La enigmática vida de la Corte de Omán
Un manto de discreción rodea a la familia del nuevo sultán que, a diferencia de su predecesor, está casado y tiene cuatro hijos
La muerte del sultán Qabús de Omán tras 50 años en el trono ha dejado a la península Arábiga sin su gobernante más veterano. Más allá de las implicaciones políticas de su desaparición, también ha puesto el foco sobre una de las familias reales menos conocidas y más discretas de la región. ¿Quiénes son los Al Busaidi? ¿Cómo es el nuevo sultán, Haitham Bin Tariq?
A sus 65 años, el hasta ahora ministro de Patrimonio y Cultura era solo uno de los tres potenciales candidatos a la sucesión. Además de no tener descendencia, Qabús tampoco había nombrado un heredero, al menos de forma pública. Escribió el nombre de su elegido en una carta, de la que había dos copias firmadas y selladas en sus palacios de Mascate (la capital) y Salalah (la segunda ciudad del país); solo debía abrirse si el consejo de familia no se ponía de acuerdo en 72 horas. No está claro que hiciera falta. El comunicado oficial dijo que había prestado juramento “tras una reunión de la familia” y que la decisión de nombrarle reflejaba los deseos de su predecesor.
Haitham es primo de Qabús y hermano por parte de padre de la princesa Nawal Bint Tariq, con quien el fallecido sultán mantuvo un breve matrimonio entre 1976 y 1979. Tras graduarse en el programa de Servicio Exterior de la Universidad de Oxford y cursar estudios de postgrado en el Pembroke College de esa ciudad, trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores de su país. Al frente de Patrimonio y Cultura desde 2002, ha impulsado la restauración de numerosos monumentos históricos. También es aficionado a los deportes y presidió la Asociación de Fútbol de Omán en sus albores. Representó a Omán en la boda del rey Felipe VI.
El flamante sultán está casado con Ahad Bint Abdullah Bin Hamad al Busaidi, una prima materna, y tienen dos hijos y dos hijas. A diferencia de lo que era habitual en las generaciones anteriores, no se le conocen otras esposas. En realidad, tampoco se sabe mucho de esta, ya que como es tradicional en la península Arábiga, no estuvo visible ni en la ceremonia de juramento de su marido, ni en el entierro de Qabús; tampoco se ha distribuido su fotografía, ni se le conocen actividades públicas.
No obstante, en lo que constituye toda una novedad, la prensa omaní informó de que “la esposa de Su Majestad el sultán” recibió las condolencias de la mujer del emir de Qatar, en el palacio de Al Alam. De la breve nota se desprende que Ahad no adquiere título real y que su tratamiento es de “honorable señora”. “Es agradable y serena”, la describe una occidental que ha tenido ocasión de saludarla.
Esa ausencia de notoriedad se extiende a sus cuatro hijos. El mayor, Theyazin, de 29 años, siguió los pasos de su padre y se incorporó al servicio exterior en 2013; desde el pasado mayo era segundo secretario de la Embajada de Omán en el Reino Unido, pero desde el ascenso al trono de su padre ha regresado a Mascate donde se le ha visto en varias citas diplomáticas relevantes. Bilarab, de 25, se graduó en Arquitectura en Londres y hace un año recibió un premio, según una mención que aparece en la página de Facebook de la Galería Stal de Mascate, la única foto que devuelve una búsqueda en Google. De sus hermanas, Thuraya y Omaima, ni siquiera hay datos.
La familia Al Busaidi lleva gobernando Omán desde mediados del siglo XVIII cuando uno de sus ancestros fue elegido imam, como se denominaba al líder político y religioso entre los musulmanes. Pero su árbol genealógico se remonta siglos atrás a una de las tribus primigenias del sur de Arabia, en lo que luego sería Yemen. La dinastía alcanzó su apogeo bajo el reinado de Said Bin Sultan (1806-1856), cuando el país se convirtió en el centro de un imperio marítimo que abarcó desde Zanzíbar (en la costa este de África) hasta Baluchistán (en el actual Pakistán), pasando por el golfo Pérsico. Como casi la mitad de los omaníes, sus miembros siguen el islam ibadí, una escuela previa a la división entre suníes y chiíes, y que destaca por su tolerancia con otros credos.
A pesar de ese pasado de esplendor, los Al Busaidi son una familia discreta. Tal vez debido a que sus riquezas petroleras son más limitadas que las de sus vecinos, no se encuentran en las hemerotecas noticias de comportamientos escandalosos en la Costa Azul o la Costa del Sol. Incluso cuando Qabús destronó a su padre en 1970, lo hizo en un golpe incruento y le envió al exilio. Durante su medio siglo como monarca absoluto, lo más llamativo ha sido que, en una cultura que considera la familia el pilar básico de la sociedad, el sultán no tuviera hijos, lo que dio lugar a especulaciones sobre su homosexualidad (que sigue estando penada en el sultanato). Eso, y sus turbantes.
Identificable por sus elaborados y vistosos tocados, Qabús convirtió el masar, el pañuelo bordado de fina lana de cachemira con el que se cubren la cabeza los hombres omaníes, en un símbolo de identidad nacional y de orgullo. Para los iniciados, los distintos diseños y diferentes formas de anudarlo permiten saber la región de origen de su portador, pero hay una combinación de azul, morado y rojo que está reservada a la familia real.
Parece significativo que Haitham, el nuevo sultán, eligiera precisamente ese tipo de turbante para la ceremonia de juramento.
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