Champú de huevo es el primer número uno del artista asturiano, incluido en su disco de debut como solista, Neocasal. La letra traza una sucesión de reproches en toda regla sin destinatario especificado: "Quién te apartó de aquella sucia esquina, quién te enseñó a volar, quien puso fin al precio en tu mirada, quién te enseñó a maquillar, quién escogió el tinte de tu pelo, quién te enseño a vestir, quién puso alas en tus tacones, quién te enseñó a sonreír. Dices que te vas, que es más alto que yo, me cambias por un Frankestein". Tirando de hemeroteca, podríamos pensar que se refiere a sus protegidos Obús, pero no, no son ellos, pues siempre tuvo buena relación con los pioneros del heavy metal patrio. Es el productor de Tino Casal, Julián Ruiz, quien lo aclara, aparte de dar algunas claves de la gran repercusión de Champú de huevo: "La canción esta dedicada a McNamara [Fabio McNamara, figura fundamental de la Movida, que formó un dúo musical con Amodóvar], su viejo amigo, mi buen amigo. Y pienso que, con esta canción, Casal inventó un nuevo pop nacional. Era como rebrotar, escribir de otra manera, la nueva ola de aquella época. Hay que fijarse en el trabajo de las voces, con todos los trucos, con las octavas en su voz".
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