29 fotos30 bares que tocan el cieloUn café o una copa desde lo alto de un rascacielos o en azoteas con grandes vistas 22 abr 2015 - 16:29CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl mítico Rockefeller Center de Nueva York, inaugurado en los años treinta, brinda opciones de vistas que quitan el hipo. Una de ellas, la del bar y 'lounge' Sixtyfive, abierto de 17.00 a medianoche en el piso 65 del 30 Rockefeller Plaza, un rascacielos 'art decó' proyectado por el arquitecto Raymond Hood. El bar se encuentra justo al lado del célebre y carísimo restaurante Rainbow Room ('brunch' dominguero a 95 dólares por persona). Nada de camisetas, sudaderas o zapatillas deportivas. Y si pasa del código textil o de tomarse un gin-tonic (25 dólares) con impresionantes vistas sobre Manhattan, siempre puede subir directamente a la terraza panorámica, Top of the Rock (en la foto), entre las ocho de la mañana y las doce de la noche. La entrada no es barata: 30 dólares por adulto.Atlantide PhototravelOtra terraza neoyorquina para disfrutar del perfil de los rascacielos. The Press Lounge ocupa la planta 17 de un edificio de la Avenida 11 (número 653). No hay que pagar entrada y no pertenece a ningún hotel. Simplemente es un lugar para tomarse una copa tranquilamente. También cuentan con varias zonas donde organizan eventos privados. En la foto se aprecia el espacio denominado The Sun Room, cuyas vistas alcanzan el río Hudson y el puente de George Washington.Kris TamburelloSu nombre ya lo indica: el Bar 54 se encuentra en la planta 54, en la azotea del hotel Hyatt Times Square de Nueva York. Además de la terraza, cuentan con espacios cubiertos donde tomar un cóctel (unos 23 euros) o picar algo ligero (se puede reservar mesa). Pero el plato fuerte es, sin duda, la vista sobre esta zona céntrica de la ciudad repleta de carteles luminosos. El local abre a las 16.00 y cierra a la una de la madrugada (a las dos las noches de jueves, viernes y sábados). Como es común en todos los bares de Estados Unidos, hay que tener al menos 21 años para acceder.Stuart RamsonSituado en el barrio neyorquino de Chelsea, territorio de las galerías de arte de Manhattan, el Hôtel Americano no es especialmente alto (diez plantas), pero hay buenas vistas desde la terraza en lo alto de este viejo edificio de aparcamientos convertido en hotel 'boutique' de la mano del arquitecto afincado en México Enrique Norten (pertenece al sello Design Hotels). Snob se llama el 'cocktail lounge', junto a la piscina, donde se puede comer algo ligero y tomar una copa también si no se es huésped del hotel.Desde la terraza The Rooftop del hotel The Standard de Los Ángeles uno se siente rodeado por los rascacielos. Junto a la piscina del hotel, este espacio animado de noche por un dj incluye pista de baile, bar y hasta un Biergarten (cervecería alemana) donde tomar cerveza y apuntarse al picoteo al estilo alemán. Abre todos los días de 12.00 a 1.30, también para público no alojado en el hotel, aunque los no huéspedes tienen que pagar una entrada de 20 dólares los viernes y sábados por la noche.Evan HurdRestaurante en la planta 95 y bar en la 96 en este establecimiento de Chicago. Comidas, cenas, cócteles (por unos 15 euros) y los fines de semana 'brunch' entre las 10.00 y las 14.00. The Signature exige un código de vestimenta: prohibidas las zapatillas de deportes, la ropa tipo playera y los vaqueros rotos.Estamos en el segundo rascacielos más alto de Sao Paulo, y de Brasil, el edificio Italia, en cuyos 168 metros caben 46 plantas. Un ejemplo de la llamada arquitectura vertical brasileña. Terraço Italia, un local con restaurante y bar (en la imagen), ocupa la planta 44 y se abre a vistas de 360 grados sobre la ciudad brasileña.Los miércoles y jueves, el SkyBar del hotel Pulitzer de Buenos Aires programa sesiones especiales de música, del jazz a