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Fernández Díaz asegura al juez que supo del espionaje a Bárcenas por la prensa

El juez García-Castellón le dice, irónico, al exministro sobre Kitchen: “Usted no se enteraba de nada”

A la izquierda, Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, a su llegada este viernes a la Audiencia Nacional.
A la izquierda, Jorge Fernández Díaz, exministro del Interior, a su llegada este viernes a la Audiencia Nacional.Andrea Comas (EL PAÍS)

Balones fuera. El exministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, se ha sentado este viernes ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón con una estrategia de defensa muy clara: reiterar que él no puso en marcha el caso Kitchen y que se enteró de su existencia por la prensa. Para ello, no ha dudado en tildar de falsa la versión que este jueves contó al magistrado su antiguo número dos, Francisco Martínez, quien afirmó que su jefe estaba al tanto de la operación y que fue el propio ministro quien le telefoneó un fin de semana para hablarle por primera vez del confidente que la trama policial había captado, Sergío Ríos, entonces chófer del extesorero del PP Luis Bárcenas. Ante tales evasivas, el juez le ha llegado a espetar al exministro: “Usted no se enteraba de nada”, según detallan fuentes jurídicas.

Martínez se había agarrado el jueves a la misma línea de defensa que ya había marcado antes el comisario Eugenio Pino, entonces director adjunto operativo de la Policía Nacional y también imputado. El antiguo mando policial reconoció que existió el dispositivo de seguimiento a Bárcenas y a su entorno, pero arguyó que era legal y que su objetivo era averiguar quiénes eran los testaferros de Bárcenas y dónde guardaba este su botín: “[El objetivo] eran las cuentas en Suiza”. Todo ello, pese a que en el sumario hay varios testimonios que apuntan a que, en realidad, se puso en marcha para arrebatar al extesorero documentos comprometedores para altos cargos del PP. Además, las pesquisas ya han dilucidado que nunca se informó de ese dispositivo al juez que investigaba en ese momento la caja b del PP, ni a los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) que estaban bajo las órdenes del magistrado.

Este viernes, Fernández Díaz ha reiterado que todo lo que supo de Kitchen fue por la prensa y ha negado la veracidad de los mensajes de teléfono de los que el ex secretario de Estado levantó actas notariales y que le incriminan. En uno de ellos, presuntamente enviado por el exministro, se leía: “Chofer B. Sergio Javier Ríos Esgueva (ahora hace esa función con su mujer)”, en referencia al conductor contactado por la trama para espiar al extesorero y a su esposa, Rosalía Iglesias. En otro, se indicaba que “la operación se hizo con éxito. Se ha volcado todo (2 iPhone y un iPad)”, aludiendo a la sustracción de los teléfonos de Bárcenas y su pareja para acceder a su contenido, una de las acciones sin control judicial de la Operación Kitchen. En un escrito de defensa enviado al juez para tratar de tumbar su imputación, el exministro ya afirmaba que estos habían sido manipulados y calificó su contenido de “totalmente inverosímil y contradictorio”.

El juez analiza el móvil

Este viernes lo ha vuelto a hacer e, incluso, ha esgrimido que el lenguaje utilizado, en concreto el uso de la letra 'K’ que aparece en alguno, no es suyo. Al término de la declaración, la Fiscalía Anticorrupción ha pedido al juez que se le requisase el terminal. Según la defensa del exministro, Fernández Díaz lo ha entregado voluntariamente para que se constatase que dichos mensajes, de hace siete años, no estaban en el móvil.

El exresponsable del Interior también ha ejercido de cortafuegos para que la investigación no siga escalando en el organigrama del Gobierno y del PP. Según ha repetido, nadie ajeno al ministerio se comunicó con él para interesarse por el operativo y nadie le dio indicaciones al respecto. De hecho, ha recalcado que el único que le podía proponer un despliegue de seguimiento a Bárcenas era el entonces presidente del Gobierno. Pero Mariano Rajoy, según su versión, nunca lo hizo. Tampoco desde la cúpula del PP se le dijo nada. Ni siquiera María Dolores de Cospedal, en ese momento secretaria general de la formación conservadora y a quien la Fiscalía Anticorrupción ha pedido imputar, aunque el magistrado lo ha rechazado de momento.

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A lo largo de casi dos horas, en las que el exministro solo ha respondido al juez y a su defensa, la declaración se ha centrado en diversos aspectos que sobrevuelan la causa. Así, al ser preguntado por los fondos reservados, Fernández Díaz ha vuelto a señalar al exsecretario de Estado de Seguridad como el responsable de su control y ha insistido que él no participó en nada. El juez le ha interrogado también por su relación con el comisario José Manuel Villarejo, en prisión desde 2017 y epicentro de este macrosumario. De él, el exministro ha dicho que solo lo ha saludado un par de veces, una de ellas en 2012, cuando fue a ver a Martínez a su despacho y este estaba con el policía. La segunda, en la cena que se ofreció en 2016 al comisario Pino y a la que asistieron tanto el policía como el político.

El ex número dos de Interior había contado este jueves que, a su llegada a Interior, comenzó a tener una relación fluida con Villarejo porque así se lo había pedido su jefe, a quien se lo había recomendado a su vez Juan Cotino, responsable de la Policía Nacional con el Gobierno de José María Aznar. El exministro ha confirmado ahora que habló con Cotino, fallecido hace unos meses por la covid y que estuvo procesado en una pieza del caso Gürtel, y que le recomendó a Villarejo. Este ha sido uno de los pocos detalles que Fernández Díaz ha reconocido de la declaración de su antigua mano derecha, con quien ha dicho que está “muy dolido” por haberle incriminado.

La insistencia de Fernández Díaz en negar todo lo demás ha llevado al magistrado García-Castellón a decir que era “muy deprimente” que él fuera el responsable de un ministerio que, según su versión, parece “un reino de taifas”. “No le diré que no”, ha contestado entonces el exresponsable de Interior, quien ha alegado que esa situación venía de lejos y que él fue el décimo ministro que tuvo bajo sus órdenes a Villarejo. Y como ejemplo de ello ha recordado la grabación que reveló la celebración de una comida multitudinaria entre cuyos comensales estaban el policía y la exministra y actual fiscal general del Estado, Dolores Delgado, que salió a la luz meses después del arresto del comisario en la Operación Tándem.

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