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Los refugiados que habitan la tierra de nadie en los Balcanes Las zonas fronterizas de Bosnia y Croacia son el duro hogar de miles de personas de distinta nacionalidad. El deseo de muchos es ir al norte de Europa, pero desde hace años se topan con un muro policial Un hombre camina bajo un manto de nieve en el pueblo bosnio de Bihác, donde hay tres campos de refugiados. Al lado de este camino nevado se encuentra el de Bira, una enorme y gigante nave industrial gestionada por la Organización Mundial de Migraciones (IOM), donde viven unos 2.000 inmigrantes de decenas de países, como Afganistán, Pakistán, Irak, entre otros. En Bira solo hay chicos y la media de edad no supera los 30 años. Dentro viven en tiendas de campaña y contenedores, muchos de ellos sin calefacción. Otro campo de refugiados en Bihác es el de Borici. Aquí viven Tahira Baloch y sus cuatro hijos, de entre siete y 15 años. Tahira es suní y es de Irán, un país de mayoría chiita. Hace tres años la policía se llevó a su marido y no lo ha vuelto a ver. Ella huyó de Irán con los pequeños hace un año y hace cinco meses que vive en Bihác. “No quiero llegar a Alemania o Francia o Italia. Quiero vivir aquí, en Bosnia y Herzegovina. Es un país pobre pero la gente me trata bien y es muy buena. Solo pido poder trabajar para tener una vida digna”. La mayoría de inmigrantes están en campos de refugiados, pero muchos prefieren vivir en casas okupa como la de la foto, a las afueras de Bihác. Es una casa abandonada y semiderruida que habitan unas 10 personas. Cocinan con un hornillo y duermen en colchones en el suelo tapados con mantas. Las noches de invierno son extremadamente frías en Bosnia, donde se registran temperaturas bajo cero. En general, los inmigrantes en tránsito no suelen tener ropa adecuada para el frío. El bar Alhambra, en Bihác, se ha convertido en uno de los centros de reunión de muchos inmigrantes. Aquí disponen de wifi gratis y pueden conectarse y hablar con sus familiares. Faruk (de espaldas) es de Túnez y cuenta como en su país le negaron sistemáticamente el visado para viajar a Polonia, de donde es su novia y a donde quiere llegar. Se vio obligado a viajar en avión a Turquía. Desde allí cruzó andando hasta Bulgaria, pasó por Serbia y llegó a Sarajevo en noviembre. En Bihac y Velika Kladusa (pueblo fronterizo con Croacia) viven unos 4.500 inmigrantes. Ismad (el que hace la foto) es de Pakistán y ha intentado nueve veces lo que llaman el game : cruzar la frontera con Croacia y llegar a Italia vía Eslovenia. “Caminamos de noche para no ser vistos por la policía. Todos los móviles tienen la batería cargada pero solo hay uno encendido para guiarnos con el GPS. Cuando se agota la batería del móvil, encendemos el siguiente”. Varias ONG han elaborado informes sobre devoluciones en caliente y violencia por parte de la policía croata. A tres kilómetros de la frontera croata, en Velika Kladusa, se encuentran diseminados contenedores casa que los inmigrantes usan para dormir. En cada uno de ellos, de unos seis o siete metros cuadrados, duermen cuatro personas. Muchas de ellas se vieron obligadas a usar este tipo de refugio después de que el gobierno bosnio cerrara Miral Camp, el único campo de refugiados de Velika Kladusa gestionado por la IOM. La policía detiene a un grupo de inmigrantes en la estación de tren de Bosanska Otoka, un pueblo a 50 kilómetros de Bihác en dirección a Sarajevo. El grupo de hombres trataba de llegar a Bihac, paso último antes de poder cruzar la frontera con Croacia. La policía controla algunas estaciones de tren de pueblos cercanos a Bihác. Cuando encuentra algún grupo de inmigrantes les detiene y les devuelve a Sarajevo en autobús. Según las autoridades, cuenta el policía, los campos de refugiados están llenos y no puede entrar más gente. Elchin Namazov, abogado azerbaiyano, vive en el campo de Borici (Bihác) con sus dos hijos y su mujer. Tuvo que huir de su país por defender a activistas de derechos humanos encarcelados. El 13 de marzo del 2018 eurodipuados presentaron una pregunta escrita en el Parlamento Europeo a Federica Mogherini, alta representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. sobre el hostigamiento y la persecución de abogados en Azerbaiyán. También se apuntaba que en Azerbaiyán hay actualmente 161 personas presas por motivos políticos. En noviembre del 2017, el presidente Ilham Alíev promulgó una ley en la cual restringe a los ciudadanos la asistencia legal y el derecho de defensa de los ciudadanos. Bihac es, junto con Velika Kladusa, el pueblo de Bosnia con mayor presión migratoria. En todo el país, se registraron en 2018 más de 24.000 migrantes y refugiados, 30 veces más que el año anterior. Cuando la frontera de Serbia y Hungría fue cerrada por cercas de alambres de púas, el flujo de migrantes se trasladó al sur. Desde entonces, miles de personas tratan de llegar al norte de Europa a través de Bosnia, un país con un invierno crudo y una situación económica delicada. Maria tiene 18 años, es yazidí (minoría religiosa kurda) y su ciudad natal es Sinjar, en el Kurdistán iraquí. Lleva tes meses viviendo en el campo de refugiados de Borici junto con su tía y su hermano. Ha intentado el game tres veces, las tres sin suerte. Parca en palabras, cuenta que dejó su país tras la entrada de Daesh en Sinjar. Según una comisión de investigación de la ONU, el Estado Islámico (EI) cometió genocidio y crímenes de guerra contra los yazidís en Siria e Irak. A las mujeres las vendían como esclavas sexuales y a las niñas las violaban. Muchas fueron testigos de la ejecución de sus padres a manos de los yihadistas.