Donde don Quijote habla chino
Una villa en la que el verano es sinónimo de teatro clásico bajo las estrellas en escenarios del Siglo de Oro. Pintorescas alusiones quijotescas por doquier e incluso una representación en chino de la novela cervantina
Todo amante del teatro clásico sabe que la villa de Almagro se convierte en edén cada mes de julio. El Festival Internacional que ha rebasado la edición número 34 es un referente que envuelve de un aire bohemio pero sofisticado, a este pueblo de Ciudad Real, declarado Conjunto Histórico Artístico. Obras clásicas de diferentes géneros, escenarios mágicos bajo las estrellas, compañías llegadas de todo el mundo e incluso versiones más o menos arriesgadas de autores del Siglo de Oro. Por ejemplo, un Don Quijote con acento mandarín en la representación de la Compañía Nacional de Teatro de China en la iglesia de la antigua Universidad Renacentista.
Escenario, mesón y fonda
A pesar de guerras, desamortizaciones y terremotos, Almagro conserva con orgullo edificios que son destello de esplendorosas épocas pasadas. Poderosa capital que en el siglo XVI vio cómo los banqueros alemanes Fugger se establecían en las minas de Almadén, alquiladas por el emperador Carlos V para sufragar las inmensas deudas contraídas con ellos. Allí acudieron también grandes familias como los Torremejía, los Condes de Valdeparaíso o los Marqueses de las Hornazas. Las fachadas de sus nobles casonas no tienen desperdicio.
Testigo de la época dorada es el Corral de Comedias, conservado intacto y en activo desde 1628. Su escenario vio representaciones de grandes literatos como Lope de Vega, Mateo Alemán o Tirso de Molina. Se pueden recorrer sus estrechas galerías para apreciar con detalle los pies de madera que las sostienen, pintados de color almagre en perfecto contraste con el blanco de las paredes. Alternó su función de teatro con la de mesón y alojamiento de viajeros, hasta que en 1955 fue declarado Monumento Histórico Artístico y recobró su intensa vida cultural. Desde sus sillas de madera (aquí no caben las butacas) es fácil trasladarse a los tiempos del Fuenteovejuna... ¡todos a una!
Entre actores y berenjenas rellenas
Al salir del Corral de Comedias se abre la encantadora Plaza Mayor. Bajo el fresco de sus pórticos se aglutina la vida almagreña. Sobre ellos, galerías acristaladas teñidas de un verde uniforme que traen hasta el corazón del Campo de Calatrava la influencia flamenca. Espacio abierto en el que se celebran espectáculos y que los propietarios de los balcones aprovechaban para ganarse unos cuartos alquilándolos. Pasarelas de moda, cuentacuentos, circo, teatro, pasacalles... El alma de la ciudad donde adquirir un recuerdo en forma de encajes de bolillos, artilugios que generan un ritmo hipnótico percutiendo sobre el tapete al tejer los tradicionales bordados.
A la plaza se abren mesones y bares donde degustar las famosas berenjenas de Almagro, aliñadas o rellenas con pasta de pimiento y atravesadas con palos de hinojo. A la hora del aperitivo, las voces de la mesa de al lado suenan sospechosamente familiares. Vistazo titubeante para confirmar que, efectivamente, se trata del actor José Sacristán. Pisto y migas para degustar en El Gordo, bar de económico tapeo local, una de esas tascas de siempre donde el calor manchego se supera a base de cañas acompañadas por el tradicional asadillo de pimientos, tomate frito, atún y aceite de oliva.
En uno de los extremos de la plaza, los jardines vigilados por una escultura ecuestre de don Diego de Almagro, conquistador de Perú y capitán general de Chile. Y a un paso, el Museo Nacional de Teatro, que muestra la evolución de la escena a través de maquetas, trajes, manuscritos, carteles y figurines de todas las épocas. En la otra punta sobresale la iglesia de San Agustín, un edificio barroco del siglo XVIII que alberga admirables pinturas al fresco relacionadas con la vida del santo. En el exterior, a los pies del edificio se amontonan irresistibles puestos de artesanía.
Teatro bajo las estrellas
Las altas jerarquías dejaron en sus casas ejemplos de historia y arte de su época. Entre ellos el Almacén de los Fúcares, construido para esta familia de comerciantes en la segunda mitad del siglo XVI. Guardaba mercurio y grano, aunque también se ha utilizado como fábrica de encajes, colegio, casa de vecinos y en la actualidad es la sede de la Universidad Popular. Sus arcos exhiben técnicas de tradición mudéjar y el sentido de la proporción del Renacimiento sabiamente aplicado.
El patio es también escenario del festival veraniego. Al tomar asiento y mirar hacia arriba, sorpresa: el espectáculo se completa con un cielo limpiamente estrellado. Relajación absoluta antes de que empiece la función. Aparecen las marionetas de la Compañía argentina de Titiriteros de la Universidad Nacional de San Martín que representa La Vida es Sueño. El Segismundo que recita "¡Ay mísero de mí!, ¡Ay infelice!" con acento argentino y mira fijamente al público están tan cerca, que parece palpable. Se escucha su respiración, se aprecia la tensión de los músculos. Arriesgada y sencilla puesta en escena que ganó el primer certamen para jóvenes creadores, premiado con un hueco en el futuro programa del festival almagreño. Lo mejor, al final: la ilusión y agradecimiento que desprende el grupo de actores en sus sonrisas al recibir los aplausos del público.
Finalizada la función, El Corregidor es un lugar que no es necesario buscar. Él te encuentra. Este mesón, cuya fachada despunta entre las casas chatas y blancas del pueblo, se aloja en una casona del siglo XIX y su patio interior es punto de encuentro para actores, productores y directores de obra. Especializado en comida tradicional manchega, está distribuido en diferentes ambientes y esmeradamente decorado con antigüedades y aparejos de labranza locales. Una copa sobre una rueda de molino utilizada para moler cereales convertida en mesa denota el ambiente tan sofisticado como rural del local.
No solo teatro
Un día luminoso resulta ideal para acercarse, entre olivos y cereal, a las Lagunas de Ruidera. En medio de la llanura manchega, en un paisaje seco, aparece sin previo aviso este parque natural teñido de verde. Una peculiar formación lagunar a unos 90 kilómetros de Almagro. Las más populares al principio del camino van dejando paso a remansos más salvajes y menos transitados. Quince lagunas para elegir dónde nadar entre peces y patos que no se sorprenden demasiado de la presencia humana. Algunas conectan con la siguiente creando pequeñas cascadas; un plan de spa natural al aire libre con refrigerio incluido en el bar chill out Amanecer en Rojo de la Laguna Redondilla.
GUÍA
INFORMACIÓN
» Festival Internacional de Teatro Clásico - www.festivaldealmagro.com
COMER
» El Corregidor (Jerónimo Ceballos, 2). Cocina tradicional manchega en un entorno exquisitamente decorado. www.elcorregidor.com
» El Gordo (Plaza Mayor, 16). Tapeo local barato bajo uno de los pórticos de la Plaza Mayor. Asadillo, pisto, migas o tabla de ibéricos con queso manchego y lomo de orza.
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