Liz Mitchell, de Boney M: “Las bandas que toman nuestro nombre son meros imitadores”
Las tres coristas del grupo mantienen vivo el fenómeno musical de los setenta. Hablamos con dos de ellas.
El fenómeno Boney M sigue vivo, o al menos lo intenta. El cuarteto formado en Alemania por el cantante y productor Frank Farian, que en los setenta lanzó algunas de las canciones más facilonas pero pegadizas de la era disco, continua girando por el mundo, aunque con algunos cambios: existen tres bandas diferentes lideradas por cada una de las tres coristas de la formación original. Una de ellas, la de Liz Mitchell, artista nacida en Jamaica en 1952 y voz principal de la banda, será la que actúe en Madrid el 27 de enero en el festival Yo fui a la EGB, que reunirá a estrellas de los ochenta y los noventa. Mitchell estará acompañada por tres artistas que ocuparán el lugar de Marcia Barrett (Jamaica, 1948), Maizie Williams (Montserrat, 1951) y el fallecido Boby Farrell (Aruba, 1949- Rusia, 2010).
"Yo no proclamo ser Boney M, sino una de las integrantes originales con tres nuevos compañeros”, asegura Mitchell en conversación telefónica desde Londres, donde reside. Las desavenencias entre los miembros a mediados de los ochenta, tras una década de éxitos en las listas de ventas, hicieron que cada uno formase un Boney M hecho a su medida y que, incluso, surgieran imitadores. Durante años hubo hasta cinco grupos que se vestían como los auténticos y cantaban sus canciones, tanto con miembros originales, como sin ellos. "No me gusta nada la gente que solo toma el nombre de Boney M para hacer pasta”, comenta la intérprete de 65 años, líder de Liz Mitchell featuring Boney M, integrado por Toni Ashcroft, Paulette Kerr y su hermana Yacinth Mitchell. Recorren el mundo actuando en festivales que se nutren de la nostalgia del público. “Mi principal motivación es hacer buena música”, agrega.
Lo mismo piensa Marcia Barrett, que hace lo mismo, aunque ella obvia el featuring (presentando, en inglés). "No necesito ningún featuring, yo soy la imagen y la vocalista original de la banda", asegura en conversación telefónica desde Berlín, donde reside. "La semana que viene tocamos en Etiopía donde haré canciones del grupo y de mi etapa en solitario”, cuenta.
Farian, el doctor Frankenstein detrás del fenómeno, que en los ochenta crearía a Mili Vanili, solo reconoce como legítimo el conjunto de Mitchell. “Siempre he trabajado mano a mano con la discográfica y con Frank [Farian]”, concede. Tanto es así que el productor ha puesto todas las trabas posibles a cualquier otra formación de Boney M. Entre ellas una de las más potentes, la que en 1989 formaron los otros tres integrantes y Madeleine Davis, como sustituta de Mitchell. Lanzaron varios sencillos, más cerca del estilo dance de finales de los ochenta que del disco setentero, como la pegadiza Everybody wants to dance like Josephine Baker. Bobby Farrell, el extravagante y bailongo integrante masculino, canta en este sencillo. Hasta entonces solo había grabado dos temas en el estudio. Era el propio Farian quien seguía poniendo su voz en las canciones.
De los cuatro integrantes, todos nacidos en islas del Caribe y emigrados a Europa en los sesenta, solo Barrett y Mitchell eran cantantes. Williams, aunque había hecho algunos pinitos como intérprete, se había ganado la vida como modelo y Farrell trabajaba de DJ después de haber recorrido medio mundo como marinero. Ambos aportaban glamour, estilo y baile al cuarteto, pero nada de voz. La banda nació en Frankfurt para poner imagen, en 1976, a Baby Do You Wanna Bump?, un tema disco compuesto y producido por Farian que requería un concepto más potente y exótico que el de un suave cantautor blanco.
El experimento funcionó en Holanda y Farian decidió lanzar un primer álbum. Entre 1976 y 1986 vendieron 40 millones de discos y conquistaron el competitivo mercado británico. Se convirtieron así en la versión negra de Abba: una imagen impactante y potentes himnos disco como Daddy Cool, Ma Baker, Ma Baker, El Lute o Rivers of Babylon internacionalmente reconocidos. Muchos de ellos han resistido el paso del tiempo, e incluso han sido reivindicados por DJS y productores. Sus carreras, sin embargo, parecen suspendidas en aquel tiempo.
Mitchell y Barrett pese a haber lanzado varios álbumes como solistas, nunca han logrado el éxito que cosecharon con el conjunto. “Las canciones de Boney M siguen estando muy vigentes y a la gente le gustan y reconocen mi voz”, apunta la vocalista. El público no se ha olvidado de ellos. “Cuando viajo y alguien me reconoce me empiezan a cantar alguna de nuestras canciones. Si es Navidad, el villancico Mary’s boy child, yo solo siento ganas taparme la cara de la vergüenza”, asegura entre risas.
Su excompañero Bobby Farrell nunca se escondía de los focos. Tenía que mantenerse en activo al igual que los demás miembros porque los derechos de su etapa prodigiosa no superaban el 9%, según reveló Mitchell a la BBC en 2002. Farrell giró por el mundo con su propio cuarteto hasta su muerte a los 61 años, en 2010. Williams y Barrett continúan con sus réplicas legales, ya que un juez dictaminó que todos tenían derecho a usar el nombre. Barrett se ha enfrentado a un recurrente cáncer de ovarios que la ha mantenido alejada de la profesión durante largas temporadas, aunque ahora está recuperada y publicará en junio, en inglés y alemán, su autobiografía titulada Forward (adelante en inglés). "Cuento todo lo que he experimentado a lo largo de mi vida con esta banda que todo el mundo respeta tanto”, detalla. Williams ha estado de gira durante los últimos años en festivales de Ibiza, Dubai o Nueva Zelanda y hace una década grabó una versión de Boney M junto al cuarteto de celos lituano Melo-M. También se ha adentrado, al igual que Cher o Jane Fonda, en los vídeos de fitness.
La relación entre las coristas es casi inexistente. Barrett reconoce que ha intentado contactar con sus excompañeras en varias ocasiones. "Me he acercado a ellos en múltiples ocasiones, antes de que Bobby falleciera incluso, pero si nadie quiere reunirse, tengo que seguir con mi vida", agrega.
Mitchell asegura que hay cariño y respeto. “Me quedo solo con los buenos recuerdos y estoy muy orgullosa de todo lo que hicimos, estar en la banda fue para mí como estudiar una carrera, aprendí muchísimo y aprecio a todos los que han formado parte del proyecto”, sostiene. “Las jornadas de grabación en el estudio, nuestro viaje a Moscú, la oportunidad de conocer a la reina de Inglaterra, todos son momentos que guardo con emoción”, confiesa su excompañera Marcia.
La última vez que estuvieron juntas públicamente fue durante el funeral de Farrell, en Ámsterdam. "Ver a Bobby en un féretro fue muy duro", apunta Barrett. No se habían reunido desde 1986. En aquella ocasión declararon que nunca olvidarían sus pasos de baile y añadían: "Sin Bobby, no hay Boney M”. Al menos no el original, pero sí tres versiones con tres réplicas que viven de la nostalgia de los miles de seguidores que aún mantienen desde Colombia hasta Japón.
El club de fans de Boney M en España cuenta con página web con información actualizada sobre todos los miembros de la banda.
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