los boleros y del 'chillout' a la bossa nova. El bar se encuentra en la planta 13 del hotel, ubicado entre los barrios de Recoleta y Microcentro. Abre de 17.00 a medianoche; los viernes y sábados hasta las 2.00. Eso sí, solo funciona con buen tiempo, entre los meses de octubre y abril (acaba de cerrar la temporada). Un cóctel y algo para picar sale por unos 30 euros por persona.En el piso 61 del hotel Banyan Tree de Bangkok se puede cenar y tomar una copa en el cielo de la capital tailandesa. El bar abre todos los días de 17.00 a 1.00, siempre que la climatología lo permita. Una de sus propuestas es la carta de cócteles: Vertigo Sunset, con zumos de piña y arándanos. El bar está abierto a no huéspedes.El Sky Bar del hotel Lebua es otro punto de interés en la noche de Bangkok. Su barra iluminada cambia de color cada 90 segundos entre las seis de la tarde y la una de la madrugada. Algunas noches se escucha jazz en directo. 247 metros por encima de la calle, en el piso 63 del edificio, se puede tomar un cóctel creativo que ellos denominan Poptail (por ejemplo, un Rocky Road Martini) o cenar en el restaurnate contiguo, Sirocco, uno de los más altos del mundo al aire libre.Si el tiempo de Bagkok no está para bares al aire libre, siempre está el Roof Top Bar del hotel Baiyoke. Las cristaleras de suelo a techo no impedirán la vista desde este espacio en la planta 83 del edificio. El bar abre de 17.00 a 1.00 y ofrece cócteles como el Jager Bomb, una atrevida mezcla con Jägermeister y Red Bull de la que seguramente no conviene abusar si se sufre de vértigo.La terraza del Red Sky Bar da la vuelta a todo el edificio, una vista de 360 grados sobre la capital tailandesa. Aquí también se puede picar algo ligero. Abre de 16.00 a 1.00 ('happy hour' con precios especiales entre 16.00 y 18.00), así que éste es un buen lugar para ver la puesta de sol mientras se sujeta un mojito. Eso sí, aunque no exigen un códico de vestimenta muy rigurosos, advierten de que no se puede subir con chanclas ni con pantalones cortos.John HarperDicen que la suya es la mejor vista a las torres Petronas. La perspectiva del SKy Bar, desde el piso 33 del hotel Traders de Kuala Lumpur (Malaisia), es sin duda única. El bar (un martini, 11 euros; una botella de agua mineral, 5 euros) abre para el público general de 10.00 a 1.00 de domingo a jueves, y hasta las tres de la madrugada los viernes, sábado y vísperas de fiesta. Hasta las 19.00 está también abierta la piscina, aunque solo para huéspedes del hotel.Alan CopsonEl bar Ozone se encuentro en una planta 118, en lo más alto del hotel Ritz Carlton de Hong Kong, y desde sus ventanales y la terraza exterior se puede admirar la bahía y el puerto de Victoria y los rascacielos de la ciudad. No hay que pagar entrada (menos en fechas concretas con eventos especiales), y el cóctel, que cuesta unos 22 euros, se puede acompañar con tapas y platos japoneses. Según el día, abre entre las 15.00 y 17.00 y cierra entre la 1.00 y las 3.00. Y los domingos hay 'brunch' a partir de las 12.00. Están vetados las chanclas tipo playera y las camisetas sin manga para los hombres.En la planta 52 del hotel Hyatt Andaz de Tokio las noches pueden estar animadas por música jazz en directo. Tés, sake y champán son algunas de las tentaciones para disfutar, copa o taza en mano, del perfil urbano de la capital japonesa. Un cóctel se tarifa a unos 15 euros, un sake, desde 6 euros. El bar abre de 17.00 a 0.00 y los viernes y sábados se mantiene abierto otra hora más, hasta la 1.00.Desde el bar al aire libre que ocupa la azotea, en la planta 34 del hotel Four Seasons de Mumbai (Bombay), se divisa toda la bahía que marca la fisionomía (y según algunos, el nombre) de la ciudad india. Abre todos los días de 17.30 a medianoche. Los huéspedes tienen entrada libre cualquier día de la semana, no así quiernes no se