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El presidente andaluz se resiste a ampliar consejerías como reclama Cs

Moreno resiste a darle luz verde por cuanto eso significaría desdecirse de su programa electoral

El presidente de la Junta, Juanma Moreno,  en un acto en Málaga.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, en un acto en Málaga.Junta de Andalucía (Europa Press)
Lourdes Lucio

El vicepresidente andaluz, Juan Marín, de Ciudadanos, presiona desde hace meses al presidente, Juan Manuel Moreno Bonilla, del PP, para que ponga en marcha una crisis de Gobierno y amplíe el número de consejerías de la Junta. Moreno se resiste: el recorte de gasto en la estructura administrativa fue una de sus promesas electorales durante la larga travesía del PP en la oposición y fuentes populares vinculan la presión de Marín a la situación interna de Cs tras la dimisión de Albert Rivera y el acercamiento de Inés Arrimadas al PSOE, que ha enturbiado la relación entre los socios de Gobierno e incluso dentro de Cs.

Uno de los compromisos más reiterados por la derecha andaluza en los casi 37 años en los que permaneció en la oposición es la reducción de los altos cargos de la Junta. En casi todos sus programas electorales aparece esa promesa fetiche, a la que los dirigentes del PP atribuyen un valor extraordinario tanto en lo político, en cuanto a diferenciación en la forma de gobernar con el PSOE, como en lo económico, para eliminar lo que denominan “gasto superfluo”. Cuando Juan Manuel Moreno formó el primer Ejecutivo de PP y Ciudadanos en Andalucía redujo en dos el número de consejerías y también el de altos cargos y eventuales. Su vicepresidente, Juan Marín, le presiona para aumentar el número de sillones.

Ese debate, según la oposición de izquierdas, surge en el momento menos oportuno, con brotes de coronavirus en casi todas las provincias, incertidumbre sobre la apertura del curso escolar y con una crisis económica y social de gran calado en ciernes. Pero ese es precisamente el argumento del vicepresidente de la Junta y portavoz de Cs en Andalucía para proponer “ajustes técnicos” en la Administración: la gestión de la pandemia.

Marín ya planteó a principios de año incrementar en dos el número de consejerías para aliviar a dos macrodepartamentos de la Junta. El suyo, donde además de la vicepresidencia es también consejero en materias tan diversas como Turismo, Regeneración, Justicia y Administración Local, además de ostentar las competencias en migración, y la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, una de las que más expedientes genera. El presidente de la Junta no lo consideró oportuno y como solución amplió en 16 el número de cargos provinciales.

Moreno sigue sin estar convencido de la ampliación del número de carteras, según las fuentes consultadas, y se resiste a darle luz verde por cuanto eso significaría desdecirse de su programa electoral y meterse en un charco que no sabe cómo le va a salpicar. El presidente andaluz sí está dispuesto a una remodelación en los segundos niveles de la Administración, en secretarías generales o direcciones generales, porque es consciente de la enorme carga de trabajo en algunos departamentos y también de que el reparto de competencias que hicieron tras estrenar la Junta no es operativo. Pero quiere mantener la primera foto oficial que todos los consejeros del Gobierno se hicieron en el exterior del palacio de San Telmo, insisten fuentes de su entorno. Según la Consejería de la Presidencia, la reducción en la estructura de la Junta supone un ahorro de 13,5 millones esta legislatura.

Los porqués de la exigencia de Marín de abanderar esta demanda de ampliar la nómina de consejeros hay que buscarlos en la confusa situación interna en Ciudadanos Andalucía tras la dimisión de Albert Rivera y la elección de Inés Arrimadas, según destacan varias fuentes. “Quiere resolver de este modo un problema interno”, afirman en el PP. Al fondo se vislumbra la batalla por la candidatura a la presidencia de la Junta para 2022, donde hay dirigentes tomando posiciones. Además del pulso entre Marín y el exsecretario de Organización, Fran Hervías, también hay disfunciones con el grupo parlamentario que dirige Sergio Romero. No hay titubeos en el apoyo al Gobierno en su conjunto, pero Romero subraya la gestión de las cinco consejerías de Cs, especialmente, la de Igualdad que dirige Rocío Ruiz y en la que Vox centra sus críticas.

Relación con el PSOE

También hay discrepancias sobre la relación con el PSOE, al que Cs sostuvo la pasada legislatura andaluza. Desde que Arrimadas tomó las riendas del partido tras la debacle electoral, abrió el foco de relaciones políticas con acuerdos con el Gobierno de Pedro Sánchez.

Fuentes de Ciudadanos admiten que no hay canales fluidos de comunicación entre Marín y la secretaria general de los socialistas andaluces, Susana Díaz, como sí empieza a haberlos a otros niveles con otros interlocutores socialistas. En las últimas semanas, la expresidenta andaluza ha apelado de manera insistente a sus antiguos aliados para que sigan la senda de Arrimadas en Andalucía.

La Junta aparca la promesa de la “bajada masiva” de impuestos

Los socios del Gobierno andaluz, PP y Ciudadanos, han empezado la negociación para los presupuestos autonómicos para 2021, el penúltimo año de la legislatura antes de las elecciones, previstas en diciembre de 2022. En la orden en la que se establecen directrices para las próximas cuentas autonómicas, la Consejería de Hacienda dibuja una situación marcada por “la situación de emergencia sanitaria y social provocada por la Covid-19 y las consecuencias económicas derivadas de la paralización de la actividad en una buena parte de los sectores económicos, la elevación del gasto público y la reducción de ingresos”. El Gobierno autónomo va a dejar aparcada —por el momento— su promesa de “bajada masiva de impuestos”, en la que el PP de Juan Manuel Moreno Bonilla centró su campaña electoral. “En esta tesitura no puede haber más rebajas fiscales. Cuando llegue la recuperación económica, podremos pensar en volver a bajar de nuevo impuestos”, afirmó el presidente andaluz días atrás en Abc.

La negociación con Vox, que garantiza la estabilidad del Ejecutivo prestando el apoyo de sus 12 diputados autonómicos desde fuera del Gobierno, comenzará una vez que PP y Ciudadanos cierren la suya. Pero la ultraderecha ya ha avanzado su objetivo: “Presentaremos listas cerradas con nombres de entes instrumentales que deben ser suprimidos”, dice el partido que lidera Santiago Abascal. Vox ya amenazó con una enmienda a la totalidad hasta el último momento en la negociación de los últimos presupuestos autonómicos. Y ya entonces puso el foco en la reducción del sector público andaluz, uno de los caballos de batalla en la Junta.


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