El ajuste de cuentas de Rivera con Pedro Sánchez
El exlíder de Ciudadanos reflexiona en su último libro sobre su fracaso político y lo achaca a haberle levantado el veto al PSOE
“Nuestra relación fue de más a menos y de menos a nada”. Albert Rivera describe así el muro que se levantó entre él y Pedro Sánchez a partir de la moción de censura a Mariano Rajoy en junio de 2018, el momento que marcó el inicio del declive político del exlíder de Ciudadanos hasta su dimisión en noviembre de 2019 tras un batacazo en las urnas. En su último libro, Un Ciudadano libre (Espasa), publicado este martes, Rivera habla por primera vez de su etapa final al frente del partido y de las causas de su fracaso. Y destaca un protagonista: Pedro Sánchez, citado en 28 ocasiones, y a quien veladamente Rivera culpa de su final. El expolítico llega a la conclusión de que su principal error no fue su contestado veto a cualquier pacto con el PSOE, sino lo contrario, haberlo levantado poco antes de la repetición electoral del 10 de noviembre.
“Es evidente que levantar la bandera blanca del pacto con PSOE y PP en un país atrincherado me costó la muerte política”, escribe Rivera refiriéndose a la oferta de acuerdo que lanzó en septiembre de 2019, cuando quedaban apenas dos semanas para que se volvieran a convocar elecciones, después de más de seis meses de negativa a cualquier pacto con el PSOE, con quien Cs sumaba mayoría absoluta. En la repetición electoral de noviembre, en la que perdió 47 de sus 57 escaños de abril, Rivera cree que seguir manteniendo un discurso sin el veto al PSOE le pasó factura. “La mayoría de nuestros votantes de abril nos apoyaron para ganar a Sánchez, no para hacerle presidente”, justifica.
Rivera elude, sin embargo, que en su varapalo electoral pudo pesar también que Ciudadanos participara del bloqueo político durante los seis meses anteriores a las elecciones. También soslaya que cuando levantó el veto al PSOE el partido ya caía a plomo en las encuestas, y que durante el verano Cs sufrió una fuerte crisis interna con una oleada de dimisiones provocadas por esa posición política. En el libro no menciona que cuatro dirigentes dimitieron en desacuerdo con la estrategia, como tampoco admite dudas sobre los pactos apoyados en Vox o su participación en la famosa foto de Colón, que deja fuera de su relato.
La culpa, sostiene, la tuvo Sánchez, un político al que describe como “capaz de cualquier cosa para lograr sus fines” y a quien acusa de “alentar el guerracivilismo” en España. “Creo que, mientras Pedro Sánchez siga al frente del PSOE, el acuerdo entre constitucionalistas nunca se producirá”, abunda el exlíder de Cs, que lamenta no haber lanzado esa oferta de desbloqueo antes porque así habría “desenmascarado” a Sánchez, quien en su opinión siempre quiso repetir elecciones. En cambio, el veto a los pactos con los socialistas aprobado por su ejecutiva en febrero de 2019 fue acertado, porque les granjeó “el mejor resultado de la historia de Cs”, los 57 escaños de abril.
Rivera defiende, al mismo tiempo, que el país necesita “más pactos de Estado y menos trincheras”, y se define como “un liberal entre dos Españas”. En un momento sí concede que fue “enormemente complicado sobrevivir a la política nacional sin adscribirse a uno de esos bandos”.
El exlíder de Cs reconoce el tormento que vivió en la etapa final. Había perdido la ilusión y pensó en dimitir varios meses antes de hacerlo: por eso fue guardando notas de despedida en su móvil. Con ese sabor amargo, Rivera, que ha vuelto a trabajar en la abogacía, asegura que su punto final en política “es definitivo”. El libro sirve para cerrar una etapa de 13 años dedicado a la vida pública con la “espina” clavada de no haber logrado llegar a la presidencia del Gobierno. “Estuve a punto de tocar el cielo”, se lamenta.
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