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La huella arquitectónica de Antonio Palacios en Madrid De la azotea del Círculo de Bellas Artes, edificio que fascinó a Lorca, al subsuelo de Madrid. Un paseo por las obras más icónicas del arquitecto que dibujó la capital a comienzos del siglo XX El Palacio de Comunicaciones, actual sede del Ayuntamiento de Madrid y del espacio CentroCentro, fue construido por Antonio Palacios entre 1907 y 1919 junto a su compañero de profesión Joaquín Otamendi, tras ganar un concurso público. Es uno de sus edificios más conocidos y un ejemplo de su manera original de usar los materiales. El también llamado Palacio de Cibeles impresiona por sus dimensiones, que cubren una superficie de 12.207 metros cuadrados, y por su imponente fachada que combina influencias historicistas, especialmente del Neoplateresco, con referencias estilísticas del modernismo, la arquitectura norteamericana y la secesión vienesa que el arquitecto acierta a reelaborar e integrar creando un conjunto homogéneo. alfredo arias Desde su inauguración en 1918, el Palacio de Comunicaciones se convirtió en epicentro del Madrid moderno que durante las siguientes décadas se levantaría en toRno a la Gran Vía y el eje Recoletos-Castellana. Su aspecto catedralicio le valdría el popular sobrenombre de 'Nuestra Señora de las Comunicaciones' y con el tiempo llegaría a ser uno de los principales iconos de la ciudad. El edificio mantuvo su uso como principal centro del servicio telegráfico y postal en España hasta comienzos del siglo XXI, que pasó a albergar la sede del Ayuntamiento de Madrid. En la foto, el espacio CentroCentro, en el Palacio de Cibeles. alfredo arias Uno de los espacios más interesantes del Palacio de Comunicaciones es su vestíbulo principal, al que se accede desde el exterior por una grandiosa escalinata. Con planta cruciforme, tres niveles de arquerías de medio punto y cubierta acristalada, su diseño está inspirado en el Palacio de Cristal del Retiro, obra del que fuera maestro de Antonio Palacios, Ricardo Velázquez Bosco. En la foto, el techo acristalado del espacio CentroCentro. alfredo arias Minerva, diosa de las artes, esculpida en bronce por Juan Luis Vassallo, preside la azotea del Círculo de Bellas Artes de Madrid, uno de los edificios emblemáticos del eje Gran Vía–Alcalá y principal escenario de la agitada vida cultural e intelectual de la capital durante el siglo XX. Su construcción comenzó en 1921, dos años después de que los propios socios de la institución votaran a favor del proyecto presentado por Antonio Palacios a concurso. En su momento, supuso una ruptura con la convencional tipología constructiva de los casinos culturales y recreativos que proliferaron en España, generalmente organizados en torno a patios o galerías. En el Círculo de Bellas Artes, el arquitecto opta por un diseño vertical, inspirado en parte en los grandes rascacielos americanos. alfredo arias Construido con fines estrictamente lúdicos y culturales por una sociedad privada que el día de su inauguración, en noviembre de 1926, contaba con 5.000 miembros, el Círculo de Bellas Artes fue diseñado como un contenedor escenográfico en el que cupieran distintos espacios. Los principales, destinados a las artes, a las exposiciones y conferencias, la biblioteca, el cine o el teatro; y los secundarios: piscina, billares, barbería, sala de esgrima, de pintura con modelo, de retransmisiones radiofónicas. Y en la Sala de Columnas, entre fiestas de gala, dos bailes míticos cada año, el de máscaras y el de Reyes. En la foto, el Salón de Baile del Círculo. alfredo arias Detalles de los techos del Círculo de Bellas Artes, obra de Antonio Palacios. A diferencia de otros edificios suyos, el interior del Círculo no está articulado en torno a un gran patio central. El acceso a los diferentes niveles se realiza por una escalera imperial de doble tiro situada en un extremo del vestíbulo principal, en el patio