Roberto Verino en copa

Los vinos de calidad están de moda. Como el diseño de ropa y complementos, también tienen personalidad propia. Clásicos como el albariño de las Rías Baixas, elegantes como los de la Ribeira Sacra y otros con un toque sensual y atrevido como los de las bodegas propiedad del diseñador gallego Roberto Verino en Monterrei. Ruta en torno a las tierras que han dado lugar a denominaciones de origen que reciben premios de carácter internacional. Maridarlos con la exquisita y variada gastronomía del noroeste peninsular y el lustre de Paradores, es como incluir en cualquier estilismo una chaqueta americana de color negro. Acierto seguro.

Frutas rojas y Roberto Verino

Entre montes y valles regados por el río Támega y sus afluentes, las variedades de uva de la zona de Monterrei, en Ourense, poseen gran originalidad. Sus tierras fueron pasto y destino de las legiones romanas que, conocedoras de las riquezas del valle, plantaron las primeras cepas y construyeron lagares. Incluso el cronista oficial de Napoleón, Grenoble, alababa en su época los vinos de esta localidad gallega.

Pertenecientes a esta D.O., cerca del Parador de Verín, las Bodegas Gargalo combinan esta tradición vitivinícola conservada desde tiempos romanos con una dosis medida de glamour. El propietario de la empresa es el diseñador gallego Roberto Verino. Amante de su tierra y sus orígenes verineses, a finales de los ochenta emprendió este negocio familiar con sus botellas del Terra do Gargalo que salió a la venta en 1997. Su fundador insiste en que en los vinos, como en la moda, la pasión que se pone en cada proyecto es lo que marca la diferencia. Los caldos a los que ha imprimido su personalidad se basan en uvas cultivadas en suelos de arcilla y pizarra. Vendimia artesanal y posterior selección en bodega para dar lugar, en su versión tinto, a un caldo de color rojo frambuesa, aromas de frutas rojas y negras. El blanco es de brillante color amarillo pajizo con notas cítricas.

» www.bodegasgargalo.com

Una sidra en Zamora

No es territorio gallego pero a dos pasos de la provincia ourensana no debe faltar la visita a Sanabria. Bajo un sello propio de la localidad, la bodega Nieto Rascón (www.bodegasnietorascon.es) comercializa vino tinto de la comarca, el Pago de Tespenilla. Un caldo elaborado con uvas tempranillo, cabernet sauvignon y syrah, con notas de frutas y aromas especiados con recuerdos de cacao y regaliz.

Para hacer una pausa vinícola sin dejar la copa (o el culín), en Castellanos, tres socios compiten con Asturias elaborando una sidra con manzanas zamoranas (www.sidralasanabresa.es). Para degustarla, un paseo por la comarca permite descubrir el parque natural del Lago de Sanabria, el sistema lacustre de mayores dimensiones en España. 369 hectáreas de superficie fluvial y una profundidad que alcanza hasta los 53 metros en algunas zonas.

Culminar la parada gastronómica para comprobar el dicho popular que dice que "con la cocina sanabresa, disfruta el hambre en la mesa". El restaurante del Parador de Puebla de Sanabria es un buen lugar para el viajero que quiera constatarlo. El pulpo típico, a base de este fruto del mar con un aliño de mucho ajo y una pizca de pimentón picante, combina a la perfección con alguno de los vinos de la cuenca del río Tera.

» www.turismosanabria.es

Viticultura heroica en la Ribeira Sacra

De camino a la Ribeira Sacra, paisaje de verde superlativo partido por los ríos Sil y Miño, los viñedos salpican las escarpadas laderas. Es un territorio extenso arañado por arroyos que descienden entre árboles y rocas. Su trayecto sinuoso puede contemplarse desde decenas de miradores o desde el privilegiado enclave del monasterio benedictino hoy convertido en Parador de Santo Estevo.

La D.O. Ribeira Sacra, con 94 bodegas inscritas, conserva la viticultura casi heroica introducida por los romanos con vides en pendientes sobre bancales de piedra construidos con esfuerzo. El objetivo es aprovechar las vertientes más soleadas y así conseguir caldos intensos y aromáticos. Desde el Parador de Monforte de Lemos se pueden visitar bodegas, el Museo del Vino, el Museo de Arte Sacro o incluso hacer una ruta en catamarán por el río Sil.

» www.ribeirasacra.org

El reino del albariño

La ruta continúa hacia las Rías Baixas, que obtuvieron en 1988 su reconocimiento como denominación de origen. Son sus uvas blancas -albariño, loureira blanca o marqués- y tintas -caiño tinto, espadeiro, loureira tinta y sousón- las que acaparan gran cantidad de premios a nivel internacional como los prestigiosos Decanter. Sentir los aromas punzantes, florales e intensamente afrutados del monovarietal albariño frente a la Ría de Arousa en el antiguo Pazo de Bazán, actual Parador de Cambados. Una mansión solariega en el centro del pequeño pueblo de Cambados, a escasa distancia de la Isla de la Toxa.

Otro escenario donde el brillante amarillo del albariño contrasta con el verde del paisaje es el Parador de Tui, en Pontevedra, que reproduce fielmente un pazo rural gallego en un entorno montañoso. Hay que seguir el camino marcado por el río Miño para encontrarlo junto al puente que cruza hacia Portugal. Continuar hacia la subzona de O Rosal, sobre la desembocadura fluvial, donde descubrir un interesante conjunto de molinos de agua y más de 50 cruceiros desde el siglos XVI hasta el XVIII. Como colofón, la estampa más romántica se encuentra en la zona de A Guarda y sus vistas del estuario del Miño.

» www.doriasbaixas.com