19 fotos20 museos del mundo que no te puedes perderDel Museumquartier, en Viena, al Guggenheim de Bilbao, las 20 grandes referencias del arteLonely Planet13 sept 2018 - 10:27CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEntramos en uno de los museos más antiguos y completos del mundo, con una colección excepcional de obras de arte y maravillas arquitectónicas de inestimable valor. Fue encargado construir por la emperatriz Catalina la Grande, en 1764, para albergar su colección privada y actualmente reúne más de tres millones de piezas. Ubicado en el Palacio de Invierno, dorado y verde, se extiende por cinco edificios anexos junto al río (todos imponentes). De laberínticos salones y refinadas salas repletas de tesoros artísticos de todas las épocas, bajo el techo del museo se guardan desde antigüedades egipcias hasta instalaciones contemporáneas; obras de maestros antiguos, impresionistas y postimpresionistas; huevos de Fabergé y más iconos de valor incalculable de los que uno se pueda imaginar. No resulta difícil sentirse abrumado por la riqueza de este emblemático edificio de San Petersburgo, que se extiende lujosamente a lo largo de las riberas del río Neva. Se calcula que para llegar a ver todas las obras del Ermitage (www.hermitagemuseum.org), dedicando apenas un minuto a cada una de ellas, se necesitarían 11 años. Planificar la visita permitirá evitarse el dolor de pies y, por supuesto, mantener la cordura.GettyCinco millones de visitantes al año no pueden estar equivocados. La Tate Modern (www.tate.org.uk) de Londres es la galería de arte contemporáneo más visitada del mundo. No solo por el arte, aunque la oferta sea considerable, con obras de Rothko, Matisse, Warhol, Pollock, Hirst…; también por la arquitectura industrial de edificio, de 200 metros de largo, una antigua central eléctrica construida en la década de 1940. Quizá su ubicación contribuya, en la orilla meridional del Támesis. Y desde este año hay otra razón más para visitarla: la despampanante ampliación de 11 pisos en el lado sur (The Switch House, proyectado por Herzog & De Meuron, en la foto), que ha doblado el espacio expositivo. Hay que unirse a sus admiradores y decidir qué obras son las mejores.Paris Jefferson (Getty)La capacidad del museo Metropolitan (www.metmuseum.org) de emocionar, desconectar e inspirar lo ha convertido en uno de los museos más populares del mundo. Seis millones de personas contemplan cada año sus colecciones de arte egipcio, pintura europea y americana, escultura griega antigua, máscaras africanas y de Oceanía, así como armas medievales. Es un ente cultural autónomo y completo en sí mismo. El remate es el jardín de la azotea, con esculturas y unas espectaculares vistas de Central Park.Franz Marc Frei/getty (Getty)¿En cuántos museos se pueden ver delfines jugando en el agua cuando nos aproximamos a bordo de una lancha? Uno de los centros de arte moderno más apreciados del mundo es el Museo Old & New Art (mona.net.au) de Hobart, la capital del estado australiano de Tasmania. Cuando el millonario jugador profesional David Walsh quiso regalar algo a la ciudad en la que creció, nadie fue capaz de prever lo que haría. Primero construyó una bodega, Moorilla; luego una cervecería. Y diez años después encargó la construcción del Museum of Old and New Art (MONA) al arquitecto Nonda Katsalidis. Sus ingenieros excavaron y extrajeron 60.000 toneladas de tierra y Walsh llenó la caverna de objetos que había ido coleccionando a lo largo de los años. Desde puntas de flecha de la Edad de Piedra hasta monedas romanas e instalaciones de arte vanguardista, como 'Amarna', de James Turrell (en la foto).MONA/Rémi ChauvinLa colección de la Galería de los Uffizi (www.uffizi.com), en Florencia, abarca toda la historia del arte, pero su alma está en los renacentistas; las obras de Botticelli no tienen parangón y merece estar en esa lista de cosas que hay que ver antes de morir. Tan extraordinario como las pinturas de Miguel Ángel, Leonardo, Rafael, Tiziano o Caravaggio es el edifico, un colosal palacio junto al río Arno construido por la familia de los Médici, en el siglo XVI, y unido al Palazzo Pitti, en la otra orilla, por el enigmático Corredor Vasariano.Thomas Winz (Getty)Una vez superadas las colas para conseguir audiencia con los frescos de Miguel Ángel, en la mítica Capilla Sixtina, ya puede uno pellizcarse; valía la pena. Este aluvión de colores e imágenes es el broche de oro a una visita a los Museos Vaticanos (www.museivaticani.va). Este gigantesco complejo expositivo, que alberga más obras maestras que muchos países pequeños, está rematado por los frescos de las Estancias de Rafael y, más adelante, por la capilla en la que millones de personas contemplan cómo Dios da vida a Adán.Huey Yoong (Getty)¿Cuál es la diferencia entre toltecas y zapotecas? ¿Qué