alojen en el hotel, que tienen que pagar una entrada de 37 euros las noches de los viernes y sábados.Los amantes de la arquitectura estarán felices aquí. Ya que la vista en esta ocasión alcanza una obra maestra de la arquitectura contemporánea, la Opera House de Sídney, proyecto original del danés Jorn Utzon, inaugurada en 1957. El Blue Bar se encuentra en la planta 36 del hotel Shangri-La, muy por encima de los edificios de su entorno. Se puede tomar o comer algo entre las cinco de la tarde y la medianoche (viernes y sábados de cuatro a una, y domindo de cinco a once).En el Burj Khalifa -con sus 828 metros de altura, el edificio más alto del mundo-, todas las cifras alcanzan niveles superlativos; también las del bar Atmosphere, el más alto del mundo, según el libro Guinness. Se encuentra en la planta 122 (a 442 metros de altura), a la que se accede en 44 segundos en el ascensor más rápido del mundo, que se desplaza a una velocidad de 10 metros por segundo.Con la vista puesta en el golfo de Arabia se puede comer o, por ejemplo, tomar cualquier tarde el té de las cinco: es la cita del High Tea (el té de altura). Dos pisos por encima se encuentra la terraza panorámica del este superrascacielos de Dubái, la llamada At the Top (32 euros).John HarperEl Searcys ocupa los últimos tres pisos, literalmente la punta del rascacielos con forma de bala conocido como The Gherkin (El Pepinillo, 30 St Mary Axe), proyectado por el arquitecto británico Norman Foster en el barrio financiero de Londres. El Searcys es un club privado abierto al público general en horarios y fechas concretas. Se puede reservar mesa a través de la pagina OpenTable (www.opentable.co.uk) para comer y cenar (el menú de tres platos sale por 62 euros) bajo su espectacular cúpula acristalada.David WilliamsLas plantas 35, 36 y 37 del número 20 de Fenchurch Street, cerca del Támesis y el puente de Londres, lo ocupa una suerte de jardín tropical con dos restaurantes y un café-bar. Sky Pod, que así se llama este último, empieza el día con desayunos que incluyen muffins y pasteles varios, y termina de noche con cócteles (unos 16 euros). Y lo mejor de todo: la vista al rascacielos The Shard (La Esquirla, al fondo en la foto), proyectado por Renzo Piano, que se eleva esbelto en el perfil urbano londinense.En la planta 42 del rascacielos llamado Tower 42, en Old Broad Street (metro Bank o Liverpool Street), se despliega otra vista londinense impresionante. El Vertigo 42 Champagne Bar abre de 12.00 a 16.30 y de 17.00 a 23.00. No cobran entrada, pero sí exigen que se reserve de antemano (tarjeta de crédito en mano) indicando el tiempo estimado que uno quiere querdarse (entre 45 minutos y dos horas, sin coste). Eso sí, existe un consumo mínimo por persona de 15 libras (unos 21 euros). Las sillas cisne (swan) de Arne Jacobsen le dan al local un toque de diseño.En Madrid hay muchas azoteas con terrazas que miran a los tejados de la ciudad, como la del hotel Me Madrid. El Espacio 33, en la planta 33 de Torre Espacio, está en el mismísimo cielo de Madrid, pero hay que sentarse a comer o cenar para disfrutar de ellas, pues no tiene bar. Sin embargo, el hotel Silken Puerta América cuenta en su última planta, la número 13, con un gran bar con terraza (en la foto) donde las noches de verano se animan mucho. El diseño de este espacio, el Skynight, es obra del arquitecto francés Jean Nouvel (que también proyectó la fachada del hotel). Abre de martes a jueves, de 21.00 a 2.30; viernes y sábados, de 22.00 a 3.30.Santi BurgosEntre abril y octubre, el Grand Hotel Central de Barcelona abre su Sky Bar, en la azotea del edificio, con amplias vistas sobre la ciudad en las que se descubren las calles del barrio del Born, la basílica de Santa María del Mar, las Torres Mapfre, el Hotel Arts y hasta la playa. Cualquiera puede tomarse un cóctel aquí entre las 