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Las excentricidades de los famosos cuando se van de gira

Del pollo muy condimentado de Beyoncé, a los 20 gatitos y 100 palomas de Mariah Carey. Así son las peticiones de los artistas en sus camerinos

Mariah Carey, Selena Gomez y Beyoncé.
Mariah Carey, Selena Gomez y Beyoncé.gtresonline

Beyoncé, pollo muy condimentado y Mariah Carey, 20 gatitos y 100 palomas. Las peticiones de los famosos cuando se van de gira han ido evolucionando hasta convertirse en un listado de excentricidades incomprensibles para los mortales de a pie. Hay exigencias que son tan extravagantes que nadie las creería, como que Madonna tenga permitido destrozar el inodoro de su habitación antes de hacer el check out en un hotel. Pero otras, como que la cantante de 59 años lleva consigo los muebles de su casa cuando se va de gira, han sido corroboradas demasiadas veces como para ser falsas.

Claro que hay rarezas con explicación: Selena Gomez, la cantante exnovia de Justin Bieber, tiene la costumbre de tomarse un trago de aceite de oliva antes de cada concierto, y dice que lo hace para cuidar sus cuerdas vocales. La banda estadounidense Van Halen, por su parte, exigía un bol de M&Ms en su camerino, pero pedía expresamente que se quitaran todos los marrones. “Éramos de las primeras bandas en montar una gran producción en nuestra gira”, cuenta el cantante David Lee Roth en su biografía, “hubo muchos, muchos errores técnicos. Entonces, como prueba, lo poníamos escondido en los requerimientos técnicos. Si veía un M&M marrón... Había que revisar toda la producción. No habían leído el contrato”.

En alguna ocasión se trata de un cuidado de imagen. Paul McCartney, ex Beatle y ávido partidario de los derechos de los animales prohíbe la piel, el cuero y la carne en su camerino. Además de pedir muchas, muchas flores. Isabel Pantoja, según un documento revelado por el programa de Ana Rosa Quintana, pedía espacio. Para su gira de 2017 exigía dos camerinos para ella, otro de cambio rápido sobre el escenario, y trece camerinos más para su equipo de músicos y de producción, además de un lugar grande para encontrarse con sus fans.

Otras son claramente una muestra de ostentosidad, como cuando Maluma pidió una mansión durante el Festival Viña del Mar de 2017 en Chile y solicitó servicio doméstico 24 horas, guardias personales, vinos blanco y tinto, aceitunas, barras de proteínas, chicle sin azúcar y dos camionetas. El colombiano, con un valor neto que algunos estipulan cercano a los 12 millones de dólares, llevó a hasta nueve miembros de su familia con él en ese viaje.

Y claro, es normal que la esposa de Jay-Z quiera un poco de comida bien preparada en su camerino. Tiene 36 años y vale más de 350 millones de dólares, según Forbes. Pero cuando Mariah Carey pidió que le llevaran 20 gatitos para su celebración de la Navidad en Londres hace unos años, el lugar del evento tuvo que rechazar su petición, citando motivos de salud y seguridad. Ese debe ser el tipo de exigencias que luego genera rumores.

También las de Kanye West, que siempre tira la casa por la ventana, como descubrió el portal Business Insider. En el pasado ha pedido una silla de barbería, por ejemplo. Y en su gira Saint Pablo de 2016, a cada parada llevaba una máquina de malteadas, siempre llenas de limonada o incluso mezclas de Coca-Cola y alcohol.

Por eso suele ser común leer un mismo mito aplicado a distintos famosos. Como que quizás es Rihanna quien pide que reemplacen los asientos en los baños por unos nuevos antes de entrar a un hotel. O tal vez es Jennifer Lopez, depende de dónde se lea.

Sin embargo, incluso contando las historias que son mentira, Madonna, la cantante de Like a Virgin y Vogue no deja de ser una de las artistas con mayores exigencias cuando se trata de presentaciones en directo fuera de casa. ¡Hola! México Confirmaba en 2015 que a sus giras por el mundo llevaba un séquito de 200 personas. Y que en cada parada, exigía a los hoteles tener 20 líneas telefónicas internacionales disponibles en su habitación. Eso sin contar los detalles de la tela especial con aroma a flores alrededor de su vestidor, las flores reales cortadas a una altura específica, el chef personal que solo prepara comidas vegetarianas y su propio servicio de lavandería.

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