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El otoño obliga a Feijóo a mover pieza

El líder del PP tendrá que definirse en las próximas semanas sobre el impuesto a las eléctricas y la banca, la subida del SMI o de las pensiones, mientras afronta el desaguisado en el Poder Judicial

Elsa García de Blas
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene en el pleno del Senado celebrado el pasado martes en Madrid.
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene en el pleno del Senado celebrado el pasado martes en Madrid.Juanjo Martín (EFE)

Con la controvertida referencia a El otoño del patriarca, la novela sobre la agonía de un dictador caribeño en la que Gabriel García Márquez siempre declaró que había invertido más esfuerzo y trabajo, Alberto Núñez Feijóo quería describir metafóricamente que Pedro Sánchez se aproxima a su ocaso. La cita levantó ampollas en el Gobierno, por la comparación del presidente con un sátrapa, pero pocos cayeron en la cuenta de que, además, el Nobel colombiano escribió El otoño del patriarca en Barcelona, entre 1968 y 1975, y la novela deja asomar en su trasfondo la muerte de Franco, aunque su contexto y estilo sean la realidad latinoamericana. La obra no encajaba precisamente como un guante para retratar los supuestos problemas de un presidente de la izquierda española.

El gabinete del líder del PP ha argumentado que Feijóo se limitó a usar un símil y no quiso calificar a Sánchez de autócrata, pero en todo caso la cita, que leyó el lunes en su discurso en un elegante hotel de la capital, caldeó el inicio de semana como un presagio de lo que estaba por venir. De alguna manera, siguiendo esa estela literaria, también ha llegado el otoño de la oposición. Con el final del verano se ha acabado el periodo de gracia para Feijóo como líder de la derecha, un puesto en el que acaba de cumplir cinco meses.

El fin de la inocencia se ha presentado con el estallido del Poder Judicial, que algunas voces en el PP señalan como el primer error político de Feijóo, y con la certeza de que en las próximas semanas tendrá que dejar atrás la indefinición con la que hasta ahora ha ido ganando tiempo sobre algunos de los asuntos más trascendentes del futuro inmediato del país. Este otoño, el gestor Feijóo ―que saca pecho de su larga hoja de servicios en la Administración, con 13 años como presidente de la Xunta de Galicia― tendrá que mojarse sobre los impuestos extraordinarios a los beneficios de las eléctricas y de los bancos ―el próximo martes―, sobre la subida del salario mínimo, la del sueldo de los funcionarios y la actualización de las pensiones, todo en un contexto de inflación galopante y amenaza de recesión. Hasta ahora ha esquivado todos estos asuntos con el pretexto de que quería conocer exactamente qué planteaba el Gobierno, pero ese momento ya ha llegado. Todo va ir a debate y votación al Congreso en las próximas semanas, a partir de que el Ejecutivo registre la Ley de Presupuestos para el año que viene.

Debate interno en el PP

La decisión sobre alguno de estos asuntos no es sencilla y hay debate interno en el PP. El impuesto a las eléctricas no es exclusivo de Gobiernos progresistas. Lo han aprobado algunos liberales, como el italiano, y el PP es consciente, además, de que es una medida que goza de amplio respaldo popular. Por esos motivos, la dirección popular se inclina en estos momentos por no oponerse, según las fuentes consultadas por EL PAÍS, pero incluso también se plantea no oponerse ante el impuesto a los beneficios de la banca. El problema de esta posición, que sería muy relevante y arriesgada para el mundo conservador español, es que la opinión del sector económico del grupo parlamentario popular ―que tendrá que votar― es la contraria. Este grupo cree que el PP debería rechazar ambos tributos. De momento, Feijóo se ha manejado en sus palabras en una calculada ambigüedad, que sirve tanto para una posición como para la contraria. Pero el tiempo se agota.

El otro problema del otoño para Feijóo es el Consejo General del Poder Judicial. Esta semana, el bloqueo llegó a un punto límite cuando el presidente del Consejo y del Tribunal Supremo, que fue propuesto por el PP, abroncó a los populares delante de Feijóo en la apertura del curso judicial, denunciando que hayan supeditado a sucesivas condiciones el mandato constitucional de renovación. En algunos sectores del PP este asunto se ve ya como “el primer error político de Feijóo”. “Tiene mala salida”, analiza un dirigente. “No tendrían que haber llegado las cosas hasta aquí. El primer error fue de Pablo Casado, condicionando la renovación al cambio de modelo de elección de los vocales. Luego llegó el bucle. Después, habría que haber controlado a Lesmes, estas cosas se hablan... Y ahora ya el problema es de Feijóo”.

El político gallego ha cultivado una fama de hombre de Estado, pero ahora tiene empantanada la justicia igual que su predecesor, Pablo Casado, y algunos barones alertan de que la parálisis del CGPJ, por primera vez, “empieza a generar desgaste”. “La gente empieza a hablar de lo del CGPJ y se lo echa en cara a los dos, a Sánchez y a Feijóo”, reflexiona un presidente popular. Este barón advierte de un condicionante en el que se mueve el líder del PP en este tema: “El problema es que si nos desviamos hacia un pasteleo de nombres con el Gobierno, nos hace daño Vox”. Otros barones disculpan, en cambio, a Feijóo, porque Sánchez, consideran, no le ayuda con su “soberbia”. “Es un tema espinoso. El PSOE tendría que hacer algún gesto para que Feijóo no quede como un blando. Sánchez debería iniciar un proceso hacia la elección de los jueces por sus pares, tiene que dar algo que permita al PP no salir derrotado”, apunta otro presidente del PP. “Alberto traslada que el Gobierno debería dar algún pasito, que Sánchez le ningunea... Hay un clima de hostilidad. Esto requiere algo más de audacia y generosidad, para España no es bueno que esto siga bloqueado”.

Los presidentes populares subrayan también la “desconfianza” que ha prendido entre Sánchez y Feijóo como uno de los factores que explican el desencuentro en el Poder Judicial. El debate de esta semana en el Senado no ha ayudado nada a la relación entre los dos líderes. El presidente lanzó una larga enmienda a la totalidad de casi 50 minutos contra Feijóo, tratando de demostrar su “insolvencia”, que no sentó nada bien al líder del PP. “Ahí parece que se ha roto algo”, se comenta entre las filas populares. El debate, el primer órdago político de Feijóo a Sánchez, terminó para el jefe de la oposición con claroscuros, según la interpretación en el PP. A cambio, el presidente tampoco entusiasmó a los suyos.

Con el fin del verano, Feijóo tiene que lidiar, además, con el debate que empieza a escucharse en la derecha sobre su estrategia. Sánchez ha empezado el curso hiperactivo, frente a un Feijóo más conservador. Algunas voces en la derecha le piden al jefe de la oposición más iniciativa. “La economía va a seguir muy mal, pero no hay que esperar a que caiga Sánchez, hay que hacer propuestas”, opina un dirigente de la cúpula. Este lunes, casi una semana después de que Feijóo enseñara la carátula de su plan para afrontar la crisis energética en el Senado, el PP hará público su contenido. El otoño se acerca para la oposición, igual que en el calendario.

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Sobre la firma

Elsa García de Blas
Periodista política. Cubre la información del PP después de haber seguido los pasos de tres partidos (el PSOE, Unidas Podemos y Cs). La mayor parte de su carrera la ha desarrollado en EL PAÍS y la SER. Es licenciada en Derecho y en Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid y máster en periodismo de EL PAÍS. Colabora como analista en TVE.

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