Carla Simón: “Sé poco sobre mi madre. Siempre la tengo que inventar”
Tras ganar el Oso de Oro por ‘Alcarràs’, la directora de cine catalana ha dado a luz a un niño y un nuevo proyecto, ‘Carta a mi madre para mi hijo’, un corto para la firma de moda Miu Miu en el que explora la memoria familiar y la maternidad.
“Perdón por llegar tarde. Estaba dando el pecho. No sé si se habrá quedado con hambre”, dice la directora de cine Carla Simón (Barcelona, 35 años) al otro lado de la pantalla del Zoom, mientras fuera de encuadre se oye el sollozo de un bebé recién nacido. Durante los últimos nueve meses, la realizadora catalana no solo ha saboreado el éxito de Alcarràs, la película con la que ganó el Oso de Oro en la última edición de la Berlinale, si...
“Perdón por llegar tarde. Estaba dando el pecho. No sé si se habrá quedado con hambre”, dice la directora de cine Carla Simón (Barcelona, 35 años) al otro lado de la pantalla del Zoom, mientras fuera de encuadre se oye el sollozo de un bebé recién nacido. Durante los últimos nueve meses, la realizadora catalana no solo ha saboreado el éxito de Alcarràs, la película con la que ganó el Oso de Oro en la última edición de la Berlinale, sino que también ha gestado y dado a luz a un niño llamado Manel y un nuevo proyecto, Carta a mi madre para mi hijo. Se trata de la más reciente entrega de Women’s Tales, la serie de cortos que Miu Miu encarga cada año a algunas de las directoras más importantes del mundo para apoyar el cine y también dar visibilidad a sus colecciones. Es la primera vez que una española colabora en esta iniciativa, una de las más personales de la diseñadora Miuccia Prada.
Simón recibió la llamada de Miu Miu en marzo, mientras presentaba Alcarràs en el festival de cine de Málaga. Aceptó sin dudarlo. “Sabía que era una locura. Estaba en plena promoción de mi película y en el comienzo de mi embarazo, pero me apetecía hacerlo. La libertad que me daban era muy tentadora. Además, conocía las historias de Miu Miu porque muchas directoras que han participado son grandes referentes para mí”, explica, citando a figuras como Agnès Varda, Lucrecia Martel y Zoe Cassavetes. Los cortos de Women’s Tales abordan el mundo femenino con una mirada crítica, reflejando las complejidades y fantasías de las mujeres. A la creadora le seducía la idea de hablar de lo que le estaba pasando en ese momento: su embarazo. “Cuando me llamaron, estaba pensando mucho en mi madre biológica, por razones obvias. Quería imaginar cómo vivió ella la maternidad. Por eso este corto es una carta a mi madre, pero también para mi hijo Manel. Cuando sea mayor, podrá verlo y tendrá esa memoria familiar”.
La familia es la piedra angular de la filmografía de Carla Simón, que con solo seis años quedó huérfana —sus padres fallecieron a causa del sida— y tuvo que criarse con sus tíos en La Garrotxa, en el norte de Cataluña. En Verano 1993, su primer largometraje, estrenado en 2017, retrata con elegante cotidianeidad el duelo que experimentó de niña. En Alcarràs se aproxima a la lucha de una saga de agricultores, inspirada en sus propios tíos. Ahora, en Carta a mi madre para mi hijo, que acaba de presentar en el Festival de Venecia, revisita su vida y retorna a sitios y referencias que forman parte de su educación sentimental: las playas de la Costa Brava, a la que siempre asocia con sus padres; el cementerio de Badalona, donde están enterrados su madre y sus abuelos; una canción de Lole y Manuel… “En este corto hablo del recuerdo, de la memoria familiar, pero también de las cosas que sientes cuando estás embarazada y de la necesidad de tener a tu madre cuando vas a ser madre”, dice.
El proceso creativo no fue fácil, ya que tiene pocos recuerdos nítidos sobre su madre. “Siempre la tengo que inventar. Sé muy pocas cosas y las sé por cartas que escribió a sus amigos”, reconoce. En un cajón de su casa guarda algunos objetos personales de sus padres que le han servido para construir el puzle de su vida y de esta cinta: fotografías viejas, fragmentos de vídeos, canciones. También ha recurrido a las historias que oyó de sus tíos y abuelos. “Ellos me han contado sus versiones, que son muy distintas y subjetivas, siempre sujetas al hecho de que mis padres murieron de sida. La gente cubre cosas o las cuenta de otra manera. Para mí ha sido una frustración no poder acceder a lo que vivieron ellos. Inventarlos a través de unos pocos elementos es algo con lo que he jugado toda mi vida y es el espíritu de este corto”.
