The Meatball Shop (la tienda de las albóndigas) es una cadena de éxito que acaba de abrir un nuevo local en el barrio de las galerías de arte, Chelsea. Deliciosas 'balls' de diferentes tipos en una atmósfera amigable de familias y modernos. Dos nativos de Nueva York, amigos de la infancia, eligieron el camino de la gastronomía y abrieron su primer Meatball Shop en la calle Stanton, en el Lower East Side.
The Meatball Shop. 200, Novena Avenida, entre las calles 22 y 23. themeatballshop.com.
Ana NanceEmpire Diner, en el 210 de la Décima Avenida, un restaurante con terraza que se asemeja a un vagón de tren y que configura una de las esquinas favoritas de los neoyorquinos. Y muy cerca, en el 214, la pizzería Don Giovanni.
www.empire-diner.com; www.dongiovanni-ny.com
Ana NanceUn actor caracterizado de Charlot en una abandonada cabina de teléfonos que pronto será una reliquia. El Ayuntamiento sustituirá los 8.400 teléfonos de pago que quedan por 10.000 puntos wifi (sin teléfono tradicional) con acceso a Internet y llamadas locales gratis.Ana NanceLa diversidad de Nueva York en el barrio de Chelsea (en la Octava Avenida con la calle 23). Al fondo, la Torre de la Libertad (donde se levantaban las Torres Gemelas). En primer plano, la nueva locura de las bicis y hombres con su móvil o con un bote de proteínas en polvo.Ana NanceDos imágenes del Hotel Americano: una de las habitaciones, y su 'lounge' en la azotea, recomendable escenario para cenar o tomar una copa aunque uno no se aloje en el hotel. Desde aquí se admira un insólito y fascinante perfil arquitectónico de la ciudad. Un cuadro en sí mismo, con los edificios Chrysler, New Yorker y Empire State en tres dimensiones tras los gigantes ventanales.
Hotel Americano. 518, oeste, calle 27. www.hotel-americano.com
Ana NanceAjeno al enorme cambio que vive el Meatpacking District, el antiguo distrito de los mataderos, Hector’s sigue ahí, inmutable pese a los carísimos alquileres que avanzan alrededor del parque High Line (la antigua vía del tren sobreelevado convertida en jardín urbano bajo la que el restaurante se emplaza). Escenario fetiche de la serie 'Ley y orden', la clientela busca desde 1962 sus platos consistentes a buenos precios: huevos, hamburguesas, huevos y sándwiches variados.
44 Little West (con la calle 12)
Ana NanceLlegado desde Yucatán, en Playa del Carmen, donde se formó el negocio, Tacombi es un puesto que los aficionados a la buena comida mexicana no deben pasar por alto. ¿Qué tal unos tacos al pastor o unos frijoles criollos? Más el atractivo de pedirlos en una furgoneta Volkswagen aparcada dentro del mercado de Gansevoort (gansmarket.com). La firma cuenta también con el restaurante Tacombi at Nolita.
www.tacombi.com
Ana NanceEl restaurante Bubby’s High Line lleva abierto justo un año en el Meatpacking District (el antiguo distrito de los mataderos). A solo a una manzana del río Hudson y del lugar donde se va a abrir el nuevo Whitney Museum.
Gansevoort, 71. www.bubbys.com
Ana NanceMing Lim es el 'manager' de Billy’s Bakery, una panadería y pastelería que sigue la tradición golosa '(sweet tooth)' americana. Hay colas cuando los niños salen del colegio. Y sus dos bancos en la calle son un lugar de charla.
184, Novena Avenida. www.billysbakerynyc.com
Ana NanceGansevoort Market, con sus 2.400 metros cuadrados, es un mercado para amantes de lo orgánico, las frutas recién exprimidas, la comida vegana y otras exquisiteces, entre ellas las tapas vascas que ofrece la barra Donostia.
52, calle Gansevoort. gansmarket.com
Ana NanceEl hotel High Line alberga el Hoffman Hall, un antiguo refectorio que se alquila para eventos y cuya arquitectura neogótica de enormes vidrieras y madera tallada nos traslada al siglo XIX. El hotel, de 60 habitaciones, es un buen lugar para tomar un café en uno de sus jardines o quedar con un amigo o cliente para charlar. El edificio, en origen seminario teológico, data de 1895 y es obra del arquitecto Charles Haight.
180, Décima Avenida. www.thehighlinehotel.com
Ana NanceFrederick Law Olmsted y Calvert Vaux fueron los artífices de una obra maestra del paisajismo. Central Park (1857), el parque central de Nueva York, alberga al norte de Manhattan, en sus 3,4 kilómetros cuadrados, un universo en el que caben los homenajes a John Lennon o Alicia en el País de las Maravillas, las praderas y parques infantiles, el zoo, museos como el Metropolitan, remo, patinaje, observación de estrellas, espectáculos al aire libre o avistamiento de aves en sus colinas ondulantes. Tras un periodo de declive en los setenta, años de mejoras lo han hecho revivir, imbatible.
