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La epidemia silenciosa que ataca a los niños Cada año, alrededor de un millón de niños contraen la tuberculosis. De ellos, unos 240.000 fallecen. Estas muertes son en gran parte evitables con una detección precoz y un mayor acceso al tratamiento Esta es la historia de una epidemia que no copa titulares. Cada año, alrededor de un millón de niños contraen la tuberculosis, la mayoría en África y Asia. De ellos, unos 240.000 fallecen. Estas muertes son en gran parte evitables con una detección precoz y un mayor acceso al tratamiento. Estas imágenes pertenecen a una exposición en el Ayuntamiento de La Haya (Holanda) que alberga el congreso internacional sobre esta enfermedad. The Union es una organización internacional de profesionales de la salud que trabaja en busca de soluciones en los países en desarrollo. Esta entidad lleva a cabo el programa TITI, que explora métodos para prevenir la expansión de la tuberculosis. Este estudio se realizó en Benín, Burkina Faso, Camerún y la República Centroafricana. Gracias al TITI las enfermeras y el personal clínico de los centros de salud participantes preguntan a los adultos a los que se les diagnosticó tuberculosis si comparten un hogar con niños menores de cinco años. Luego, los trabajadores realizan visitas a domicilio para detectar síntomas en los pequeños. Estas son Divini y Annicette, esperando la llegada de su enfermera. Las dos hermanas estaban comenzando su sexto y último mes de tratamiento preventivo en el momento de esta foto. Estas son Edit y su hija Emmanuella, que no llega a dos años. La madre decidió llevar a su hija al centro de salud cuando diagnosticaron tuberculosis a su tía, después de varias semanas de pruebas con resultados no concluyentes. Ahora la niña recibe tratamiento preventivo y se encuentra bien. Estas fotos muestran lo que se puede conseguir con un programa como TITI: niños en tratamiento después de un trabajo de 18 meses en que se visitaron más de 4.000 viviendas y se identificaron 2.000 menores en peligro. En esta imagen, Phiona y Tamale visitan el centro de salud Nsangi (Uganda), donde la prueba de la tuberculosis está disponible desde la concepción hasta seis semanas después del nacimiento. Ansek fue fotografiado durante una consulta con la enfermera para iniciar un tratamiento preventivo. El tío de Ansek está en tratamiento para la tuberculosis. La iniciación en el estudio TITI requiere que los niños visiten la clínica dos veces al principio: una para realizarse una prueba cutánea y una radiografía de tórax, y otra para que el personal de salud pueda analizar los resultados de la prueba (según la reacción de la piel) y comenzar el tratamiento o terapia preventiva. Richemine descansa con gesto aburrido en la espalda de su madre. Ellos escuchan a la enfermera y el trabajador social sobre el tratamiento preventivo que sigue después de que su padre fuera diagnosticado con tuberculosis. El 90% de los niños que fallecen por tuberculosis (unos 215.000) no recibe tratamiento. Esta es Françoise, que sí lo recibió gracias a otro programa de The Union, el Detect child TB. Aquí esta en su casa en Entebbe (Uganda), con su madre. Al trabajar con socios, incluido el Ministerio de Salud de Uganda y funcionarios del gobierno local, el proyecto diagnostica y trata a los niños con tuberculosis en sus comunidades. Esta es Belvine, de Benín, que espera con su madre la visita a la enfermera para su chequeo mensual de su tratamiento preventivo de tuberculosis. Esther nació con el VIH y dio positivo a la prueba de tuberculosis mientras estaba embarazada de su hijo, que ahora tiene cuatro meses. A través del proyecto Detect Child TB, esta joven madre comenzó el tratamiento contra la tuberculosis justo después de dar a luz y su hijo recibió una terapia preventiva.