
Jamones congelados y sartenes ardiendo: errores garrafales que cometemos en casa con la comida
Es posible que lleves toda la vida equivocándote en detalles básicos a la hora de comer. Y por eso hemos recopilado los 19 más fáciles de subsanar

















![<p>Olvida lo que has visto en las películas y aleja el rodillo de la masa. “¡Rodillo vietato! [prohibido]”, exclama Vittoria Sansonetti, profesora en la Escuela de Cocina Italiana Accademia del Gusto. Esta prohibición tiene razones físicas que la avalan: “Si la masa se extiende con el rodillo, se aplasta y hacemos salir todo el aire que precisamente hemos conseguido gracias a que la hemos dejado reposar durante un tiempo". Las burbujas de aire en la masa son consecuencia del proceso de fermentación y son la que, como cuenta Enrica Barni (chef y coordinadora de la Escuela de Cocina Italiana Accademia del Gusto), “logran que la pizza resulte más ligera y esponjosa”. Si usamos el rodillo para alisarla, los expertos advierten de que ese aire se escapa y la masa, después de hornearla, adquiere una textura más parecida a la de las galletas: apelmazada y dura. Cómo hay que hacerlo, entonces: con las manos. “Al darle forma con la mano, sin embargo, permitimos que las burbujas de aire que están dentro no se pierdan”, comentan las expertas.</p> <p><strong>Información:</strong> Miguel Ángel Bargueño (errores con el jamón, con el queso, con el desayuno y con el pan). Kristin Suleng (errores con el aceite). Teresa Morales García (errores con la pizza).</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/HHXV7R4PIVPY5PSFWVQXFVPC2E.jpg?auth=3d93df71fa45ee8a409ec2a3cd5b67466594d2c9d102d45936ff52d86f125ba6&width=414)
Olvida lo que has visto en las películas y aleja el rodillo de la masa. “¡Rodillo vietato! [prohibido]”, exclama Vittoria Sansonetti, profesora en la Escuela de Cocina Italiana Accademia del Gusto. Esta prohibición tiene razones físicas que la avalan: “Si la masa se extiende con el rodillo, se aplasta y hacemos salir todo el aire que precisamente hemos conseguido gracias a que la hemos dejado reposar durante un tiempo". Las burbujas de aire en la masa son consecuencia del proceso de fermentación y son la que, como cuenta Enrica Barni (chef y coordinadora de la Escuela de Cocina Italiana Accademia del Gusto), “logran que la pizza resulte más ligera y esponjosa”. Si usamos el rodillo para alisarla, los expertos advierten de que ese aire se escapa y la masa, después de hornearla, adquiere una textura más parecida a la de las galletas: apelmazada y dura. Cómo hay que hacerlo, entonces: con las manos. “Al darle forma con la mano, sin embargo, permitimos que las burbujas de aire que están dentro no se pierdan”, comentan las expertas.
Información: Miguel Ángel Bargueño (errores con el jamón, con el queso, con el desayuno y con el pan). Kristin Suleng (errores con el aceite). Teresa Morales García (errores con la pizza).
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