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La coronación del rey de Tailandia, en imágenes El monarca, de 66 años, estuvo acompañado en el acto de su esposa, la reina Suthida, una antigua azafata de vuelo con la que se desposó y elevó al trono por sorpresa el pasado miércoles Tras pasar una serie de elaborados rituales budistas e hinduistas, el rey Maha Vajiralongkorn —nombrado Rama X— se ha convertido este sábado en un semidiós para los tailandeses, erigido como divina representación del budismo en la Tierra, y en una figura esencial, aunque cuestionada, para la estabilidad del país, que sigue sin Gobierno después de que en marzo se celebraran las primeras elecciones tras cinco años de junta militar. En la imagen, el rey Maha Vajiralongkorn llega al Gran Palacio de Bangkok. JEWEL SAMAD (AFP) Pese al despiadado calor, miles de personas del país, de mayoría budista, se echaban a las calles este sábado en Bangkok para festejar la primera coronación en casi setenta años. Rapeephat Sitchailapa (AP) Se trata de la décima de la dinastía Chakri, que reina desde finales del siglo XVIII; la última, en 1950, fue la de Bhumibol, padre de Vajiralongkorn y venerado por su afán unificador en una nación profundamente dividida entre la Tailandia rural, partidaria del opositor Pheu Thai —“los camisas rojas”—, y los urbanitas o “camisas amarillas”, respaldados por el Ejército y la Casa Real. En la imagen, la Guardia Real se prepara para el desfile frente al Gran Palacio. Linh Pham (Getty Images) El rey Rama X, de 66 años, hacía ayer su primera aparición envuelto en una túnica blanca con remates dorados y medio cuerpo al descubierto. Pasaba a ser purificado por agua que habían bendecido monjes budistas, traída de 117 puntos distintos del país. HANDOUT (REUTERS) Después, sentado en un trono octogonal de madera en el Gran Palacio capitalino y vestido con un pomposo traje tradicional en tonos ocres y bordados de oro, el soberano era ungido con aceites. Ocho notables, entre ellos el primer ministro, el general Prayut Chan-ocha, le ofrecían agua sagrada. En la imagen, la reina Suthida rinde honores al rey Rama X. AP La purificación y el ungimiento daban paso al cénit del día: la entrega de la gran corona de la victoria, de más de siete kilos, 66 centímetros de altura e incrustaciones de oro y diamantes, que Rama X recibía bajo un exclusivo paraguas de nueve capas que simbolizaba su conexión con la vida celestial. En la imagen, un grupo de ciudadanos observan la coronación en una calle de Bangkok. MANAN VATSYAYANA (AFP) Una salva de 101 cañonazos proclamaba a los cuatro vientos la consagración del rey, convertido en un devaraja (“rey Dios”) y defensor del budismo. Su esposa y exguardaespaldas, la reina Suthida, cuyo enlace anunció por sorpresa el pasado miércoles, atendía la ceremonia y se postraba para ser bendecida por su esposo, como todos los súbditos. HANDOUT (AFP) Aunque es ahora cuando se ha convertido en un rey de pleno derecho, el monarca ocupó el trono hace casi tres años, a la muerte de su padre Bhumibol en octubre de 2016. En la imagen, oficiales del Ejército de Tailandia esperan en las proximidades del Gran Palacio durante la coronación. LILLIAN SUWANRUMPHA (AFP) El retraso de la coronación no es inusual en Tailandia; el mismo Bhumibol reinó durante cuatro años antes de la suya, y se debe a la suma del periodo de luto y el tiempo de preparación para el magno evento. AP La Guardia Real marcha frente al Gran Palacio. LILLIAN SUWANRUMPHA (AFP) Durante estos años, Rama X, prácticamente un desconocido hasta 2016 debido en parte a sus largos periodos en el extranjero, ha apuntado hacia un mayor despotismo y concentración de poder que su predecesor AP “Él ya ha ejercido de rey. La coronación oficial consolida su reinado y realza su aura como nuevo rey. Ha heredado un trono muy poderoso y su majestad lo está adaptando de acuerdo con sus preferencias”, subraya Thitinan Pongsudhirak, profesor de la Universidad Chulalongkorn de Bangkok. JEWEL SAMAD (AFP) El rey Rama X es transportado en el Gran Palacio durante la visita al Templo del Buda Esmeralda. HANDOUT (REUTERS)