A dos pasos de la muralla de Ávila

Cinco años va a cumplir Ana Berlana al frente de un hotelito bendecido con la etiqueta boutique en las inmediaciones de la catedral de Ávila. Su diseño ha reunido todos los ingredientes urbanos del encanto, mezclados con inteligencia y maestría por la mano de esta joven profesional del turismo formada en la Universidad Complutense de Madrid. Tras la cuidadosa rehabilitación de este palacete del siglo XVI a cargo de los arquitectos José Ignacio Linazasoro y Carlos Jiménez Pose, Berlana entró a ocuparse de la mercadotecnia del negocio y ha terminado por infundir su estilo personal de decoración, diseño digital, organización de eventos culturales y, naturalmente, atención directa a la clientela alojada.

Mal para aparcar delante de la puerta, dado lo transitado de la céntrica calle, el viajero debe acelerar el desembarco de su equipaje. El garaje propio del alojamiento, que no es gratuito, se localiza un poco más allá, a 50 metros. De vuelta, la fachada de granito impone respeto. Dentro se otorga el derecho a mirar y a disfrutar del edificio: el patio interior con pilares y capiteles, la fuente, el pozo y una bodega con arcos de ladrillo visto convertida en sala de reuniones y cursos varios. En un costado del patio, ambientado con esas columnas cinco veces centenarias, planta sus mesas de corte minimalista un denominado Gastro Espacio con frecuencia preparado para el brunch, antesala de una tarde de cine en versión original subtitulada (los martes) y doblada (los jueves).

Además del término boutique (en castellano, con encanto), el hotel esgrime un indudable atractivo en su precio en temporada baja: 69 euros por una habitación reconfortante, con los aromas de la madera, cubrecolchones viscoelásticos, climatización individual y una ducha con mejores argumentos que los existentes en otros hoteles de superior categoría. Todas las estancias son exteriores. Unas con balcones y terrazas, otras con lucanas abuhardilladas. La suite dispone, además, de un sofá-cama con capacidad para hospedar a otras dos personas.

Aunque el establecimiento está diseñado para llevarse solo, su equipo de profesionales se entrega con una amabilidad difícil de olvidar terminada la estancia.