Pinchos desprotegidos
Estas Navidades he hecho un viaje por tres ciudades del norte de la península: Logroño, Bilbao y San Sebastián. En las tres es obligatorio el poteo por los bares de pinchos y en las tres he visto algo que me ha desagradado profundamente: muchos bares se saltan a la torera la obligación de tener los pinchos y tapas protegidos y/o refrigerados. En la calle del Laurel de Logroño, los bares más tradicionales todavía osan tapar los pinchos. Los más modernos no deben de saber lo que es eso. En San Sebastián es imposible encontrar un solo bar que cumpla la normativa. ¿Por qué no se les sanciona?
Antonio Casero Martínez, Tenerife.
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