La furia de Sara Netanyahu al descubierto
Una grabación recoge la bronca de la esposa del primer ministro israelí a un exasesor de comunicación por una información publicada en medios hebreos
Sara Netanyahu, la esposa del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu vuelve a estar en el ojo del huracán por el trato a sus subordinados. Hasta ahora todas las acusaciones contra ella partían del relato de los propios afectados pero este domingo el medio Walla News, publicaba un audio en el que por primera vez, los israelíes han podido escuchar los gritos de Sara en pleno ataque de ira. Sucedió en 2.009 y su interlocutor, que parece aguantar estoicamente el chaparrón, era Shaya Segal, un conocido periodista, por aquel entonces asesor de comunicación de Netanyahu y otros altos cargos israelíes, que falleció el año pasado víctima de un cáncer.
Al parecer, a la esposa de Netanyahu no le gustó el modo en el que se referían a ella una reseña de apenas 44 palabras sobre un evento caritativo en el que participó en el centro educativo en el que estudiaron sus hijos. “¿La esposa del primer ministro obligada a hacer obras sociales? ¿por qué?”, lee Sara con tono irónico a su interlocutor para acto seguido arremeter con dureza contra Segal y abroncarle a pleno pulmón: “¡Esta mujer del primer ministro hace un servicio público cada día! De acuerdo con su capacidad profesional!” se le escucha gritar.
Según publican medios israelíes, todo indica que es ahí donde la señora Netanyahu se muestra especialmente agraviada porque echa en falta que la publicación haga hincapié en que es una psicóloga profesional. “P-S-I-C-Ó-L-O-G-A!, B.A, M.A., eso es todo!”, brama refiriéndose a que el texto tendría que haber recogido expresamente que tiene estudios superiores y un máster.
Un episodio que ha vuelto a despertar al fantasma del maltrato por parte de Sara Netanyahu a los trabajadores de la residencia del primer ministro y que hizo que el el propio Netanyahu, una vez más, saliese en defensa de su esposa, esta vez a través de su página personal de Facebook. “Es la continuación de la violenta y salvaje campaña contra mi familia. Cuál es el gran descubrimiento que han descubierto esta vez? Un audio de hace nueve años que no contiene nada. ¿Hay alguien que no se ha enfadado y haya dicho palabras que no quería en un momento de rabia?”, escribió Bibi disculpándola.
Para el primer ministro, este episodio y la filtración recientemente de otro audio protagonizado por su hijo Yair durante una noche de juerga en tel Aviv no son más que intentos de desprestigiarles para minar su gobierno y hacerlo caer.
Pero la cuestión es que, en el caso de Sara, varios ex subordinados aseguran que ese comportamiento no es una excepción, sino algo habitual en ella. En 2.014, Manny Naftali, ex encargado del servicio doméstico de la residencia oficial del jefe de gobierno israelí puso una demanda laboral contra Sara por “trato vergonzoso y despectivo”. Los tribunales le dieron la razón y el estado hebreo, como empleador, fue condenado a pagarle alrededor de 40.000 euros en concepto de daño emocional, perjuicios y costas salariales.
No fue el único subordinado que recurrió a la justicia pero sí el primero en lograr que los tribunales le dieran la razón. El historial es largo. Desde quienes se quedaron en el camino porque sus reclamaciones fueron desestimadas por falta de pruebas hasta los que nunca llegaron a juicio porque, según los medios hebreos, lograron un acuerdo extrajudicial. En los tribunales queda pendiente aún el caso de Shira Ramban, una joven limpiadora ultraortodoxa judía que apenas trabajó un mes en la residencia oficial y que reclama unos 50.000€ por el daño sufrido. Shira dijo recientemente, en una entrevista en el antiguo Canal 2 de televisión, haber huido tan rápido como pudo de un lugar donde se llegó a sentir “esclavizada”.
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