Otros virus
Una pandemia como la actual aumenta las virtudes y los defectos, la gloria y la miseria. Así vemos coexistir a trabajadores que se juegan literalmente la vida al realizar su trabajo con patriotas de saldo que ponen pies en polvorosa hasta que el apocalipsis amaine, a personas solidarias atentas a cubrir las necesidades de los más vulnerables con mercaderes de votos sin pudor prestos a usar a los muertos como moneda de cambio. En contra del discurso voluntarista predominante, me temo que nuestra memoria será tan frágil y volátil como de costumbre, y que cuando hayamos acabado con el virus seguiremos infestados por otro virus, el del olvido y la ingratitud.
Juan Fernández Sánchez. Madrid
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