20.00 y la 1.30. Una cerveza cuesta desde 5 euros, un cóctel desde 12 euros. Durante el día, de 9.30 a 19.30, el espacio y la piscina están reservados para los huéspedes.El bar Eclipse, en la planta 26 del hotel W de Barcelona, se ha convertido en un aliciente de la noche barcelonesa con sus fiestas y sesiones de dj. Los cócteles rondan los 14 euros y se suman a copas de cava y un menú de inspiración japonesa con surtidos de 'sushi'. Y una curiosidad: por 40 euros uno se puede apuntar a una clase magistral de mixología para aprender a crear, por ejemplo, un Passion Fruit Martini. El Eclipse está a punto de estrenar nuevos toques en su interiorismo (en la foto, sin reforma).En el cielo de París, que así se llama este bar y restaurante parisino, se puede desayunar como un 'gourmet' a partir de las 7.30 o cerrar el día con champán a medianoche (el bar cierra a la 1.00). Todo depende de las ganas y el presupuesto. El desayuno continental sale por 15 euros (uno con tres platos, desde 30); la copa burbujeante, a partir de 20 euros, y el menú para cenar, a partir de 68 euros. Seguramente lo compensará la vista a la torre Eiffel iluminada, que se muestra elegante desde esta planta 56 de la torre de Montparnasse. El exquisito interiorismo está firmado por Noé Duchaufour-Lawrance.Noé DuchaufoEn lo alto del hotel 25 Hours Bikini de Berlín (cuyo interiorismo a cargo de Werner Aisslinger le ha valido ser miembro del sello de Design Hotels), este bar promete un atardecer con música en directo o sesión de dj. Cuentan además con una terraza panorámica de 360 grados ideal para ir un poco más allá, al menos cuando el tiempo lo permita. Las vistas sobre Berlín incluyen una perspectiva del famoso zoo de la capital alemana. La mejor elección entre los cócteles podría ser el King Kong (13,50 euros), que mezcla ron, licor de chocolate y Cherry Bitters. También hay una pequeña carta de 'snacks' y platillos informales (un sándwich de Pastrami con chucrút y batatas fritas, 16 euros). Abre de 12.00 a 1.00 entre semana, y una hora más los viernes y sábados. El acceso se realiza con un ascensor especial que sube directo a la azotea del hotel.Madera oscura, sofás de piel, luz tenue y un nutrido listado de djs. Todo muy nocturno. El bar y 'lounge' Puro (que también incluye club y el restaurante italiano Sollozzo) abre de miércoles a sábado a partir de las 19.00. ¿Y cuándo cierra? Estamos en Berlín y nunca se sabe, no hasta que quede un cliente con ganas de marcha. Los jueves y sábados, con sesiones de club, seguramente pueden hacerse las seis de la mañana. Con sus cien metros de altura, en la planta 20, las vistas son de 360 grados y alcanzan no sólo el cercano KuDamm y la Iglesia Memorial de Berlín, sino también los edificios de la plaza de Potsdam y el parque de Tiergarten, entre otros. No cobran entrada (el club sí, 10 euros). En verano organizan barbacoas en la terraza de la azotea.Aunque solo se encuentra en una discreta novena planta, tratándose de Viena es suficiente para poder admirar los techos de los edificios circundantes del centro histórico de la capital austriaca. Justo enfrente se eleva la catedral de San Esteban, cuyo llamativo tejado dibujado con 230.000 tejas esmaltadas de varios colores se aprecia desde aquí. El bar de la terraza del hotel Lamée ofrece bebidas y una pequeña carta de comida y está abierto al público general de 11.00 de la mañana a medianoche (los domingos cierra a las 18.00).El edificio del hotel Sofitel Viena Stefansdom está firmado por el arquitecto francés Jean Nouvel. Y la obra artística que ilumina el techo del bar y restaurante The Loft, en la planta 18, la última del edificio, es obra de la artista suiza Pipilotti Rist. Cuando la vista logre despegarse de sus vivos colores, descubrirá la torre de la catedral de Viena y los tejados del centro histórico.Klemens Horvath