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Columna
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Entenderse

Algo ha pasado, de modo que el centro político, ese lugar tan incómodo como necesario, está en buena parte vacante

Jorge M. Reverte
Miquel Iceta en el consejo nacional del PSC del sábado pasado.
Miquel Iceta en el consejo nacional del PSC del sábado pasado.EUROPA PRESS

Está difícil lo de entenderse. Sobre todo, cómo no, en la política. Y es posible que tanta dificultad se deba a que el centro está sin ocupar. Algo ha pasado, de modo que ese lugar, tan incómodo como necesario, está en buena parte vacante.

La izquierda anda revuelta, incapaz en su deriva de conflictos de atender a un programa que pudiera cubrir en parte esa necesidad política. Porque no hay que olvidar que el centro se conquista, como lo decía Julio Anguita, a base de programa, programa y programa.

Como es lógico, primero hay que saber qué es esa cosa del centro para poder ir a ella, a ese lugar donde en teoría se encuentran los votos que hacen falta para gobernar. En cierto modo es fácil: solo hay que mirar alrededor y ver qué necesita la gente común. Para ser más feliz o, simplemente, para estar más cómoda en la vida. Acabadas las grandes reconversiones proletarias, todos los problemas son de clase media. Exagerando, claro.

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¿Hay algo serio que pueda impedir, de verdad, un acuerdo entre el PSOE y UP para intentar hacer un Gobierno? Yo creo que no. La derecha lo tiene algo más difícil. No solo por lo de ponerse de acuerdo, sino por lo de viajar al centro. La bronca interna ahora no consiste en identificar los contornos centristas, sino en ver quién es cada uno, que ya no se sabe. Y es preciso señalar a Albert Rivera como el culpable de ello, porque ha pasado en pocos meses de ser el posible hacedor de un Gobierno de centro-izquierda a encabezar a unas derechas hiperactivadas por lo que parece ser una obsesión de liquidar a Pedro Sánchez del mapa.

Hay un peligroso juego al pretender equiparar Alsasua y Josu Ternera con Fernando Grande-Marlaska y el Orgullo Gay. Porque no es lo mismo dar tiros en la nuca que enseñar el culo. Y Rivera banaliza lo del terrorismo y su reivindicación al hacerlo.

No se llega al centro gritando más. Se llega con un programa que, por ejemplo, pueda subir impuestos siempre que se mejoren las pensiones o la Sanidad. Eso lo saben distinguir bien los votantes de centro, que quieren, además, estabilidad y planes de futuro que aseguren un buen medio ambiente.

¿Es tan difícil entenderlo? Como casi siempre, y hablando con voz queda, Miquel Iceta, al frente del PSC, va a mostrar un camino.

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