El país de los cedros atraviesa por uno de los peores momentos de su historia, marcado por una gran crisis económica provocada por la pandemia y por la explosión del puerto de Beirut, de la que la capital aún no ha podido recuperarse
El suministro eléctrico marca de forma clara la diferencia de clases. Solo los que pueden permitírselo tienen generadores de combustible que les posibiliten tener electricidad. En la imagen, Eftikar Nasriddine enciende dos velas en el interior de su vivienda en el barrio de Hamra (Beirut) tras el corte de la red eléctrica.Brais LorenzoUna mujer con su hijo en brazos pide ayuda en una calle del barrio de Hamra (Beirut). desde la guerra civil, que finalizó en 1990, el país no vivía una crisis económica tan fuerte.Brais LorenzoSoukaina en el interior de su casa en la que vive sola y sin luz. Tiene 85 años, no recibe ningún apoyo institucional, solo el de sus vecinos en Tanak, uno de los barrios más humildes de Beirut.Brais LorenzoDos jóvenes buscan plástico en unos contenedores de basura. La recolección de plástico para su posterior venta a empresas de reciclaje es una de las pocas salidas económicas que tienen muchas familias en Beirut.Brais LorenzoLíbano ha sufrido una caída drástica del PIB de cerca del 40% desde 2018, según el Banco Mundial. La inflación ha acumulado un alza del 200% a lo largo de los dos últimos años. En la imagen, un grupo de niños en el asentamiento informal Yasmine Camp en el valle de la Bekaa.Brais LorenzoLa explosión de 2.750 toneladas de nitrato de amonio en el puerto de la capital libanesa, mató a más de 200 personas aquel fatídico 4 de agosto de 2020. Los barrios cercanos al puerto, y la zona del suceso, son una muestra de la crisis y de la falta de recuperación de todo un país.Brais LorenzoAmina (velo blanco, segunda izquierda) se dirige a casa junto a su madre y hermanos tras asistir a una clase en el colegio Hallak, en un barrio humilde de Beirut.Brais LorenzoUnas mujeres preparan algo de comer y unos niños posan en primer plano, en el asentamiento informal Yasmine Camp en el valle de la Bekaa.Brais LorenzoUna integrante de la ONG libanesa de payasas, Clow Me In, actúa en un espectáculo en colaboración con Payasos Sin Fronteras para niños y niñas del colegio Ajyal Saida, en Saida, en el sur de Líbano.Brais LorenzoUn grupo de alumnos asisten a una clase en el colegio Hallak, en un barrio humilde de Beirut.Brais LorenzoUna mujer con su hija a oscuras en el interior del Hospital Universitario Rafik Hariri. Este hospital es el más grande del Líbano y el principal del país, y en él se priorizan los quirófanos y unidades de almacenamiento para ahorrar combustible.Brais LorenzoVista de los destrozos en el interior de uno de los edificios afectados por la explosión en el puerto de Beirut del año pasado.Brais LorenzoUna vendedora de globos junto a su hija en la Corniche, el paseo marítimo de Beirut, al anochecer.Brais LorenzoUn trabajador en el interior de un taller mecánico al caer la noche en Beirut.Brais LorenzoEl autoabastecimiento de electricidad se ha vuelto más complicado en Líbano, por la subida del precio del gasóleo. En esta fotografía, vista de las viviendas de un barrio humilde de Beirut al caer la noche.Brais Lorenzo
