Nakhane, la voz que clama por la libertad sexual en África

El artista sudafricano reedita 'You Will Not Die', un alegato que reivindica su identidad y con el que se enfrenta a los dogmas de su condición xhosa

El artista sudafricano Nakhane.
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Abandonar su país fue un pacto contra el silencio. No huía de las amenazas de muerte que había recibido, sino de renunciar a su identidad si se quedaba. Cuando Nakhane Touré (Alice, Sudafrica, 1988) se marchó de Sudáfrica hace un año, lo hizo a cambio de su libertad. Allí debía enfrentarse a su condición queer, su pertenencia a la tribu xhosa y a la imposición de sus creencias religiosas. Este músico, actor y escritor de 31 años sabe muy bien que hay ciertas líneas que, en uno de los países más abiertos y emergentes de África, aún no pueden cruzase. Su aparición en la película La Herida (Trengove, 2017) mostró al mundo un rito con el que aún se convive en Sudáfrica, la ukwaluka, una salvaje circuncisión que en la población xhosa sigue marcando el paso de la adolescencia a la edad adulta. Sin embargo, lo que provocó controversia en su país fue que aquella historia entretejía el relato de amor entre dos hombres. Desplomando su peso sobre Nakhane, la condena pública terminó obligando al artista a despegar rumbo a Londres.

Me enviaste lejos / sin lágrimas para llorar / quedaba poco para rendirme / Pero cuando desperté por la mañana / supe que no iba a morir”. You Will Not Die, la canción que da título al último disco de Nakhane, es redención y condena. Publicado fuera de su país, su voz se convierte en un instrumento profundo y conmovedor, un alegato a la supervivencia que a su vez refleja una dolorosa despedida. Cargado de contradicciones entre su fe, su identidad y sus orígenes, las composiciones que van configurando todo el álbum son testimonio de su lucha personal y de las batallas emocionales a las que se ha enfrentado por su condición sexual en su país.

Su influencia religiosa caló en su educación, en los conflictos que su identidad le provocaban y también en la forma de entender la música. El colapso entre todas sus realidades le llevó a dejar la fe hace seis años, poco antes de abandonar Sudáfrica. Unas emociones que acabarían recogidas en su primer trabajo, el EP Brave Confusion de 2013. Esa exploración continúa en You Will Not Die y se manifiesta en temas como In the Dark Room o Interloper en el que Nakhane enfrenta ante su religión su amor hacia un hombre: “Estoy enamorado, no soy un intruso / Dios mío, ahora lo veo / Señor mío, lo veo ahora / Dime qué pasó con el opio de tu palabra / Déjame poner mi dedo en la caverna de su boca”. Publicado el año pasado en África y Europa, You Will Not Die se reedita ahora en Estados Unidos con cinco nuevos temas y la colaboración en uno de ellos de Anohni. Destinadas a encontrarse, el paralelismo sonoro de sus voces se funde en el coro de la canción New Brithton. Una pieza exuberante y desgarradora en la que Nakhane fantasea con regresar a su casa en Port Elizabeth, en el Cabo Oriental de Sudáfrica, para poder ver de nuevo a su familia: “Vamos a casa / Estaba enfadado / Nunca más me iré con miedo / ¿Qué pasa con mi madre y mis hermanas? / ¿Debo borrarlo? / Nunca me iré con miedo”.

Siempre tuve algo que esconder. Me odiaban. Nos odiaban. Crecí teniendo miedo. No había y no hay nada malo en mí. Esta es mi vida

Desde Londres, su activismo en defensa de los derechos LGTB+ ha tomado un peso más importante, pero no olvida el lugar de donde viene. Nakhane supone un referente necesario en Sudáfrica, un país cuya legislación parece ir por delante de sus habitantes. El que fuera el quinto país del mundo en aprobar el matrimonio igualitario y, a día de hoy, el único en el que está legalizado la homosexualidad en África, sigue manchado por una cultura y una sociedad aún homófobas. La aparición de Nakhane en La herida y la polémica que se desató en el país fue un reflejo de esa controversia. Como consecuencia, una huida involuntaria. La de Nakhane. Aunque él no fue el primero, ni el último. “Me niego a ocultar quien soy”, reivindicó Nakhane en sus redes sociales, poco después de llegar a Londres. “Siempre tuve algo que esconder. Me odiaban. Nos odiaban. Crecí teniendo miedo. No había y no hay nada malo en mí. Esta es mi vida. Estas son nuestras vidas. Y me niego a vivir en vergüenza para que su patriarcado siga viviendo. Soy un xhosa y no sé qué hacer con lo que amo. Nos sacarán de sus cines, arrancarán nuestras fotografías de las paredes. Pero no iremos a ninguna parte. Seguiremos aquí, incluso si creen que han ganado”, concluía el músico sudafricano.

Una valentía que atrae cada vez más miradas y más admiradores. Madonna confesó que Nakhane era uno de sus artistas favoritos. El mismo Anohni, colaboró con él sin conocerle en persona, fascinado por su música. Fuera de la música, el cineasta John Cameron Mitchell acaba de ficharlo para un nuevo proyecto, un musical de podcast llamado Anthem: Homunculus, con el que debutará a finales de abril. "Él mezcla lo mejor de James Baldwin, David Bowie y Grace Jones", dijo Mitchell sobre Nakhane. "Es el artista renacentista más emocionante que he visto en este siglo", confesaba el director en una entrevista para el New York Times. Por ahora, Nakhane se está adaptando a nuevos horizontes y a su libertad en la que se perfila como una prometedora revelación para la música y todo un referente en su país.

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