La casa púrpura de Prince en El Caribe se subasta
Sus actuales propietarios son los herederos de la millonaria fortuna del artista, que asciende a unos 200 millones de dólares, su hermana Tyka Nelson y sus cinco medio hermanos
Los famosos con economía más que saneada suelen tener tendencia a acumular bienes inmobiliarios para su disfrute personal o como inversión. Prince no era una excepción y cuando apareció muerto en un ascensor de Paisley Park –enorme complejo que tenía en Minneapolis y que combinaba vivienda y faraónico estudio de grabación– todo el mundo comenzó a especular con el futuro de los bienes que el cantante había acumulado en su exitosa carrera.
En mayo de 2017 un juez de Carver (Minnesota) confirmó que los herederos de la millonaria fortuna de Prince –unos 200 millones de dólares– serían su hermana Tyka Nelson y sus cinco medio hermanos, Sharon Nelson, Norrine Nelson, John R. Nelson, Omarr Baker y Alfred Jackson. El cantante había fallecido sin hacer testamento y en los meses previos a esta sentencia habían desfilado más de 45 personas que afirmaban ser hijos, hermanos, esposa o parientes del artista
Los auténticos herederos han encargado ahora la venta de una de la propiedades más exclusivas del cantante: una mansión en la isla de Providenciales, que pertenece a las islas Turcas y Caicos. Y la forma elegida para sacar la mayor rentabilidad por una casa que mide unos 1.000 metros cuadrados habitables y mira al cristalino mar Caribe, es la subasta. El complejo que se licita por un precio inicial de 12 millones de dólares (unos 10 millones de euros) incluye una casa para invitados, una vivienda para los trabajadores de la propiedad y la casa principal que tiene 10 dormitorios con sus correspondientes cuartos de baño, estudio, gimnasio, sala de cine, cancha de tenis, muelle y dos playas privadas de arena blanca en la que se ha llegado a calificar como la mejor isla del mundo.
La subasta solo aceptará ofertas por escrito y especifica que los compradores interesados deberán enviar un cheque de 100.000 dólares como requisito previo para atender sus propuestas. Por dentro la casa es discreta, construida con el estilo y los materiales típicos del Caribe y como única seña de identidad personal un camino pintado de color púrpura que el cantante hizo pintar de este color en referencia al tema que marcó su carrera, Purple rain.
El valor final de la propiedad, según ha declarado Todd Wohl, fundador de Premiere Estates, lo marcará “el mercado en última instancia. Pero sí podemos anticipar que existe un enorme interés y múltiples postores”.
A mediados del pasado mes de abril, coincidiendo con el segundo aniversario de la muerte del cantante ocurrido el 21 de abril de 2016, se anunció que se publicaría un libro con sus memorias que se titulará The Beautiful Ones, del que se sabe poco más que será “un viaje poco convencional y poético sobre la vida y obra creativa” del artista.
Por las mismas fechas, el fiscal Mark Metz del Estado de Minnesota (EEUU) —donde el cantante nació, vivió y murió— declaró que no presentará cargos criminales derivados de su fallecimiento. “Simplemente no hay suficientes pruebas”, subrayó sobre la exhaustiva investigación realizada durante este tiempo para determinar si la sobredosis que acabó con la vida del artista fue o no accidental.
Durante el registro de su mansión de Paisley Park, en Minnesota, se encontraron grandes cantidades de medicamentos, barbitúricos y otras drogas vendidas con prescripción médica , pero no se halló ninguna de las recetas necesarias para conseguirlas. Las investigaciones efectuadas tras la muerte del cantante habían revelado que en su vivienda había fármacos mal etiquetados y que en realidad contenían fentanil, un opiáceo sintético 50 veces más poderoso que la heroína. Los fármacos también contenían oxicodona, un analgésico muy potente de tipo opioide y potencialmente adictivo.
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