El santo inspiró al modista
Cuando puede, el diseñador de moda Moisés Nieto se escapa a Úbeda, su ciudad natal
El último año Moisés Nieto no ha tenido muchas vacaciones. A pesar de ello, el diseñador revelación en el Ego de la Madrid Fashion Week (Madrid Semana de la Moda) encuentra tiempo para escaparse a Úbeda, su ciudad natal.
¿Cómo le reciben en Jaén?
Con unas cañas y mi plato favorito: caracoles. Son una variedad de campo muy pequeños, que se toman solo en verano. Me los suelo tomar en la calle Real, una de las más antiguas de Úbeda, llena de terrazas y con los bares más divertidos.
¿Los has ido a recoger alguna vez?
Caracoles no, pero la aceituna sí. Mi familia tiene olivos y aunque ahora hace mucho que no voy, he vareado multitud de veces.
Y para salir al campo, ¿qué recomienda?
Sierra Mágina. El parque natural está rodeado de tierras de cultivo. Esa zona es preciosa. Con solo dar un paseo puedes ver halcones peregrinos, águilas reales y, con un poco de suerte, encontrar alguna orquídea.
¿Ha cambiado mucho Úbeda desde la declaración de patrimonio mundial?
Le otorgaron el título en 2003 y siempre ha sido una ciudad preciosa, con elementos únicos del renacimiento español. Tanto que allí rodaron Alatriste.
¿Qué le ha sorprendido últimamente?
El momento en el que volví a visitar el Museo de San Juan de la Cruz. Está en el convento, un poco escondido. Hay que bajar unas escaleras y es un lugar un tanto oscuro. Fui con mi amiga Virginia y lo pasamos muy bien. En Úbeda estábamos a 40 grados; dentro, en los aposentos de San Juan, se está muy fresco, y, durante el recorrido, ves una casulla que usó en Sevilla y otras vestimentas. También hay un retrato anónimo del poeta, y ediciones de sus extraordinarias obras Noche oscura del alma o Cántico espiritual. Todo un descubrimiento. La cara tétrica son los restos.
¿Hay reliquias?
¡Claro! Están los dedos pulgar y corazón de su mano derecha y la mesa de su celda donde depositaron su cuerpo cuando murió. Al volver para Madrid llegué descolocado. Me apetecía diseñar algo relacionado con aquellos ropajes. Así hice la colección con la que gané el Ego y que llamé Virginia, como mi amiga.
¿Dónde se recuperó de la impresión?
Siempre está bien tomarse una copa en pubs como Suspiro o La Copla, donde hay un ambiente divertido con gente joven.
Nada que envidiarle a Jaén...
Cuando vivía en Jaén trabajaba siempre de camarero, por lo que he descubierto la ciudad más tarde. Tiene sitios preciosos como el mirador en el castillo de Santa Catalina, el actual parador. Para tomar algo, el Antiguo Pósito, donde están todos los bares pequeñitos.
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