildada de “curiosa” por Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), se sitúa en el Atlántico, al oeste de la Península.
¿Esto quiere decir que un huracán amenaza a España? No. “La fusión de estos dos sistemas, los restos de la dana y lo que en origen fue el ciclón tropical —término que engloba a depresiones tropicales, tormentas tropicales y huracanes, dependiendo de la fuerza de sus vientos— Franklin, se han convertido en una borrasca atlántica, que podemos llamar clásica, y que en estos momentos no presenta ninguna característica tropical”, es decir, que ni es un huracán ya ni supone ninguna amenaza. De hecho, la probabilidad de que Franklin vuelva a ser un ciclón es muy baja.
El lunes, el Centro Nacional de Huracanes de EE UU (NHC, por sus siglas en inglés) apuntó que había un 20% de posibilidades de que se reactivara y se convirtiera en una depresión tropical ―con velocidades de vientos sostenidas de 62 kilómetros por hora, mientras que a partir del 63 y 118 se considera tormenta y de 119, huracán― o subtropical el jueves o el viernes. Pero este jueves, el NHC lo ha rebajado al 10% y, como subraya el portavoz de Aemet, “no se espera un desarrollo mayor”, es decir, que no volvería a ser un huracán en ningún caso. Franklin se convirtió en un poderoso huracán de categoría 4 ―la máxima es la 5― el 29 de agosto y fue debilitándose hasta convertirse en un ciclón extratropical el 1 de septiembre.
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Ahora es una borrasca junto con lo que queda de la dana, que dejará en los próximos días algunas lluvias, fundamentalmente en el oeste de la Península. En el resto del país, el tiempo se presenta más seco y estable y con unas temperaturas que, en general, “se mantendrán en valores más o menos normales para la época”, salvo en el tercio norte, donde el ambiente será “algo más cálido de lo normal”, y en puntos del tercio sur donde, por el contrario, “quizá haga algo más de fresco de lo habitual para estas fechas”. “En general hablamos de tiempo dentro de la normalidad, sin fenómenos adversos importantes para los próximos días”, explica Del Campo.
Para empezar, este miércoles se esperan cielos con intervalos nubosos, con algunos chubascos tormentosos, “aislados y en general débiles”, en puntos del interior peninsular, con “unas temperaturas que subirán en el oeste y bajarán en el área mediterránea”. El ambiente será cálido en el tercio norte, donde las máximas superarán los 34° en Lleida y Bilbao y estarán entre 25° y 30° en la mayor parte de capitales de provincia del país. “Tendremos algo de polvo y suspensión, que dará lugar a calima, que irá remitiendo en los días sucesivos”, completa el pronóstico el portavoz.
Lluvias en Galicia, Asturias y el oeste de Castilla y León
El jueves, la borrasca se acercará un poco más a la Península, lo que se traducirá en “lluvias y chubascos en Galicia, Asturias y el oeste de Castilla y León”, que se pueden extender a zonas cercanas. También “podría llover algo en el sureste peninsular y en el entorno del Estrecho” y, por la tarde, crecerán nubes de evolución en el interior que pueden desembocar en tormentas dispersas. Las temperaturas “seguirán subiendo por el oeste, especialmente las nocturnas”. Durante el día, los valores serán similares a los de miércoles: ambiente cálido en el tercio norte, con máximas entre 30° y 32°, incluso algo más altas (35°) en el Cantábrico oriental. En el tercio sur, también de 30° a 32º, mientras que se esperan entre 25° y 30° en el resto de capitales de provincia.
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El viernes continuará cerca de la borrasca y “podría haber un incremento de la inestabilidad en Galicia, con lluvias y chubascos que podrían ser localmente fuertes en esta comunidad”. En el resto de la Península, intervalos nubosos y chubascos tormentosos dispersos por la tarde. “En general no serán muy intensos, pero nunca se puede descartar que alguno pueda alcanzar una intensidad superior”, recuerda Del Campo sobre las tormentas, que son los fenómenos más difíciles de afinar. Las temperaturas nocturnas bajarán, sobre todo por el oeste, mientras que las diurnas “no cambiarán demasiado”.
El fin de semana, más de lo mismo. Continuará la borrasca en el Atlántico, que hará que el tiempo sea “inestable en el oeste de la Península y quizá también en la zona centro, con posibilidad de lluvias y chubascos, más probables e intensos cuanto más al noroeste, especialmente en Galicia”. A priori, los tercios este y sur de la Península, al igual que Baleares, se mantendrán al margen de la influencia de esta borrasca y no se prevén lluvias. En las temperaturas, no habrá grandes cambios, “si acaso pequeños descensos de uno a dos grados en algunas zonas”.
En Canarias, tiempo típico para estas fechas: vientos flojos o brisas, intervalos nubosos en las islas de mayor relieve, con nubes de evolución que podrían dejar chubascos aislados y temperaturas suaves.
El agosto más cálido
El pasado agosto fue en el más cálido de la serie, con una temperatura media casi dos grados (1,8°), por encima de lo normal. “Empata en temperatura media (24,8°) con agosto de 2003, aunque en este mes de 2023 las máximas fueron dos décimas superiores”, aclara el organismo en su balance climático, hecho público este miércoles. La medida de las máximas fue de 32,7°, dos décimas más que la de agosto de 2003 y 2,2° por encima de lo que correspondería. Las mínimas también fueron elevadas, 1,3° por encima de lo normal, tan solo superadas por los agostos de 2003 y 2022.
Finalmente, se registraron dos olas de calor en la Península y Baleares, que sumaron 16 días, y otras dos en Canarias. Las temperaturas más altas se midieron en Valencia, 46,8°, Córdoba, 45°, y de nuevo Valencia, con 44,5°. Hasta 18 estaciones principales batieron su récord mensual. Fue también un mes muy seco, en el que las lluvias no alcanzaron, en el conjunto de España, “ni la mitad de su valor normal” y fueron especialmente escasas en el interior peninsular, aunque superiores a la media en zonas próximas a las costas y en los archipiélagos.
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