son esos aros de las ruinas mayas que recuerdan a una canasta de baloncesto? Las visitas a México plantean infinidad de preguntas sobre su extenso legado histórico y en ningún sitio se responden mejor que en el Museo Nacional de Antropología (www.mna.inah.gob.mx), en México DF. La planta baja de este moderno edificio inaugurado en la década de los 60 alberga reliquias del México prehispánico que ilustran la complejidad de sus antiguas sociedades. Los dioses y diosas aztecas dominan estancias con preciosos jaguares tallados, y asombra una escultura de 3,5 metros de ancho conocida como la Piedra del Sol, que es, en realidad, un calendario cósmico. Hay montones de iconos y estatuas olmecas, y las maquetas de las grandes ciudades mayas permiten hacerse una idea de cómo era la vida en esa época. Una visita no es suficiente, porque al deambular por las muchas salas prehispánicas queda claro que pocas colecciones del mundo pueden compararse con la del museo más visitado de México.Richard I'Anson (Getty)Representa la lucha del artista contra la pobreza y la oscuridad (solo vendió un cuadro en vida) y, sin embargo, Vincent Van Gogh fue el mejor pintor holandés del siglo XIX. Este museo (www.vangoghmuseum.nl) alberga la mayor colección de obras del artista y muestra desde piezas tempranas pintadas en los Países Bajos hasta lienzos de sus últimos años en Francia. Recorriéndolo planta a planta, se puede seguir la evolución vital de Van Gogh y, a la vez, maravillarse con los vívidos amarillos y profundos lilas y azules en pinturas como ‘Los girasoles’ o ‘Los comedores de patatas’.Jean-Pierre LescourretDeambular por este museo es como jugar al escondite entre objetos de incalculable valor. Repleto con lo mejor de la egiptología, el centro ofrece una fascinante aventura a través del tiempo, pero sin tecnología de pantallas táctiles ni muestras interactivas ni sesudas explicaciones. Los tesoros más obvios (y esperados) son los de Tutankamón y las momias de Hatshepsut, así como la Sala de las Momias Reales, aunque las verdaderas maravillas de este laberíntico museo son las estatuas, altares y esfinges que acechan en cada esquina.Danita Delimont (Getty)Cuando en 1628 el imponente buque de guerra sueco ‘Vasa’ se hundió nada más ser botado en el puerto de Estocolmo –navegó poco más de un kilómetro–, el desastre fue absoluto (y recordado). A pesar de ello, tras ser reflotado y restaurado se convirtió en orgullo nacional y símbolo del imperio sueco en su apogeo. Expuesto ahora en el Vasamuseet (www.vasamuseet.se/es) con todo su fasto, el navío resulta soberbio. Nos asombrará su tamaño y la espléndida decoración, y sabremos cómo se hundió, se rescató y se logró conservar este pedazo de la historia sueca.Anders Blomqvist (Getty)Instalado en un edificio señorial del siglo XVIII, ofrece una mirada única a los vaivenes históricos del alma española; imperiosa en los retratos reales de Velázquez, turbulenta en las Pinturas Negras de Goya. El Prado (www.museodelprado.es) estaría ya entre las mejores pinacotecas de Europa únicamente por su colección de maestros españoles, desde El Greco a Zurbarán, pero las piezas de pintores del resto de Europa que atesora, desde Rembrandt hasta Rubens, Brueghel o El Bosco, amplía más si cabe la lista de obras maestras que acumula su colección.Grant Faint (Getty)Este museo, uno de los principales del mundo, atesora obras maestras en sus 1.500 metros de galerías. La gente se apiña alrededor del monumental cuadro La ronda de noche, de Rembrandt, y de La lechera, de Vermeer de Delft, y con razón. La primera es un símbolo del Siglo de Oro; la segunda, tan evocadora, que siglos después aún despierta el interés de Hollywood. Pero en el restante centenar de salas del Rijksmuseum (www.rijksmuseum.nl/en) nos esperan tesoros alucinantes: maquetas de barcos antiguos, bárbaras espadas, copas de cristal y linternas mágicas del siglo XVII, cuando los holandeses surcaban los mares en busca de riquezas. Otras galerías muestran la delicada porcelana azul y blanca de época de Delft, y casas de muñecas tan exquisitamente decoradas que valen más que una vivienda de verdad. Se podría estar semanas admirando las bellas y curiosas colecciones que hay por todos los rincones del museo. De hecho, si se curiosea lo suficiente, se hallarán obras de Van Gogh y del movimiento CoBrA del siglo XX.Bernard Jaubert (Getty)Ocho millones de especímenes y miles de millones de años de historia: este museo es capaz de embutir las eras en su monumental espacio. Aquí se aprenderá sobre huesos de dinosaurios, mariposas, ballenas azules y bebés humanos; también sobre volcanes e incluso el Big Bang. Este museo (www.nhm.ac.uk), pozo de conocimiento, tesoros e investigación, ocupa un majestuoso edificio londinense abierto al público en 1881; de estilo neorromántico alemán, se