¿Pueden los móviles salvar a las madres africanas?

La innovación está mejorando la salud reproductiva en el continente y contribuyendo a reducir la mortalidad materna. Cerca del 99% de los fallecimientos tiene lugar en países de ingresos bajos y medios

Tres mujeres miran un móvil, uno de los elementos que pueden ser fundamentales en los próximos años en la salud materna.
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El nacimiento de un hijo puede convertirse en un auténtico drama familiar y dejar al bebé huérfano de madre por complicaciones en el embarazo, el parto o el posparto. Si bien la tasa global de mortalidad materna ha experimentado un descenso en las últimas décadas, sigue siendo inaceptablemente alta.

Las inequidades en el acceso a los servicios de salud siguen poniendo en evidencia la persistencia de desigualdades geográficas o étnicas. Tal como alerta el último informe de la ONU en la materia, cerca del 99% de las muertes maternas tienen lugar en países de ingresos bajos y medianos, y en África subsahariana — hogar del 66% de fallecimientos maternos globales— son casi 50 veces más elevadas que en cualquier otra región del mundo. Ante este panorama, ¿qué puede hacer la tecnología?

Mientras el número de startups africanas se ha triplicado, el creciente sector tecnológico y de las innovaciones digitales podría estar prestando un apoyo considerable a todos los pequeños avances que se van tomando en el continente en esta materia, y aportar su granito de arena para que la maternidad sea motivo de felicidad y no de tragedia.

El caso de Kenia es paradigmático. A pesar de tener altas tasas de fallecimiento durante el embarazo y el parto —más de 300 muertes anuales por cada 1.000 nacimientos—, es uno de los países donde se están produciendo más avances en materia de salud reproductiva. Siendo la segunda economía innovadora del continente según el último Índice Mundial de Innovación, el país del África oriental está marcando un nuevo rumbo en materia de innovación sanitaria con proyectos de financiación público-privadas que vale la pena seguir de cerca.

Uno de los más interesantes es la aplicación para móviles y tabletas Safe Delivery. Desarrollada por la fundación danesa Maternity, la Universidad de Copenhague y la Universidad del Sur de Dinamarca con fondos de la Fundación Bill & Melinda Gates, esta herramienta diseñada y dirigida a profesionales sanitarios, proporciona vídeo-tutoriales, explicando, paso a paso, diferentes procedimientos de salud sexual, reproductiva y materna.

En Kenia, donde de las 25.000 enfermeras en activo solo 2.000 tiene formación específica, una app está probando ser crucial a la hora de capacitar a profesionales

Implementada de forma exitosa en 40 países de ingresos bajos y medios del sudeste asiático y África subsahariana, ya ha demostrado su eficacia en países como Sierra Leona: uno de los lugares más inseguros del mundo a la hora de alumbrar a un hijo según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). Allí, la experiencia ha dejado evidencias de mejoría en las competencias de parteras y otras profesionales de la salud, contribuyendo a mejorar las habilidades, el conocimiento y la confianza para operar tanto partos normales como complicaciones obstétricas.

En Kenia, donde según la Asociación nacional de parteras, de las 25.000 enfermeras en activo solo 2.000 tiene formación específica como tal, esta misma aplicación está probando ser crucial a la hora de capacitar a matronas y enfermeras profesionales. Y es por ello que varias facultades de medicina ya han implementado Safe Delivery, también, como un recurso más en las aulas.

Otra solución digital, iDeliver, también está trabajando en nueve instalaciones del país, donde se ha aplicado en más de 4.100 nacimientos. Lanzada en 2017, esta herramienta innovadora de apoyo para la mejora en la toma de decisiones a la hora de atender a parturientas está revolucionando el mundo de la salud materna de la región. Financiado por MSD for Mothers —una iniciativa que trabaja para hacer que el embarazo y el parto sean experiencias seguras y saludables—, y funcionando en diferentes centros como el Hospital para Mujeres de Nairobi, iDeliver desempeña su labor en vistas a reducir las tasas de mortalidad de las madres del país.

“Aquí en Zanzíbar, también estamos usando iDeliver en el Hospital Mnazi Mmoja. Hasta ahora, nuestra gente lo ha elogiado como una herramienta superior en comparación con el pasado”, explica Hamad, un enfermero zanzibarí que ha empezado a utilizar esta herramienta.

Fundamentada en las pautas y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la aplicación sirve de apoyo a los trabajadores sanitarios desde el triaje de la paciente pasando por el diagnóstico o la derivación en el período intraparto, y es capaz de respaldar la actuación médica incluso durante la atención posnatal.

