De ser rohingya, el álbum de fotos de tu hijo sería este

Los refugiados rohingya se resguardan de la lluvia mientras esperan recibir el permiso del Ejército de Bangladés para continuar su camino después de cruzar la frontera entre Bangladés y Myanmar, en Teknaf.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Un niño rohingya refugiado que había quedado varado en la "tierra de nadie" entre Myanmar y Bangladés a su llegada en Palongkhal, después de cruzar al distrito de Ukhia (Bangladés).DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

Naciones Unidas pide a la comunidad internacional solidaridad con los refugiados rohingya. Más de medio millón de refugiados de esta etnia musulmana han ido llegando a Bangladés desde el pasado 25 de agosto, huyendo de la persecución y la violencia desatada en su contra en Myanmar por parte de las autoridades del país.DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

Los campos de refugiados de Bangladés están atestados de personas y en muchos casos carecen de servicios básicos como agua potable o atención médica.ADNAN ABIDI (REUTERS)

En Bangladés vive ya casi un millón de rohingya, según las autoridades, que califican de "insostenible" la situación.DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

La ONU se ha fijado como objetivo recaudar un total de 434 millones de dólares (unos 367 millones de euros) de aquí hasta febrero de 2018. Ya se han prometido unos 100.HANNAH MCKAY (REUTERS)

El mes pasado, las autoridades bangladesíes anunciaron que construirán un campo de refugiados con capacidad para 800.000 personas para poder acomodar al flujo de rohingyas que siguen cruzando la frontera.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Naciones Unidas ha definido la crisis de los rohingya como una "emergencia de primer nivel".DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

Un niño refugiado rohingya bebe agua del río mientras él y sus familiares esperan ser llevados a un campamento de refugiados después de cruzar el río Naf, en la frontera entre Bangladés y Myanmar en Palang Khali.ADNAN ABIDI (REUTERS)

Una niña refugiada rohingya pasa frente a un guardia fronterizo mientras continúa su camino después de cruzar de Myanmar a Palang Khali, en Bangladés.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Casi el 60% de los 582.000 rohingya refugiados en Bangladés en las últimas semanas son menores, según Unicef.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Un niño refugiado rohingya lleva a su hermano menor a la espalda mientras caminan después de cruzar el río Naf en la frontera entre Bangladés y Myanmar.ADNAN ABIDI (REUTERS)

Más de 600.000 niños rohingya podrían estar en Bangladés a finales de año, muchos de ellos probablemente huérfanos, alerta Save the Children.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Dos hermanos refugiados rohingya, atrapados en el lodo después de cruzar el río Naf en la frontera entre Bangladés y Myanmar en Palong Khali.ADNAN ABIDI (REUTERS)

Un niño refugiado rohingya, que viajaba en un bote desde Myanmar que volcó en la playa de Bailakhali, espera ser transportado a un campamento de refugiados desde la playa, cerca de Cox's Bazar, en Bangladés.ADNAN ABIDI (REUTERS)

Ni Myanmar ni Bangladés reconocen a los rohingya como ciudadanos de su país.HANNAH MCKAY (REUTERS)

La última ola de violencia en el estado de Rajine comenzó el pasado 25 de agosto con distintos ataques de milicianos rohingya contra las fuerzas de seguridad y el Ejército de Myanmar (antigua Birmania). Desde ese día, el flujo de civiles rohingya que han huido a Bangladés no ha dejado de crecer.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Un niño refugiado rohingya lleva un contenedor mientras camina con su padre para recoger agua en el campamento de refugiados de Palong Khali, cerca de Cox's Bazar (Bangladés).ADNAN ABIDI (REUTERS)

Los rohingya que quedan atrás quedan expuestos al riesgo de minas antipersonas y al veto de la ayuda humanitaria.DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

La líder de facto del Gobierno birmano, la premio Nobel de la Paz Aung San Sun Kyi, aseguró el pasado mes de septiembre desconocer por qué huyen los rohingyas.DIBYANGSHU SARKAR (AFP)

Mohammed Riyas, un niño refugiado rohingya de 5 años, en la Escuela Primaria Seagull en el campamento de refugiados de Kutupalong en Cox's Bazar, Bangladés. Los militares prendieron fuego en su casa, lo que le causó cicatrices en las piernas.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Mohsin, un niño refugiado rohingya de un año que cruzó la frontera de Myanmar la semana pasada, llora en el piso de la Escuela Primaria Seagull, en el campamento de refugiados de Kutupalong en Cox's Bazar, Bangladés.HANNAH MCKAY (REUTERS)

Un recién nacido junto a su madre Zahida Begum, de 22 años, refugiada rohingya después del parto en un centro médico en el campo de refugiados de Kutupalong cerca de Cox's Bazar, Bangladés.ADNAN ABIDI (REUTERS)