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Nos gusta la Navidad - Día 4

Feliz roscón de Reyes

Ave César, los que se van a zampar el roscón te saludan. Empezó en la Antigua Roma, rodó por el mundo y ahí lo tienes, presidiendo tu mesa. Tú decides si industrial, artesano o casero, si clásico o moderno, con figurita o sorpresa original

Érase una vez hace mucho tiempo un montón de romanos que parecían estar locos, pero no, estaban de parranda. Cocinaban unas tortas redondas, escondían en la masa un haba y el que la descubría era coronado rey de reyes aunque no fuese más que un pobre esclavo.

La rosca rodó y rodó, atravesó épocas y se adaptó a reinos y países. Hasta que tal día como hoy millones de personas como tú mantendrán viva la tradición. Cuando mires tu roscón de Reyes, trates de radiografiar dónde está el haba (lo pagas), la figurita (te coronas) o un premio, estarás saboreando una gran historia.

Difícil resistirse. Esa mezcla de tentación golosa, juego de azar y celebración en familia es una combinación ganadora. Y luego tú eliges la versión más o menos clásica en la elaboración o en la sorpresa. Por ejemplo, puedes jugar a esconder una primera pista para seguir buscando otras hasta encontrar un regalazo. O apostar por los roscones de Supermercado El Corte Inglés, Hipercor y Supercor, que ocultan impresionantes premios como un diamante de medio quilate (valorado en 2.400 euros), 350 colgantes con diamante, 12 viajes para dos personas a República Dominicana (valorados en 2.500 euros cada uno) y 85 suscripciones anuales a ATRESplayer Premium.

¿Con relleno o sin relleno? ¡Un dilema nacional! Los más puristas te dirán que lo tradicional es sin y cualquier otra elección, un pecado. Y los menos puristas te dirán que tu paladar es solo tuyo, que en la variedad está el gusto y que ahí tienes para elegir entre natas y cremas como la de trufa, incluso con o sin frutas escarchadas o bañado al chocolate con Pedro Ximénez. También los hay sin azúcares añadidos. Por opciones no será. ¡Y los niños te dirán que compres uno de cada!

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