El presidente del Constitucional: “El tribunal debe alejarse de la la refriega política”
Pedro Gonázlez-Trevijano cree que PP y PSOE pueden llegar a un acuerdo que desbloquee el Consejo del Poder Judicial y permita renovar el propio tribunal de garantías en junio
El presidente del tribunal de garantías, Pedro González-Trevijano, ha defendido este jueves que “el Tribunal Constitucional debe alejarse de la refriega política”. Trevijano ha pronunciado estas palabras durante una conferencia sobre la Carta Magna celebrada en el Instituto de Emprendimiento Avanzado, en la que ha sostenido que “no es bueno dictar las sentencias como respuesta rápida” a los conflictos planteados. Ha añadido, además, que “hay que distanciarse”, citando expresamente la idea de uno de sus antecesores en el cargo, Francisco Tomás y Valiente, para quien “el Constitucional resuelve asuntos políticos, pero con criterios jurídicos”. Y que para hacerlo “hay que ver los problemas con perspectiva, y al mismo tiempo sin dilaciones indebidas”, porque “tenemos que dar respuesta en tiempos razonables”.
En cuanto a la posibilidad de que la falta de acuerdo para renovar el Consejo del Poder Judicial dificulte también la renovación del Constitucional que corresponde hacer el próximo mes de junio, Trevijano ha afirmado: “Es una cuestión que me ocupa, pero tampoco me quita el sueño. Las instituciones se respetan, y se respetan cuando se hace el esfuerzo de renovarlas, y se renuevan en tiempo y forma. No soy un pesimista antropológico. Creo que las cosas son susceptibles de arreglarse, y creo en el consenso, el compromiso y el esfuerzo, y estoy convencido de que las formaciones políticas intentarán un acuerdo para renovar el Consejo General del Poder Judicial pronto y en lo que pueda afectar a la inmediata renovación del Tribunal Constitucional”. En junio debe producirse el nombramiento de cuatro nuevos magistrados, dos por parte del Gobierno y otros dos por parte del órgano de gobierno de los jueces.
Sobre la controversia en torno a las recusaciones de magistrados, Trevijano ha sostenido que las Cortes constituyentes quisieron que el tribunal tuviera sensibilidades distintas. Por eso, ha explicado, intervienen en sucesivas renovaciones el Gobierno, el Parlamento y el Consejo General del Poder Judicial. “Es imposible que todos los catedráticos pensemos lo mismo del modelo autonómico, por ejemplo. Esas sensibilidades diferentes se concentran en el tribunal y se reflejan en el sistema de elección de sus miembros. La sociedad española es plural, y el tribunal también. Que todos los magistrados pensáramos igual sería pernicioso. La falta de unanimidad no debe llamar la atención”, ha aseverado.
El presidente del Constitucional subrayó también que los sucesivos jefes de Gobierno, hasta José Luis Rodríguez Zapatero, no impulsaron reformas de la Carta Magna. Ha recordado que Zapatero pidió un informe del Consejo de Estado sobre esta cuestión, y que se pensó recoger en el texto el derecho comunitario, y la eliminación de la discriminación de la mujer en la sucesión a la jefatura del Estado. “El constituyente aceptó lo que había sido el modelo tradicional español, que implicaba la supeditación, en igualdad de grado, al varón. La atención se centró en construir una Monarquía parlamentaria. Si se revisa la Constitución, se eliminará esa discriminación, nadie lo duda”.
Trevijano ha considerado que el derecho constitucional “no puede anquilosarse”. Lo deseable, ha proseguido, es encontrar un punto de equilibrio entre las mejores líneas de una Constitución y que pueda acomodarse a su tiempo, “para ser capaz de adaptarse el texto a nuevas exigencias”. A lo que ha añadido: “Se dice que la Constitución es pétrea. Y es cierto, pero matizable. Tiene una justificación. Los españoles hemos tenido una idea taumatúrgica de las Constituciones. Abrir esa caja de pandora siempre ha suscitado muchas dudas. La Constitución fue imprecisa, para permitir el consenso. Quedaron muchos preceptos abiertos, y se ha ido desarrollando con las leyes orgánicas y las sentencias del Constitucional”.
En todo caso, ha destacado que “la Constitución del 78 nos introdujo en la modernidad constitucional, con dos rasgos esenciales”. Y ha añadido, para explicarlo, que el texto “reconoce los derechos fundamentales y el principio de separación de poderes. En ello es ejemplar. Y los derechos fundamentales se recogen de forma muy prolija y detallada”. Fue el resultado de que se impusiera “la tesis de que el contexto político requería prestar una atención primigenia a dichos derechos, a los que la Constitución dedica casi una cuarta parte de su contenido”.
Trevijano ha subrayado también que “cuando se inste la reforma de la Constitución, hay otras materias posibles”, y ha citado como ejemplo “la modificación del Senado”, para darle el carácter de cámara de representación territorial. Y ha auspiciado otras reformas “de muy diferente calado”. Se ha preguntado, a este respecto, “¿por qué se decidió un Constitucional con 12 magistrados y no con 13?”. Y se ha respondido que el problema que quería señalar es que “con una composición paritaria del tribunal, parece que una sentencia que se resuelve por el voto de calidad la ha decidido en realidad el presidente, al dirimir el empate”.
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