Carta a mi madre para mi hijo está impregnada de un tono intimista, imaginativo, poético y onírico. Algunas partes de este fashion film están rodadas con una cámara Super-8, lo que realza el tono íntimo. “Para mí, el cine también es esto: rodar sola, la cámara y yo”, dice. La actriz Ángela Molina encarna a su madre. “Cuando pensaba en quién podría hacer de ella, siempre surgía el nombre de Ángela. Incluso antes de tener este proyecto, siempre pensaba en ella para el papel. Es muy maternal y mística”. También participan Cecilia Gómez y Ainet Jounou.
Hurgar en el pasado siempre tiene su coste emocional. En su caso, asegura que le ayuda a reflexionar, aunque reconoce que a veces puede ser agotador. “Por más que tengo muy asimilada mi historia, a veces termino con ganas de cambiar de tema. Me pasó después de rodar Verano 1993″, apunta. “En este caso, como era un corto, fue menos desgastador. Además, acabo de ser madre, es un momento intenso, y poder reflexionar sobre mi vida ha sido sanador”.
Simón nunca sintió interés por la moda hasta que estrenó Verano 1993. La diseñadora Teresa Helbig la llamó y le ofreció vestirla para los festivales de cine. Al entrar en el taller de Helbig, se dio cuenta de cómo trabajan los diseñadores y artesanos. “Desde entonces, disfruto mucho de la moda y me fijo más en la ropa”, asegura. En el corto para Miu Miu, los diseños de la marca italiana para el otoño-invierno 2022-2023 acentúan el carácter de Molina, que interpreta a la madre de la directora. “Por las fotos que he visto y por lo que me han contado, mi madre era una mujer que vestía de manera muy particular. Me gustaba la idea de que llevara ropa de Miu Miu, que tiene mucha personalidad”.
La directora disfrutó de la rapidez e inmediatez de este proyecto para una marca de ropa, pero es conocida por tomarse su tiempo a la hora de rodar sus películas. “Soy muy lenta, me gusta cocinar todo a fuego lento. Vivimos en un mundo donde hay mucha presión sobre nuestra productividad. A mí me han ofrecido dirigir diez mil cosas distintas y mil veces me han preguntado: ‘¿Por qué tardas tanto?’. Voy a la contra. Yo no tengo tantas cosas que contar, así que prefiero contar menos y hacerlo bien”, explica.
De hecho, no tiene prisas por estrenar su tercer largometraje, que se llamará Romería. “Llevo tiempo queriendo hacer esta película y tengo muy claro lo que quiero. Voy por la tercera versión del guion. Está encaminado, pero no sé si rodaremos el próximo año o el siguiente”, dice. Tras ganar el Oso de Oro con Alcarràs, hay muchas expectativas puestas en este filme, pero tiene claro que no puede controlar las aspiraciones ajenas. “Además, no creo que el mundo necesite mis películas o las películas de nadie. Cuando me dieron el Oso de Oro, me sentí muy aliviada. Fue como quitarme el peso de encima que había sentido después de Verano 1993. Lo que ocurrió en Berlín fue algo tan grande que ya no siento la necesidad de aspirar a que pase lo mismo con mi siguiente película. Estoy más relajada. Me ha servido para comprobar que vale la pena trabajar como me gusta: con tiempo y con cosas muy personales”.
Por ahora, Romería es una gran incógnita. Su directora no sabe cuándo terminará el guion, ni cuándo comenzará el rodaje ni cuándo estrenará la cinta. Pero tiene la certeza de que la maternidad tendrá un gran impacto en la película y en su futura filmografía. “Hasta ahora siempre había contado mis historias desde un mismo punto de vista: el de la última, el de la más pequeña. Siempre he sido la más joven de mi familia. Ahora, mis padres y abuelos han muerto y yo soy madre. Eso es algo nuevo para mí”.