5 fotosBuenos sueldos, cero mortalidad, y otros motivos para mudarse a la ciudad más remota del planetaSe llama Longyearbyen, tiene 2.000 habitantes y es el último lugar habitado al norte de la tierraSara Navas22 jun 2018 - 12:09CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"En Longyearbyen se prevé la catástrofe constantemente", afirma Javier Reverte. De ahí que con el fin de salvaguardar la biodiversidad, en 2008 se construyera una cámara acorazada a prueba de bombas nucleares y terremotos, el Banco Global de Semillas, que alberga cien millones de simientes de plantas alimenticias. Estas semillas se conservan a 120 metros de profundidad con una temperatura estable de -18 ºC, condiciones que garantizan su conservación durante varios siglos. Ante un cataclismo natural, una guerra o un apocalipsis, el banco de las Svalbard –conocido popularmente como 'El semillero del fin del mundo' o 'El arca de Noé vegetal'– daría una nueva oportunidad al mundo de reconstruirse. "Allí tomas conciencia de que el cambio climático es algo real que está ocurriendo y destruyendo el planeta. Medidas como el almacenaje de estas semillas es la prueba de que puede ocurrir una catástrofe en cualquier momento", confiesa Reverte.Getty"El gobierno cede terrenos a todo el que lo solicita para que puedan construirse una casa. Les interesa que la ciudad esté habitada, por eso optar a una vivienda en Longyearbyen es tan sencillo", afirma el escritor Javier Reverte. Más de 2.000 habitantes están censados en la capital de Svalbard, archipiélago cuyo nombre proviene de un vocablo vikingo que puede traducirse como "costa fría". A pesar de que conseguir una casa no es complicado ni caro, la vida en Longyearbyen no es apta para todos los públicos. Sobre todo para aquellos que busquen temperaturas cálidas y bullicio. En esta ciudad, el día polar, con unas temperaturas que no superan los 16 ºC, comienza el 20 de abril y termina el 22 de agosto. La noche polar comienza el 28 de octubre y acaba el 14 de febrero: durante estos meses las temperaturas son de -50 ºC y el sol no llega a salir. "Se trata de una ciudad construida para sobrevivir en condiciones climatológicas extremas. Nada allí es bello o trascendente, sino sencillamente útil", explica Reverte.GettyEntre placa de hielo y renos pastando, en Longyearbyen uno puede encontrar con sorprendente facilidad restaurantes donde degustar platos típicos de la gastronomía tailandesa. "Esto se debe a que un gran número de tailandeses se ha asentado en la ciudad durante los últimos años y han impuesto su cocina en la isla. Tanto es así, que resulta más fácil comer un plato de curry tailandés que un filete de trucha a la plancha", asegura Javier Revierte. Pero no es esta la única cocina foránea que se ha impuesto a 1.000 kilómetros del Polo Norte. Las calles de la capital de Svalbard acogen, además, locales de comida china o italiana.Getty¿Qué lleva a los 2.000 habitantes de Longyearbyen a permanecer en un lugar cuya principal característica es que tiene el clima más extremo del planeta? "La oportunidad de tener trabajo. Allí hay para todos, y encima muy bien remunerado", resuelve Javier Reverte. El archipiélago se encuentra bajo la soberanía noruega, pero su estatus no está definido por la ONU. Esto quiere decir que cualquiera puede llegar a la ciudad habitada más próxima al Polo Norte, instalarse con total libertad y trabajar en los empleos que generan la investigación de medio ambiente, la minería de carbón, el turismo o los servicios. "Trabajando en la mina se puede cobrar fácilmente 4.000 o 5.000 euros al mes", confirma el escritor de 'Confines' (Plaza Janés).GettyEl hielo ocupa el 60 % de la superficie de Longyearbyen, la localidad más septentrional del planeta. "Hay más osos polares que personas", afirma Javier Reverte. Exactamente, 3.000 osos frente a 2.000 habitantes, dato por el que la ley exige que cualquier ciudadano que abandone los núcleos de población vaya armado con un rifle. La vida allí no es sencilla. No crecen árboles, ni se puede cultivar nada. La madera es un producto de lujo. Sin embargo, estos inconvenientes son compensados con ayudas sociales y ausencia de impuestos. ¿Por ejemplo? Los noruegos cuentan con una ayuda de 20.000 euros por instalarse allí y el alcohol corre sin restricciones libre de impuestos, lo que abarata mucho su coste.Getty