de manzana, del que aprovecha la luz natural a través de unos ventanales con vidrieras. alfredo arias La sede del Instituto Cervantes, una de las obras del arquitecto Antonio Palacios en Madrid, en la callé de Alcalá. Aunque desde 2006 el inmueble alberga esta institución cultural, en un principio fue destinado al Banco Español del Río de la Plata. A la obra se le conoce popularmente en Madrid como Edificio de las Cariátides porque cuatro figuras femeninas esculpidas flanquean la puerta principal del edificio. alfredo arias La racional distribución de los espacios interiores del Instituto Cervantes (en la foto) contrasta con la grandiosa monumentalidad del exterior; una constante en la obra de Antonio Palacios. En este proyecto pretendía subrayar la solidez y el poder del Banco Español del Río de la Plata, que en 1910 encargó al arquitecto gallego proyectar su nueva sede en el espacio que ahora ocupa la institución cultural. La fachada clásica proyectada por Palacios busca no desmerecer en un entorno en el que se levantaban edificios como el palacio de Linares, el palacio de Buenavista, el Banco de España o el mismo Palacio de Comunicaciones. alfredo arias "Madrid no sería igual sin el Palacio de Comunicaciones [sede del Ayuntamiento], sin los edificios del Banco Central o del Círculo de Bellas Artes, ni sus bocas de metro". Así resume el también arquitecto Jacobo Armero en su libro 'Antonio Palacios, constructor de Madrid' la importancia de la huella que dejó su obra en la capital. En la foto, escaleras de la sede del Instituto Cervantes. alfredo arias El elemento central del palacio de Maudes, antiguo Hospital de Jornaleros de San Francisco de Paula, lo constituyen los pabellones para enfermos, cuatro naves con amplias galerías abiertas dispuestas en diagonal y rematadas en dos cuerpos laterales coronados por sendos torreones, que se articulan desde un patio ambulatorio de forma octogonal. Palacios, que volvió a contar con la colaboración de Joaquín Otamendi, diseñó el hospital tomando como modelo el tradicional esquema de planta cruciforme, sobre el que introdujo las oportunas variaciones para adaptarlo a los requerimientos de la práctica de la medicina moderna. alfredo arias El conjunto arquitectónico del palacio de Maudes se encuentra rodeado por jardines, a los que Palacios otorgó una especial relevancia, pensando en la influencia positiva que podían ejercer en el estado anímico de los enfermos. Este mismo razonamiento explica la ubicación del mortuorio y de la sala de autopsias en un lugar oculto a la vista desde el edificio principal, junto a uno de los laterales. alfredo arias En el número 15 de la calle de Alcalá, el Casino de Madrid pasa casi inadvertido entre la arquitectura financiera de la vía. En 1903, poco después de terminar sus estudios, Palacios participó en el concurso internacional de arquitectos que había convocado el Casino para construir su nueva y definitiva sede. Se presentó junto a Joaquín Otamendi, y su proyecto fue uno de los seis seleccionados. En la terraza del Casino (en la foto) hay un restaurante estupendo donde es posible tomar una copa en compañía de dos inmensas cuadrigas de bronce con cuatro caballos cada una. alfredo arias El Casino de Madrid le debe a Palacios y a Otamendi dos elementos destacados: su fachada asimétrica y la impresionante escalera del Patio de Honor (en la foto), cuyo diseño fue retocado por López Sallaberry, arquitecto al cargo de la construcción. alfredo arias Interior de la Casa Palazuelo, en el número 4 de la calle Mayor y en el 3 de Arenal (Madrid), muy cerca de la Puerta del Sol. El inmueble fue diseñado por el arquitecto gallego mientras levantaba el Palacio de Comunicaciones. Recibió el encargo en 1908 del industrial Demetrio Palazuelo, en este caso para construir un edificio residencial. La distribución de cada una de las viviendas atendía a las necesidades de la clase acomodada a la que estaban destinadas. alfredo arias