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Defensora del Lector
Tribuna
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‘Mindfulness’ con seriedad

Expertos en esta especialidad ‘psico-educativa’ critican un artículo que alertaba sobre usos fraudulentos de la misma

Llegado de Estados Unidos, el mindfulness, que podría traducirse por 'atención plena', es una especialidad ‘psico-educativa’ basada en la meditación, que está de moda también en España. La revista BuenaVida que se vende con EL PAÍS, publicó en su edición digital del pasado 13 de junio, bajo el epígrafe de Psicología, un relato informativo titulado Me metí en una sesión de 'mindfulness' grupal y así quisieron sacarme 300 euros en terapias "sanadoras" que ha provocado algunas quejas.

El texto llevaba el subtítulo: Algunas sectas lo usan como reclamo, según un informe de la Organización Médica Colegial. La autora, Natalia López Pevida, relataba su propia experiencia de participante en una sesión de supuesto mindfulness, en la que se ofrecían también otros servicios más caros a los asistentes, y recogía las opiniones de diversos especialistas que alertaban sobre los riesgos que entrañan sesiones semejantes. Aludían a que bajo el manto de la meditación hay quienes persiguen incorporar a los desprevenidos ciudadanos a sectas o sacarles el dinero ofreciendo terapias ‘sanadoras’ de dudosa eficacia.

Varios expertos en mindfulness se han dirigido a esta Defensora para exponer algunas discrepancias importantes con el texto. Es el caso de Máximo Peña, que se presenta como periodista y psicólogo, y que señala en su carta:

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“¿Por qué utiliza [la autora] la fórmula “quisieron sacarme 300 euros” si en el texto no aparece ninguna información de que hayan querido estafarla o robarla. Le ofrecen un servicio, suponemos que de buena fe, y ella lo rechazó libremente. ¿Qué tiene esto de sectario?

Se coloca el mindfulness en el mismo plano de análisis que las prácticas New Age de la industria de la felicidad, que carecen de respaldo científico. ¿Se hace por ignorancia o hay una intencionalidad?

(…) Tampoco es justo incluir en el saco de las pseudoterapias a la terapia Gestalt, que con más de medio siglo de vida, desde que la creó Fritz Pearls, ha hecho importantes aportaciones a la psicoterapia (…) La autora asocia mindfulness a conceptos como “convertir tus sueños en realidad”, una frase que jamás diría uno de los maestros más importantes de mindfulness, el monje vietnamita Thich Nhat Hanh. En mindfulness, aceptar lo que es y ver las cosas tal y como son resultan conceptos fundamentales. Cierto, para ser instructor de mindfulness o de meditación no hay ningún requisito oficial. Es frecuente que la sociedad vaya por delante de los políticos y que las legislaciones tarden en llegar, como ocurre en otros ámbitos. Me parece acertado el papel que se asigna a los psicólogos como los profesionales más adecuados para trabajar con mindfulness. Pero nada asegura que un psicólogo sea un buen maestro de meditación”.

“Creo que las personas y los profesionales que honestamente practicamos mindfulness y trabajamos con esta técnica”, concluye el señor Peña, “merecemos un tratamiento más respetuoso”.

También ha escrito a esta Defensora Andrés Martín-Asuero, presidente de la Asociación de Instructores de Mindfulness MBSR de España. Su carta está firmada por otros miembros de la junta directiva de la misma: Antoni Lacueva, Roberto Alcibar, Susana Florentí, Alejandro Moreno y Adela Montalvo.

El señor Martín-Asuero reprocha a la periodista el haber confundido “una intervención psico-educativa con una terapia. Mindfulness pertenece al primer grupo y la exigencia de tener título de psicología es completamente absurda en una intervención psico-educativa (donde no hay diagnostico ni tratamiento). El Dr. Jon Kabat-Zinn, es profesor emérito de la Universidad de Massachusetts y es ¡biólogo!, sin ningún título en psicología. Muchos instructores de mindfulness son profesionales de la salud, de la educación o del coaching, como los que firman esta carta”.

