Los inquilinos del edificio de la calle Argumosa 11
Pepi, de 65 años llegó hace dos décadas con sus dos hijas; en 2015 pagaba 400 euros al mes. Rosi, de 50 años, pagaba 300 euros. Juani y Mayra, de 56 y 32 años, respectivamente, viven en dos pisos unidos y pagaban 800 euros al mes. El alquiler se habría disparado desde entonces. Todas ellas alegan que no tienen adonde ir. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha exigido la paralización del desahucio hasta que dispongan de una alternativa habitacional adecuada.
Fachada del edificio Argumosa 11 en el barrio de Lavapiés lleno de carteles de protesta a favor del derecho de la vivienda.Álvaro GarcíaMayra con su familia espera la orden del juez del desahucio.Álvaro GarcíaUno de los pisos tapiados por los propietarios en el edificio de Argumosa 11.Álvaro GarcíaLos buzones del correo del edificio, en perfecto estado.Álvaro GarcíaPepi, Juani y Mayra hablan sobre cómo les ha cambiado la vida desde que les llegó la carta de finalización de contrato.Álvaro GarcíaTeresa, vecina de Pepi, en el corredor del edificio en donde ha vivido más de una década y de donde la quieren echar.Álvaro GarcíaEl numero 11 de la calle Argumosa se ha convertido en todo un símbolo del problema de la vivienda en Madrid.Álvaro GarcíaPepi, en el salón de su casa.Álvaro GarcíaUn niña que ha vivido toda su vida en el edificio juega mientras espera a su madre en un pasillo.Álvaro GarcíaLa primera carta de finalización de contrato que les llegó hace un año a más de 20 inquilinos de Argumosa 11.Álvaro GarcíaEl recuerdo de las familias que fueron desahuciadas son el mayor fantasma en el edificio.Álvaro GarcíaEl perro de los uno de los inquilinos de Argumosa 11, en el descansillo.Álvaro GarcíaJuani espera a que caiga la noche para saber si al día siguiente le toca empacar sus cosas e irse del edificio.Álvaro GarcíaLos vecinos se reunen para apoyar a la familia Salazar.Álvaro GarcíaDecenas de activistas defienden las puertas de la llegada de la policía en el exterior del edificio.Álvaro GarcíaJuani y Rosi, que denuncian agresiones racistas por ser gitanas, enseñan su DNI español.Álvaro GarcíaLa plataforma de los cascos azules se prepara para defender el edificio el viernes pasado en el desahucio de Juani y Mayra.Álvaro GarcíaJuani sale a hablar con los medios y agradece a todas las personas que las apoyan.Álvaro GarcíaJuani y Mayra celebran con un abrazo que han conseguido quedarse.Álvaro García