La otra Champions
El pasado fin de semana mi hijo jugó un torneo de fútbol de chupetes (niños entre 4 y 6 años). Los partidos serían entre las tres y las cinco de la tarde. Al ver que se preveía una temperatura de 34°, escribí un correo al club mostrando mi disconformidad; su respuesta fue que nunca ha pasado nada y que tocará pasar calor. Llegado el día del tornero, observo comportamientos reprochables (insultos lo más leve) en padres por actuaciones arbitrales. Más tarde, un entrenador gritando y utilizando malos modos hacia un jugador hasta que el niño rompió a llorar. Dónde quedan los valores ligados al deporte y a la formación de personas. Nos ciega la competitividad. Mi hijo ha perdido la ilusión por practicar su deporte favorito. Yo, como deportista popular que soy y semiprofesional que fui, noto cómo el deporte y sus valores se desangran.
Roberto Gómez Gijón
Mejorada del Campo (Madrid)
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