Alcalá de Henares siempre merece volver

Pasear por las calles de Alcalá de Henares es un ejercicio inmediato de evocación. La ciudad en la que nació y creó el ilustre Miguel de Cervantes atesora a cada paso rincones que guardan reminiscencias al autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. La plaza que lleva su nombre corona el casco histórico de la localidad, un enclave que, junto a la Universidad local, es uno de los cinco únicos lugares de la Comunidad de Madrid con la etiqueta de Patrimonio Mundial por la Unesco. Le siguen el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial; el Paisaje Cultural de Aranjuez; el Hayedo de Montejo (reconocido como Patrimonio Natural), y el Paisaje de la Luz (Paseo del Prado y el Buen Retiro), en plena capital de España.

Distante solo 45 minutos de Madrid, a Alcalá de Henares se puede llegar fácilmente en cercanías, pero Renfe ofrece también un interesante tren turístico, conocido como Tren de Cervantes. En Alcalá conviven cerca de 200.000 complutenses (gentilicio tan válido como alcalaíno) que han visto cómo en los últimos años su ciudad se ha convertido en uno de los destinos turísticos más visitados de la Comunidad. Prueba de ello son las cifras récord que batió en 2023.

Para disfrutar con plenitud de Alcalá de Henares, es recomendable concertar una visita con guías oficiales, cuyo listado se puede consultar en la página de turismo del Ayuntamiento. Así se podrá conocer mejor la historia, la gastronomía y la cuantiosa aportación de la ciudad a la literatura universal. Pero los viajeros que prefieran descubrir la villa cervantina por libre tienen múltiples opciones, en función del tiempo de su estancia. Estas son las principales.

Cervantes y la Universidad requieren hacer noche (o volver)

Una estancia de dos días puede servir para aproximarse a la vasta oferta cultural que ofrece la localidad madrileña. Levantada a mediados del siglo XVI, Alcalá de Henares es la primera ciudad española diseñada exclusivamente como sede universitaria. Una parada obligada, por tanto, es la Universidad de Alcalá de Henares (UAH), una de las obras más destacadas del Renacimiento español. Fue concebida como modelo para otros centros de Europa y las Américas.

Levantada a mediados del siglo XVI, Alcalá de Henares es la primera ciudad española diseñada exclusivamente como sede universitaria. La Universidad, una de las obras más destacadas del Renacimiento español, fue concebida como modelo para otros centros de Europa y las Américas.

El Colegio Mayor de San Ildefonso, sede actual de la Universidad, es el edificio más antiguo construido en la localidad, a iniciativa del Cardenal Cisneros, una de las personalidades del reinado de los Reyes Católicos (se cree que estudió Gramática en la ciudad). Su arquitecto fue el madrileño Rodrigo Gil de Hontañón, el mismo que diseñó las catedrales de Segovia y Salamanca. Dentro de la Universidad se encuentra el Paraninfo, donde se entrega cada 23 de abril el Premio Cervantes, el equivalente en lengua castellana al Premio Nobel de Literatura y por el que han desfilado insignes ganadores como Jorge Luis Borges o Rafael Alberti.

La apuesta vespertina (o el día siguiente) en ese paseo por la historia de Alcalá de Henares se puede completar con una amplia oferta de museos. Por ejemplo, la Casa Natal de Cervantes, que además de centrarse en la figura del escritor más importante de la literatura en español, recrea un hogar tradicional del siglo XVII, cuando el escritor redactó El Quijote. Cerca se ubica el Hospital de Antezana y el Convento carmelita de la Imagen, que guardan tras sus muros curiosas conexiones con la familia del escritor. Uno de los grandes alicientes de este 2024 es el Museo Arqueológico y Paleontológico de la Comunidad de Madrid (que celebra su 25 aniversario) y el Museo de Arte Iberoamericano de la UAH.

A apenas un kilómetro de la localidad se ubican las ruinas de la Ciudad Romana de Complutum, testigo de la época en la que el latín era la lengua común. Enclave de intenso intercambio cultural para el Imperio, el recorrido total por el complejo dura aproximadamente una hora

Tres días de vestigios y tapas

Siglos antes de que Cervantes escribiera las andanzas de un caballero y su escudero, los romanos vieron en la geografía del Valle de Henares un lugar ideal para asentarse. A apenas un kilómetro de la localidad se ubican las ruinas de la Ciudad Romana de Complutum, testigo de la época en la que el latín era la lengua común. Enclave de intenso intercambio cultural para el Imperio, el recorrido total por el complejo dura aproximadamente una hora.

En ese tiempo, los visitantes podrán conocer de primera mano restos arqueológicos que datan del siglo I a.C., como la casa de Hippolytus, sede del antiguo colegio de Complutum. Allí se organiza todos los años a comienzos de mayo uno de los eventos que despierta mayor interés entre los turistas, el festival Complutum Renacida, que recrea la vida romana y se suma a otras festividades tan universalmente reconocidas como El Quijote: la Semana Santa de Alcalá o la Semana Cervantina.

Para completar la experiencia alcalaína no hay que olvidar su curiosa (y sabrosa) gastronomía. En Alcalá de Henares existe toda una cultura alrededor de la tapa y la repostería local. Destacan las rosquillas, las costradas –un postre de hojaldre, merengue y almendra- y las almendras garrapiñadas que elaboran las monjas del Convento de las Clarisas de San Diego. Restaurantes como La Hostería del Estudiante, Ambigú o Ki-jote son otros de los establecimientos locales que más entusiasmo generan.

Para disfrutar con calma todos estos planes, resulta recomendable alargar la estancia más de un día (o regresar, si se viaja desde la vecina Madrid). Los alrededores de Alcalá de Henares merecen mucho la pena. Municipios también llenos de historia y de singular belleza como Olmeda de las Fuentes, Nuevo Baztán o Loeches, donde se ubica el Panteón de los Duques de Alba. La ruta por estos municipios es un viaje de iniciación a la Alcarria madrileña, comarca que inmortalizó el ganador del Cervantes en 1995, Camilo José Cela: describió la región como “ese país al que la gente ya le va dando la gana ir”. El tiempo le ha dado la razón. Pero dejemos eso para otro viaje.