No hay hotel de lujo sin su correspondiente cartera de clientas ricas. Las de Palomo son jipis de lujo, delicadas herederas y musas orientales (entre otras cosas).Lorenzo FanfaniBotones, planchadores, camareros... El Hotel Palomo invierte mucho dinero y esfuerzo en Recursos Humanos para que la atención al público sea perfecta (si no cree que un botones vestido de raso hace mejor su trabajo, vaya y comprúebelo por su cuenta).Lorenzo FanfaniA la hora del 'check-in' pueden aparecer perfiles de todo pelaje: familias desordenadas, parejas de amantes, ricos ancianos o fascinantes príncipes de persia envueltos en brillantes conjuntos.Lorenzo FanfaniSi al hotel llegan príncipes, también han de llegar, por fuerza, princesas. Nuestra aristócrata árabe no lleva corona sino un top de leopardo y gafas de sol. Es una princesa de 2017.Lorenzo FanfaniLa novia que decide celebrar su boda en el Hotel Palomo no lleva trajecito palabra de honor sino un mono transparente que deja lo mejor a la vista. Y las invitadas no le andan a la zaga.Lorenzo Fanfani¿Folclórica en apuros? ¿Dandi decadente? Da igual el género si llevas una bata de flores.Lorenzo FanfaniLas fiestas del Hotel Palomo no tienen 'dress-code', pero desde luego no se puede asistir en camiseta. Mejor un vestido de lentejuelas y 'mules' como los de nuestro amigo.Lorenzo FanfaniAl día siguiente, después del 'check-in', el vermú, la boda y la fiesta, es posible que uno acabe semidesnudo. Salvo por un pendiente.Lorenzo Fanfani