Feijóo ofrece un pacto para que gobierne la lista más votada y sortear a Vox

Alberto Núñez Feijóo ha elegido el Oratorio de San Felipe Neri, en Cádiz, sede de las Cortes que redactaron la primera Constitución española en 1812, para presentar de forma solemne este lunes su propuesta de “calidad institucional”, que incluirá una oferta de gobernabilidad al PSOE para que, en este ciclo electoral, ambos partidos dejen gobernar a la lista más votada. El presidente de los conservadores formulará por escrito su oferta de acuerdo a los socialistas, que englobará a comunidades autónomas, ayuntamientos y al Gobierno central, y que implicará una reforma legislativa, al menos en el caso de los consistorios. El PP exigirá al PSOE reciprocidad: la idea es que los dos grandes partidos se comprometan a librarse mutuamente de aliados indeseados: en el caso de los populares, el pacto les permitiría gobernar sin tener que contar con Vox y, según el PP, los socialistas podrían prescindir así de pactar con Unidas Podemos o con los partidos independentistas.

Feijóo planteará su oferta de gobernabilidad como parte de un “plan de calidad institucional” que incluirá también medidas sobre justicia y sobre nombramientos institucionales. La propuesta quedará negro sobre blanco en un documento que se hará público y que el PP estudia también si remite al PSOE.

El líder de la oposición propone así formalmente un “pacto global” al PSOE para que los dos grandes partidos dejen gobernar en todo el país tras el 28 de mayo y en España tras las elecciones generales a la lista más votada. El planteamiento, que el líder del PP ha defendido durante años como presidente de Galicia y ahora defenderá como presidente del PP, “trasciende el mero pacto político”, afirman fuentes de su equipo. Es decir, implica la necesidad de una reforma legislativa, al menos en el caso de los ayuntamientos, reformando la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (Loreg). El PP plantea una reforma legal para las municipales, pero “en el caso de comunidades y Gobierno central puede ser un pacto”, explican en el gabinete del líder popular. “Es una propuesta para mirar a la centralidad y que el PSOE y el PP dejemos de mirar a los extremos”, argumentan fuentes del entorno inmediato de Feijóo.

El planteamiento del PP es que todos los candidatos populares queden vinculados por la promesa de dejar gobernar a la lista más votada, pero siempre que el PSOE suscriba el acuerdo. Es decir, si los socialistas no lo aceptan, el PP se declararía liberado del compromiso y daría libertad a sus candidatos para pactar con Vox. En el pasado, el PP no ha dudado en pactar con otras fuerzas para gobernar, aunque su lista no hubiera sido la más votada: lo hizo con Ciudadanos y Vox en Andalucía en 2018 para arrebatarles el poder a los socialistas, que quedaron en cabeza, y lo mismo en 2019 para evitar que el PSOE, la lista más votada, gobernara en Madrid, Murcia y Castilla y León.

Feijóo no ha consensuado esta oferta con los barones populares, varios de los cuales calculan que solo podrán gobernar tras el 28 de mayo con los votos de Vox. De prosperar este acuerdo, algunos candidatos, como Paco Núñez, de Castilla-La Mancha, tendrían muy difícil alcanzar el poder, porque las encuestas internas del PP prevén que Emiliano García-Page repetirá como lista más votada y solo podría desalojarle una suma de PP y Vox.

La propuesta de dejar gobernar a la lista ganadora no es nueva en el PP. El partido propuso ya en 2016 una reforma electoral para asegurar que en las ciudades gobernara la lista más votada. Entonces acababa de perder ciudades como Madrid o Valencia porque, aunque ganó en votos, la alianza de grupos de izquierda les arrebató esos gobiernos locales. La propuesta del PP consistía entonces en que si un partido conseguía el 35% de los votos y cinco puntos de diferencia sobre el segundo, o 30% y 10 puntos de diferencia, automáticamente se quedaría con la alcaldía. El PSOE lo rechazó.

En su primer discurso como presidente del PP, en 2018, Pablo Casado propuso también una reforma de la ley electoral para establecer un bonus de 50 diputados para el partido ganador de los comicios generales.

Pero también Pedro Sánchez planteó en 2019, tras las dificultades para sacar adelante su investidura, un acuerdo de país consistente en reformar el artículo 99 de la Constitución, que establecía que se entendiera otorgada la confianza al candidato por mayoría absoluta del Congreso en primera votación y por mayoría simple en segunda votación. La propuesta de reforma de Sánchez consistía en homologar el sistema de los ayuntamientos con el de la Administración central. En los consistorios, si no sale un Gobierno en primera votación, automáticamente gobierna el más votado. Sánchez defendió este sistema para permitir la investidura e impedir coaliciones negativas que puedan abocar a la repetición sistemática de elecciones. El PP de Casado estaba de acuerdo con alguna medida para desbloquear la investidura, pero rechazaba reformar la Constitución como proponía Sánchez. Podemos también lo rechazó.