Los inquilinos del edificio de la calle Argumosa 11
Pepi, de 65 años llegó hace dos décadas con sus dos hijas; en 2015 pagaba 400 euros al mes. Rosi, de 50 años, pagaba 300 euros. Juani y Mayra, de 56 y 32 años, respectivamente, viven en dos pisos unidos y pagaban 800 euros al mes. El alquiler se habría disparado desde entonces. Todas ellas alegan que no tienen adonde ir. El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de Naciones Unidas ha exigido la paralización del desahucio hasta que dispongan de una alternativa habitacional adecuada.