Julio Iglesias, fama, política, hijos y 3.000 mujeres
Una biografía del cantante repasa 50 años de carrera profesional y de una vida personal entre la realidad y la leyenda
A Julio Iglesias le da miedo volar. Algo paradójico en alguien que ha dado la vuelta al mundo un millón de veces. Así comienza la biografía que Óscar García Blesa ha escrito sobre el cantante y que la semana próxima publica la editorial Aguilar. En ella el autor, que conoció al artista hace 18 años, hace repaso de una carrera que le ha llevado a vender 300 millones de discos en 50 años de profesión, a cantar en 14 idiomas y a lanzar más de 80 álbumes. Todo lo que rodea al artista interesa. De ahí que el trabajo aborde, además, sus relaciones con las mujeres, sus desavenencias con su hijo Enrique, sus relaciones con los políticos y el misterio que rodea su salud.
La fama y las mujeres. “Resulta abrumador tener que ser siempre el más educado, el más elegante”, cuenta el cantante. Siente que su ocurrencia ha de ser siempre la más ingeniosa. “¿Tuvo gracia el chiste que conté o ríen y me hacen la pelota porque soy Julio Iglesias?”. La fama también le lleva a dudar de sus conquistas: “¿Cuando salgo con una mujer, cuando la tengo en los brazos, por hermoso que sea el momento siempre me hago la misma pregunta: ‘¿Viene conmigo por lo que soy o por lo que represento. Eso me hace dudar mucho y sufrir bastante”.
Isabel Preysler. En una fiesta de la jet set en 1970, Julio Iglesias se acercó al anfitrión de la reunión para preguntar quién era aquella chica. “Es Isabel Preysler y es filipina. Está estudiando en Madrid”, le contaron. Él, que por entonces tenía una novia en Londres, respondió: “Me encanta. ¿Me la presentas?”. En verano de ese año la pareja disfrutó de su primera cita formal. Fueron juntos a un concierto de Juan Pardo. Desde ese momento, la fascinación del cantante por aquella mujer aumentó. Para él fue un flechazo pero Isabel fue difícil de conquistar. Iglesias confesó a su amigo y mánager de entonces, Alfredo Fraile, que era la mujer de su vida. “Julio, ya conozco varias mujeres de tu vida”, respondió incrédulo. Esas navidades, Preysler ya estaba embarazada. Solo habían pasado siete meses del primer encuentro. Ella, con sólidas creencias religiosas, tenía decidido traer al mundo a su bebé. Con 19 años, decidió dar a luz en la casa de sus tíos en San Francisco, cualquier cosa antes que pasar por el mal trago de casarse a toda velocidad. El cura que los casó el 29 de enero de 1971 en Illescas (Toledo) declaró que nunca había visto llorar tanto a una novia.
Infidelidades. Isabel Preysler no era ajena a las fans que rodeaban a su marido y los incontables idilios reales o inventados que se le atribuían. Ella confesó su hartazgo cada vez que llamaba a su marido y una voz femenina respondía. El Daily Mirror publicó que el cantante había confesado haberse acostado con hasta 3.000 mujeres. “Es verdad que he disfrutado de la fascinación de vivir intensamente. Pero de eso a que duerma con 3.000 mujeres... Le dije a mi mánager: ‘Ni se te ocurra desmentirlo”. En 1976, el matrimonio tuvo una fuerte discusión. Ahí comenzó el final de su historia. “Julio, tú tuviste que pedirme muchas veces que nos casáramos pero yo te voy a decir solo una vez que nos separamos”. Así acabó Isabel Preysler con su matrimonio meses después.
Ruptura con Alfredo Fraile. Durante 15 años fue su representante, su amigo y su cómplice hasta que un día el cantante acabó con su paciencia. “¿Sabes? Estoy hasta los cojones de Julio Iglesias, no te aguanto más”, le espetó. En sus memorias, Fraile recordó una frase que le dijo Preysler: “Julio nunca nos perdonará ni a ti ni a mí que nos hayamos ido de su lado”. Fraile cambió al cantante por Adolfo Suárez, candidato a las elecciones de 1986 por el CDS.
Miranda Rijnsburger. En 1990, Julio Iglesias se cruzó por primera vez con Miranda Rijnsburger en el aeropuerto de Yakarta y de nuevo pronunció la frase: “He conocido a la mujer de mi vida”. Él tenía 46 años, ella 24. Le costó conquistarla. Miranda, a diferencia de Isabel, conocía la leyenda que acompañaba al artista.
Sus desavenencias con su hijo Enrique. Al cantante no le gustó que su hijo actuara a sus espaldas y preparara su primer disco. Lo hizo con el apellido Martínez y con una supuesta nacionalidad guatemalteca. “Un día mi padre me llamó y se lo conté. Le dije: ‘Si me va bien, me va bien y si me va mal no podré culpar a nadie”. Julio ha contado: “Me enteré de que mi hijo iba a ser cantante por un amigo”. Cuando Enrique llevaba millones de discos vendidos le dijo: “Bueno, pero nunca vas a tener un Grammy”. Enrique lo logró en 1996. Padre e hijo acercaron posiciones en la Navidad de 2018, en una comida en la que el artista conoció a sus nietos gemelos.
Mediador internacional. José Bono, ministro de Defensa del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, utilizó al cantante para mejorar las relaciones con EE UU. “No le conocía y me preguntó si le podía ayudar para entrevistarse con Rumsfeld [secretario de Estado]. No conocía a Rumsfeld pero sí a Kissinger y a Oscar de la Renta —que cosía a su mujer—. Lo trataron muy bien. Puse un poco de vaselina entre los Gobiernos y se arregló alguna cosa”.
La enigmática salud del cantante
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