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Matrimonios de ranas para que llueva en India

Poblaciones afectadas por sequías creen que tales ‘bodas’ favorecen el monzón

Un niño se refresca bajo una fuente pública una calurosa mañana en Nueva Delhi, India.
Un niño se refresca bajo una fuente pública una calurosa mañana en Nueva Delhi, India. RAJAT GUPTA / EFE

Ante la canícula que sacude el norte de India, donde el termómetro alcanza los 47 grados, las autoridades combinan campañas de salud públicas con medidas de emergencia para evitar los golpes de calor que el año pasado provocaron más de 200 muertes. Mientras tanto, la población local y algunos políticos recurren a la superstición para conjurar a la lluvia y hacer frente a la inclemencia del tiempo, causante de graves sequías.

Si en aldeas de España se sigue cantando a la virgen de la cueva para abrevar el campo yermo en época estival, en India se organizan ofrendas a Indra Dev, el dios hindú de rayos, truenos y lluvias, para regar sus tierras. El pasado sábado, vecinos de la sagrada y turística ciudad de Varanasi, en el Estado de Uttar Pradesh, decidieron celebrar una boda especial para honrar a su deidad. No muy lejos de los ghats (estructuras con una escalinata junto a un río) que sirven de crematorios a las orillas del místico Ganges, un grupo de mujeres celebraba la unión al son electrizante de los tambores. Tras el baraat (la procesión que lleva al novio al altar), el sacerdote bendijo el enlace recitando mantras en sánscrito frente a los asistentes; maquillados con el kum-kum (polvo bermellón) sobre su frente como símbolo de unión en la religión hindú.

“Queremos que llueva en la ciudad. Es una vieja creencia que el casamiento de ranas hace feliz a Indra Dev. Así que celebramos esta boda para pedirle que nos traiga el monzón”, declaró uno de los organizadores a la agencia de noticias ANI. Para finalizar, los boquiabiertos contrayentes fueron adornados con las tradicionales guirnaldas de flores mientras se grababa la ceremonia. Pese al esfuerzo de los allí presentes, los cónyuges ni croaron. Los batracios eran de plástico, para más inri. Como las inanimadas imágenes de madera de los pasos de las procesiones católicas, las dos ranas sintéticas también serán veneradas hasta el comienzo de las lluvias en una de las regiones del gigante asiático más afectadas por la sequía.

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