Luis Miguel entra en cólera sobre el escenario
El cantante, visiblemente enfadado, se encaró durante una actuación con su técnico de sonido
Luis Miguel presentó su nuevo disco en el Auditorio Nacional de México y entró en cólera. Ocurrió durante la canción La fiesta del mariachi, una de las más aclamadas por su público y en la que el intérprete se acerca a los asistentes para entregarles rosas blancas. No obstante, en esta ocasión, el artista no regaló flores a sus seguidores, sino que las lanzó a un miembro del equipo técnico. El artista se enfadó porque la calidad del sonido no era buena. Pero su reacción fue inesperada para la mayoría, pues cogió las rosas blancas que se disponía a regalar y las tiró a un responsable de sonido, mientras le gritaba en pleno.
La fiesta del mariachi llega casi 10 años después de que presente algo y tres después del mayor bochorno de su carrera. Ocurrió en 2015 en Mérida (Yucatán). Después de una hora de espera y de los abucheos del público, tuvo que presentarse el organizador del evento: "El artista simple y sencillamente se metió a su cuarto, pidió botellas de alcohol y está emborrachándose, por eso es que no se presentó y esa es la verdad. No sabemos si va a venir, no ha tenido ni la decencia de cancelar". Por el incidente, fueron detenidas tres personas, entre ellas el representante de la gira, Óscar Raúl Montes.
Este tema estrella es una canción que ni siquiera es nueva, pero con la que pretende redimir sus pecados ante una legión de fieles que han soportado —muchos, pacientemente— los mayores desplantes de quien fuera uno de los ídolos más venerados de la música en español.
Luis Miguel se encuentra en una gira por Estados Unidos y Latinoamérica. Meses atrás, su vida contó a través de Netflix en Luis Miguel: la serie, un espacio que semanalmente estrenaba un nuevo capítulo y dejaba ver la compleja relación entre Luis Miguel y su padre, Luisito Rey, y despertó las dudas sobre lo ocurrido con la madre del cantante, Marcela Basteri, desaparecida desde mediados de los 80
La serie triunfó porque se pudo observar la vida privada de uno de los cantantes más herméticos de la música latina, una estrella infantil explotada por un padre sin escrúpulos, desesperado por dejar de ser pobre. El público observó cómo quien fuera uno de los ídolos de México, el dios de las suites de lujo y las mujeres más guapas, sufría los mismos problemas que el común de los mortales. Lo que no ha cambiado ha sido el carácter del cantante.
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