adorna con relieves y gárgolas zoomorfas.Maremagnum (Getty)El museo de arte de Chicago (www.artic.edu) alberga una de esas colecciones que deja a los visitantes boquiabiertos. Deambulando por los interminables pasillos de mármol se llega ante 'American Gothic', de Grant Wood, cuyos modelos fueron su hermana y su dentista. Muy cerca cuelga la solitaria obra 'Nighthawks', de Edward Hopper. Más adelante, 'Tarde de domingo en la isla de la Grand Jatte', del puntillista Georges Seurat. Y después los 'Almiares', de Monet; 'La habitación', de Van Gogh; 'El viejo guitarrista', de Picasso... La colección de impresionistas y postimpresionistas tan solo es comparable a las que hay en Francia y el número de obras surrealistas es también asombroso. Por no hablar de las salas repletas de grabados japoneses, urnas griegas y armaduras. En el sótano se exponen las miniaturas, como un minúsculo tocador francés de 1740. En la foto, el ala moderna, de Renzo Piano.Franz Marc Frei (Getty)Que este edificio largo, bajo y blanco, una obra de arte del diseño moderno danés de la década de 1950, haya entrado en esta lista se debe, no solo a su interior, también a su exterior. El Louisiana se halla justo en la orilla de la costa del Oresund, en una pequeña localidad al norte de Copenhague con vistas a montones de turbinas eólicas que giran lentamente. Tras deambular por sus pasillos de cristal y salas con obras de Picasso, Yves Klein y David Hockney –cuenta una de las colecciones de arte moderno posterior a 1945 más importantes de Escandinavia–, hay que salir a la terraza (en al foto) y a su parque de esculturas, con obras de artistas como Henry Moore.Kim Hansen (Louisiana Museum of Modern Art)Es una de las creaciones arquitectónicas más llamativas del planeta, y una de las responsables de haber sacado a la ciudad de Bilbao de su depresión posindustrial, haciéndola entrar en el siglo XXI. El arquitecto canadiense Frank Gehry se inspiró en la industria tradicional de pesca y construcción de barcos de la ciudad. El uso de aleros, riscos, promontorios, torres y aletas es, sencillamente, irresistible. Con tanto para admirar en su estructura, el hecho de que también sea un museo de primera categoría (www.guggenheim-bilbao.eus) puede parecer secundario.Gonzalo Azumendi (Getty)El Museo del Oro de Bogotá deja pasmados a todos sus visitantes. Los conquistadores españoles oyeron por primera vez rumores de El Dorado, una legendaria ciudad de oro perdida que inspiró durante siglos a exploradores y cazadores de tesoros, en Quito (Ecuador), desde donde se organizaron expediciones hacia la sabana de Bogotá. No es de sorprender, por tanto, que la capital colombiana sea uno de los pocos sitios del mundo en los que se puede experimentar lo que sería encontrar un tesoro de semejante proporciones. Aunque la ciudad perdida nunca se encontró, sí se consiguieron otros botines, y el Museo del Oro de Bogotá (www.banrepcultural.org) cuenta actualmente con más de 55.000 brillantes objetos de oro y otros materiales, originales de las culturas prehispánicas. Después de visitarlo, las ganas de lanzarse a la jungla en busca de tesoros son irresistibles.Wolfgang Kaehler (Getty)Si todas las grandes ciudades europeas pudieran reunir ordenadamente sus mejores museos en un barrio construido expresamente para ello, el turismo sería mucho más sencillo. En Viena, ocurre. El MuseumsQuartier (www.mqw.at), enorme y con amplios espacios creativos, es un conjunto de museos nada desdeñable completado con un sinfín de cafés, restaurantes y bares que sirven de semillero para la vida cultural de la ciudad. Con más de 60.000 metros cuadrados de espacio expositivo, un museo infantil espectacular y la institución de danza más importante de Viena, es uno de los complejos dedicados al arte más ambiciosos del mundo. Destacan la mayor colección de pinturas de Egon Schiele en luminoso Leopold Museum, así como el MUMOK, un centro a la vanguardia del arte contemporáneo con una colección tan imponente como su fachada de basalto negro y cantos afilados.Hertha HumausPablo Picasso pasó sus años de formación en Barcelona y esta colección de más de 3.500 pinturas es un digno tributo al maestro. Repartido en cinco mansiones medievales de piedra contiguas, los bonitos patios, galerías y escaleras del complejo museístico (www.museupicasso.bcn.cat) son casi tan maravillosos como la colección que acoge en sus salas (en la foto 'El jugador de cartas II', prestada por el Museo de Arte Moderno de Dinamarca). La exposición se centra en los primeros años del artista malagueño, aunque hay suficiente material de épocas posteriores como para entender a la perfección la versatilidad del gran genio de la pintura del siglo XX. Más información en ‘Los 500 mejores lugares para viajar”, de Lonely Planet, y en www.lonelyplanet.esMassimiliano Minocri