De esta forma, las matronas y médicos que atienden a la madre con el apoyo de iDeliver, pueden ir recopilando y almacenando información en el historial obstétrico de la paciente con un simple ordenador. Desde este, se organizan los datos de tal forma que la aplicación puede proponer opciones de tratamiento y actuaciones médicas dependiendo de las circunstancia. Así, el cuadro médico optimiza el tiempo de reacción, prioriza tareas a la hora de atender a varias madres a la vez, detecta situaciones de emergencia de forma temprana y puede seguir protocolos adecuados, así como monitorizar más fácilmente a cada paciente evitando el sufrimiento fetal o incluso la muerte del bebé.

“A medida que se agregan datos del paciente a iDeliver, el nivel de gravedad de cada paciente se calcula en tiempo real, lo que ayuda a los proveedores a identificar a los pacientes más críticos. De esta forma, la orientación para los cuidadores ayuda a reducir el tiempo desde el registro hasta el tratamiento y reduce el tiempo entre observaciones para pacientes más críticos”, asegura Paul Amendola, director ejecutivo de VecnaCares, la empresa que implementa iDeliver en África del Este. “Tanto los gobiernos como la administración de los distintos hospitales, como el Mnazi Mmoja de Tanzania, se muestran entusiasmado en que el sistema reemplace su actual funcionamiento basado en papel”, subraya.

Sin embargo, la tecnología por sí sola no se puede percibir como la panacea cuando se trata de mejorar los estándares de calidad en atención sanitaria, especialmente en países de una región como la del África subsahariana.

Complemento y no sustituto

“Las nuevas tecnologías, cuando se implementan correctamente, tienen el potencial de aumentar significativamente la calidad de la atención, incluso con una inversión limitada. A medida que la tecnología digital se generalice y esté disponible, existe el potencial de aprovechar la infraestructura disponible para gestionar y capturar mejor los datos del paciente, y convertir los datos disponibles en respuestas clínicas accionables. Cuando se recopilan y gestionan mejores datos, los cuidadores tienen información mejor organizada y los pacientes reciben una mejor atención. En general, tecnología como iDeliver puede aumentar la efectividad de un proveedor con una inversión limitada”, asegura Paul Amendola.

La falta de recursos dedicados a los sistemas de salud pública, la educación sexual o la insuficiencia de personal capacitado en los hospitales y clínicas de los países africanos son asuntos cruciales. Y aun así, la innovación y la tecnología, mayoritariamente impulsadas por empresas privadas y la financiación de corporaciones filantrópicas, puede contribuir a mitigar graves problemas como el de la mortalidad materna. “Nuestras asignaciones presupuestarias a la salud generalmente son insignificantes, por lo que innovaciones como estas crean una plataforma sólida en la que la atención médica se puede apoyar para brindar buenos servicios hasta la última persona de la comunidad, independientemente de las deficiencias”, asegura Hamad, que utiliza de forma regular esta aplicación para tratar embarazos y partos en Zanzibar.

1 de cada 37 mujeres en África subsahariana afronta riesgo real de muerte

A diez años vista del termino establecido para lograr los Objetivos del Desarrollo Sostenible, su meta número 3 "garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todos" —donde se asume el compromiso de "reducir las muertes maternas en todo el mundo a menos de 70 por cada 100.000 nacimientos vivos", se presenta como una auténtica quimera en países como Chad, Sierra Leona y Sudán del Sur.

Ya sea por la falta de inversión en capacitación o infraestructuras o de un sistema público débil incapaz de emplear a las personas bien formadas, 1 de cada 37 mujeres en África subsahariana afronta hoy un riesgo real de muerte durante el embarazo o el parto. La formación de médicos capaces de realizar cesáreas, el apoyo financiero privado a hospitales, la capacitación de matronas o posibilitar que las madres dejen de dar a luz en casa son cruciales a la hora de mejorar de forma rápida los flagrantes datos que sumen a las mujeres africanas a la cola de la salud reproductiva mundial. No obstante, no son las únicas soluciones.

No obstante, la salud pública es, en última instancia, una elección política que tiene en sus manos el futuro de las madres africanas. Como ya han denunciado algunos expertos de la ONU como Philip Alston, la privatización iniciada en los años setenta en regiones como la subsahariana discrimina a los más pobres y los excluye del sistema. Asimismo, existen investigaciones que demuestran que, a consecuencia de dichas privatizaciones, los niveles más altos de mortalidad materna de África se hallan en las naciones que reciben préstamos del Fondo Monetario Internacional. Por lo que, si los próximos 10 años deben ser la "década de la acción", tal y como ha señalado la Asamblea General de las Naciones Unidas, también lo deberán ser para tomarse el asunto de la sanidad con la seriedad y responsabilidad que merece. Solo entonces, innovaciones tecnológicas como Safe Delivery o iDeliver podrán catalizar al máximo la mitigación de la mortalidad materna en toda la región subsahariana.

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