Recuerda a la autora que en España hay “tres asociaciones de profesionales” de esta disciplina además de, “al menos cuatro Masters de Universidad y se publican al año más de 50 libros sobre el tema. Hay una docena de grupos de investigación como el nuestro. ¿De verdad que no hay ningún experto disponible para dar su opinión a la autora?”

Considera el mismo lector que la periodista “hace afirmaciones sin aportar pruebas o con información sesgada. Por ejemplo; confunde al lector hablando de precios sin indicar por qué servicios. 300 euros puede ser mucho si se trata de una hora de terapia o poco si es un tratamiento de 30 sesiones. También indica “algunas sectas lo usan como reclamo” ¿cuáles son? no se dice, ¿y eso de verdad lo invalida? “… ‘mindfulness para sacar información a los empleados de una empresa” ¿sí?, ¿en qué empresa? (…) No se da cuenta la autora de que está presentando posibilidades remotas, todas dentro de una mala praxis, como hechos probados (...) También es verdad que el mindfulness se puede usar mal, y como todo lo que se usa mal, tiene malas consecuencias. Hacer deporte sin seguridad o sin criterio puede dar lugar a lesiones, algunas graves, pero eso no invalida los beneficios de la actividad física para la salud”.

Idoia Sota Madorrán, responsable de la web de la revista Buena Vida, responde a las quejas en nombre de la autora:

“En primer lugar, me gustaría explicar la naturaleza de este artículo. Se trata de una crónica sobre una sesión real que narra la periodista que asistió tras una investigación previa y tras sondear a los expertos en movimientos sectarios que se citan en el texto. El objetivo de este artículo es contar que, en ocasiones, actividades que gozan de cierto nombre o son tendencia, como actualmente sucede con el mindfulness, se utilizan como reclamo desde sectas. No es por tanto un artículo sobre mindfulness estrictamente, aunque el tema sí lo hemos tratado en otros artículos, uno de ellos firmado también por Natalia López Pevida, autora de esta crónica. Aun así, en el artículo se explica el origen del mindfulness y que se trata de una técnica ampliamente reconocida. La problemática que la envuelve, en cambio, es la facilidad con que personas sin formación específica imparten cursos de mindfulness y se autoproclaman instructores especializados, más si se tienen en cuenta las consecuencias negativas de una mala praxis, un riesgo que también apunta uno de los lectores en su carta. En el artículo intervienen sobre todo profesionales acreditados en el campo de las sectas, pues es este el aspecto sobre el que queríamos indagar en esta ocasión, aunque también participa Margarita Barranco, psicóloga clínica formada en mindfulness, e integrante de la ONG Redune".

Para concluir, Idoia Sota precisa: "El hecho de que algunas sectas utilicen el mindfulness como reclamo —algo que no afirma la periodista, sino una investigadora del CSIC y un psicólogo clínico experto en sectas—, efectivamente, no invalida la técnica. Es algo que en ningún caso se defiende en el artículo. En varias ocasiones se insiste en la necesidad de que se aplique correctamente. Aun así, dado que la intención no es invalidar el mindfulness hemos añadido unos párrafos introductorios en los que se explica que esta técnica bien practicada cuenta con aval científico y las dificultades a las que se enfrenta y se incluye y enlaza una definición aportada en otro artículo de BuenaVida por un experto en mindfulness".

Como he señalado en muchas otras ocasiones, creo que es el título del artículo el elemento que, lejos de dar pistas sobre su contenido, lo distorsiona gravemente. La pieza que firma Natalia López Pevida no está centrada en el mindfulness, sino en el uso abusivo que se hace de esa disciplina utilizándola como reclamo en sesiones de coaching o de distintas terapias. El titular, sin embargo, relaciona la sesión de mindfulness grupal con el intento de ‘sacarle’ a la autora 300 euros en terapias ‘sanadoras’. De este modo predispone al lector en contra de esa práctica, porque la liga a un turbio negocio de ‘captación’. Aunque la autora reconoce también los efectos positivos del mindfulness, esta mención no puede contrarrestar el impacto negativo del titular.

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