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Encerrados tras intentar llegar a Europa Más de medio millar de migrantes, en su mayoría detenidos por guardacostas libios cuando intentaban cruzar el Mediterráneo, malviven en el centro de detención de Tayura, similar a una cárcel El centro de detención de Tayura es una de las 25 instalaciones en las que se encierra a los inmigrantes que han entrado ilegalmente en Libia o, como ocurre con la mayoría, a los que han intentado cruzar el Mediterráneo en barco y han sido capturados por los guardacostas libios. Carlos Rosillo En este centro se encuentran 620 inmigrantes. Solo comen una vez al día y reciben agua fresca una vez a la semana. Carlos Rosillo El centro de detención se encuentra dentro de una gran instalación militar en la que también hay una prisión. Al recinto en el que se encuentran los migrantes se accede a través de una valla de cuatro metros de altura. Carlos Rosillo El director de la prisión no permite el acceso a la parte interior en la que duermen los internos. Solo aprueba el acceso al patio al que salen para tomar el aire, aunque muchos de ellos están durmiendo. Algunas de estas personas llevan encerradas aquí más de dos años. Muchos son reconocidos como refugiados por Naciones Unidas. Carlos Rosillo Los internos aprovechan la visita de los periodistas de EL PAÍS para denunciar la situación que sufren: “Con frecuencia los guardias nos golpean con mucha fuerza. A un chico le rompieron el brazo”, comenta un joven de Darfur que lleva dos años en este centro. En la imagen, el hombre del que habla, con el brazo escayolado. Carlos Rosillo La esperanza de estos migrantes es que ACNUR les consiga un destino en otro país donde se les acoja. En ocasiones consiguen ser trasladados a Europa o Canadá; o ser llevados a Níger, donde están un tiempo mientras se tramita su situación para poder viajar a estos países. Carlos Rosillo Los migrantes rodean al periodista para denunciar la vida en el centro de detención. Algunos piden ayuda de forma desesperada. Carlos Rosillo Mahedin Yousef, un darfurí que llegó hace cuatro años a Libia a través de Egipto muestra un dibujo en el que se puede ver un paisaje urbano con coches, motos, un edificio, una piscina… Carlos Rosillo Antes de llegar a este centro, en su mayoría tras ser detenidos en el Mediterráneo por la marina libia, muchos de estos inmigrantes han pagado entre 300 y 2.000 euros a las mafias por acceder a una embarcación para llegar a Europa. Para reunir ese dinero han tenido que trabajar durante meses o años en trabajos muy precarios en Libia. Carlos Rosillo Los regidores de este centro de detención se quejan de la falta de recursos, sobre todo de comida y agua. Desde ACNUR no quieren abastecer a estos centros porque supondría perpetuar una práctica con la que no están de acuerdo. Carlos Rosillo